Las sensaciones agridulces de conseguir llevar a prisión a Victorino Alonso por sus delitos ambientales en Laciana

Miembros de Filón Verde en un encontronazo con trabajadores de Victorino Alonso en 2009

Luis Álvarez

Villablino —

La entrada en la prisión de Soto del Real (Madrid) del empresario minero Victorino Alonso García, para cumplir la sentencia de cuatro años por los delitos ambientales y urbanísticos de la explotación a cielo abierto de Nueva Julia, aunque sin pagar los más de 50 millones de multas por sus condenas, ha dejado un reguero de silencios muy significativos, casi estruendosos, en la clase política provincial, autonómica y nacional, que ponen en evidencia sus conexiones con esos sectores públicos.

ILEON ha contactado con las personas que en Laciana han sido más activas en la lucha contra las tropelías del empresario minero en sus explotaciones a cielo abierto en la comarca y limítrofes, que finalmente le han llevado a la cárcel. No fueron muy numerosos, tan solo dos, el empresario de hostelería hoy jubilado Antonio Arias Tronco y la asociación conservacionista Filón Verde.

Antonio Arias Tronco fue el primero en denunciar las actividades ilegales de la explotación de El Feixolín en 1995, cuando Victorino Alonso estaba considerado a nivel general como el gran salvador de la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) y su poder e influencia en la comarca lacianiega era realmente abrumador.

En solitario mantuvo su lucha hasta que hace cuatro años la Audiencia Provincial condenó a Victorino Alonso a dos años y medio de cárcel y una multa de 8.500 euros. Posteriores recursos terminaron por reducir la condena a menos de dos años que tendrá que sumar a su condena por Nueva Julia.

Muchos años después entra en prisión, “él, que me quiso meter a mí en la cárcel”, asegura Arias Tronco, “ahora está donde se merece, por sinvergüenza, chulo y delincuente confeso”. Cree que sus largos y prolongados litigios han sido importantes para dar por finalizado un proceso, que en varios momentos estuvo cargado de fuertes tensiones. Y piensa que “Victorino Alonso ahora ya está amortizado, después de 28 años hay que dejarlo de lado, hay que seguir y buscar otros alicientes”.

Sobre el silencio de los partidos políticos y sindicatos ante la entrada en prisión de quien fue el más poderoso empresario minero de España y con el que mantuvieron estrechas relaciones, ponen el foco los miembros de la asociación Filón Verde, que de forma unánime aseguran “que debería de estar acompañado de todos aquellos que le autorizaron, permitieron y ayudaron a hacer lo que hizo”.

El colectivo por boca de su presidente José Francisco Fernández Gatón explicó a ILEON “que no nos produce alegría que haya entrado en prisión, más bien un poco de decepción que lo haya hecho solo y no acompañado de algunos secuaces”.

Filón Verde presentó en 2009 una denuncia ante la Fiscalía de Área de Ponferrada por las irregularidades que se estaban cometiendo en la explotación de Nueva Julia. La Fiscalía abrió diligencias de investigación (19/2009), que una vez finalizadas se remitieron al Juzgado de Villablino para abrir diligencias previas (233/2010).

Este es el origen del procedimiento judicial que finalmente ha terminado con la condena de cuatro años y sanción de más de 24 millones de euros en conceptos de responsabilidad civil y daños, impuesta por la Audiencia Provincial de León y que el Tribunal Supremo confirmó. Posteriormente se rechazaron las peticiones de suspensión de condena, debido a sus antecedentes penales, con otra condena firme de casi dos años por la explotación minera de El Feixolín y no abonar las sanciones impuestas.

Para los miembros de Filón Verde resulta frustrante que solo se condene al autor material, como máximo responsable de la empresa, y los que le ayudaron y permitieron esas actuaciones se libren. Y citan algunos nombres: “la exalcaldesa de Villablino Ana Luisa Duran, el exdirector general de Minas de la Junta, Ricardo Mantero, los senadores nacionales que vivieron a hacerle coro a Villablino, las delegaciones sindicales en Laciana de CCOO y UGT, por nombrar solo a algunos de los que fueron colaboradores necesarios y cómplices por lo tanto”.

Sí quieren mostrar públicamente desde Filón Verde su agradecimiento a la Fiscalía de Área de Ponferrada, en especial en la persona del señor (Jacinto) Fernández Villalvilla, “que siempre atendió nuestras denuncias, unas veces con procedimientos complejos como este de Nueva Julia y en otras ocasiones archivándolas por distintos motivos, siempre hemos confiado en su trabajo y sus criterios”.

También los miembros de Filón Verde vivieron situaciones de mucha tensión, con descalificaciones, amenazas y una agresión a su presidente. O aquel pintoresco espectáculo, que quedó grabado por las cámaras de TVE, cuando un equipo del programa El Escarabajo Verde, acompañado por varios miembros de la asociación, recorría los alrededores de la explotación Nueva Julia en abril de 2009 y fueron agredidos, retenidos e intimidados con chorros de agua de un camión motobomba y montones de tierra sobre el camino. Que luego se pudo ver por toda España en el reportaje titulado Laciana, territorio comanche.

Un integrante de la directiva de Filón Verde ironiza sobre estos asuntos “yo le rebajaría la condena”, afirma Víctor, “dándole un cuaderno y un bolígrafo, para que fuera contando las distintas aventuras y favores relacionados con todos esos que permitieron, consintieron y apoyaron a este terrorista ambiental”.

 

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