Las fuerzas obreras intentan reducir la resistencia de la Guardia Civil en Ponferrada

El Partido Comunista de Ponferrada durante la Segunda República.

Equipo '7 Días del 36' / Infobierzo.com

La comarca de El Bierzo es aún, a día 21 la única donde no se ha decidido qué bando será el ganador. Mientras en León y Astorga, y todo el sur de la provincia los sublevados tienen prácticamente controlada la situación (salvo algunas circunstancias menores), las comarcas mineras y de montaña quedan a favor de la República. En Asturias, salvo Oviedo, en Santander y el País Vasco también. Serán las comarcas de las vegas del Curueño y el Porma las que quedarán durante unos días en tierra de nadie.

La jornada del Golpe de Estado del día 20 en León fue muy movida y no dejó conocer qué ocurría en el resto de la provincia. Las comunicaciones se cortaron pasadas las dos de la tarde cuando los sublevados controlaron la Telefónica y Radio León y procedieron a terminar la resistencia en el Gobierno Civil y, por la noche, desalojaron San Marcos de las fuerzas obreras.

El martes día 21 León se levantó en cierta calma y algunas panaderías y tiendas abren con normalidad. Muchas personas ni siquiera han dormido esa noche. Aparecen colgaduras blancas en algunos balcones. En la ciudad se ven mujeres con hogazas de pan y leche.

Se publican los bandos declarando el estado de guerra, algunos de ellos indica: “Todos los patriotas leoneses y amantes del orden deben presentarse en el Cuartel del Cid lo antes posible para contribuir a la tranquilidad de esta noble ciudad y la defensa de la misma.”

En Ponferrada la Guardia Civil se resiste en su cuartel

Es en estos momentos del día 21 cuando se comienzan a recibir noticias de que lo que pasó en El Bierzo durante el día 20 y la situación actual: allí todavía están los mineros intentando parar el golpe.

En la mañana de la jornada del día 20 los guardias civiles, que tenían orden de concentrarse en Villafranca, Toral y Villablino se marcharon a Ponferrada. Algunos de ellos incluso levantaron los puños y saludaron dando vivas a la República según salían de Villablino.

ero al llegar a la capital berciana los más de 160 guardias civiles se encerraron en el Cuartel y se negaron a salir. Nadie sospechaba que se iban a atrincherar en el Cuartel de Ponferrada y negarse a dar las armas al pueblo, pero el capitán Román Losada Pérez (el de la calle Capitán Losada, hoy Avenida de España) junto al teniente López Alén y el alférez Sancho Iruesa organizan las defensas y mando del cuartelillo de Ponferrada.

En esos momentos convergieron mineros de las cuencas bercianas y Villablino a la ciudad reclamando armas, pero el joven y recién llegado al cargo de alcalde de Ponferrada, el socialista Juan García Arias se negó a dárselas porque cumplía órdenes del Gobernador Civil, Emilio Francés, creyendo, como el alto cargo en León que los militares estaban con la República.

Se sabe también que algunos grupos de mineros bercianos intentaron adentrarse en la provincia de Lugo, pero que encontraron resistencia, ya que en Galicia los artilleros de Ferrol se habían apostado en la carretera y les impidieron el paso; aunque aún no se habían levantado contra la República. Las noticias de Ponferrada les hacen dar la vuelta.

Los mineros asturianos llegan a Ponferrada

Sin embargo, a las doce de la mañana llegaron los mineros asturianos a Ponferrada y sí que comienzan a exigir más armas, ya que las necesitan para sofocar la rebelión del coronel Aranda en Oviedo. Están furiosos, ya que al que llamaban 'compañero coronel Aranda' (éste tenía unas excelentes relaciones con los políticos socialistas) les ha engañado vilmente para traicionarles cuando salieron de León y estaban en prácticamente ninguna parte. En Benavente, antes de llegar a Zamora, tuvieron que darse la vuelta, pasar por Astorga y partir hacia Ponferrada, con la intención de volver por Laciana y Somiedo para conseguir cerrar el cerco de su capital por la parte occidental de Asturias.

El alcalde de Ponferrada llama al capitán de la Guardia Civil para que apoye a la columna asturiana con armas y municiones en su ánimo de proteger a la República. Losada, se niega... y también a salir del cuartelillo. García Arias se da cuenta de que los guardias civiles del Bierzo están en rebeldía. Llama al Gobierno Civil y exige que les comunique que entreguen las armas, o que se les obligue a la fuerza, incluso bombardeando. El gobernador Civil, Emilio Francés vuelve a intentar calmarle diciéndole que le aseguraba que todo estaba controlado. “Hay que hacer estas cosas con precaución. Por la tarde veremos”.

No hubo más llamadas entre ellos. Minutos más tarde, se dió el golpe de Estado en León.

Ponferrada, tiros carreras, furia y decepción

Y las cosas quedaron claras. La jornada en Ponferrada por la tarde del día 20 y la mañana del 21 fue de de tiros, carreras y mucha furia y decepción.

Según cuenta el diario InfoBierzo.com en este reportaje, ante este panorama, con la capital y mayor parte de la provincia fulminantemente perdida para la República, quedaba Ponferrada como último bastión de las luchas.

Los mineros asturianos llegan a la ciudad completamente enfadados tras la traición del coronel Aranda en Oviedo, y al enterarse de la sublevación del cuartel de la Guardia Civil pretenden quemar la antigua Iglesia de San Pedro, sin embargo el alcalde hace frente a los exaltados y lo impide, la mayoría deciden embarcar rápidamente en los trenes de la MSP y los camiones confiscados rumbo a su tierra.

Sin embargo, varios grupos de rezagados y elementos radicales organizados por el teniente de la Guardia de Asalto Alejandro García Menéndez (jefe del Estado Mayor de las dos columnas), se unen a los frentepopulistas bercianos que sitiaban el cuartel. Cerco todavía no demasiado cerrado ya que Losada logra entrar sin dificultades con refuerzos y organizar también la custodia de su casa familiar donde se encuentra su mujer con varios guardias al cargo del teniente Martínez Blanco.

Los sitiados tratan de jugar con el despiste dando proclamas favorables a la República, pero parece que surge pronto un tiroteo no se sabe si comenzado por los mineros desde la calle o los asediados desde las ventanas, dando lugar a una violenta escaramuza en la que la superioridad numérica de los asaltantes esta cerca de imponerse, así mismo mediante el uso de dinamita pretender reducir a los guardias.

La extraña decisión del líder de los mineros que le costará la vida

Ante ello el teniente de Asalto sin embargo toma una extraña decisión y pretende parlamentar con los guardias: portando una bandera blanca penetra en el edificio para encontrarse en manos del capitán Losada. Éste tras intercambiar algunas palabras le dice: “Triunfó el Movimiento, queda usted detenido” y lo hace prisionero.

Descabezando así al enemigo (Menéndez sería fusilado días después en León). La contienda se recrudece pero descoordinados ante la ausencia de su líder, los mineros van perdiendo posiciones consiguiendo los guardias mediante varias salidas entre la tarde del día 20 —incluidos combates nocturnos— y la tarde del 21 desalojar los edificios de alrededor e incluso tomar el cine Edesa, situado en la cercana Plaza de Lazúrtegui.

El balance de las refriegas en Ponferrada sería de unos 17 muertos entre los asaltantes. La guerra quedó aún más decidida cuando el día 21 hacen entrada en escena las tropas insurrectas gallegas al mando del Comandante Jesús Manso Rodríguez (que daría nombre a la actual plaza ponferradina de Fernández Miranda durante el franquismo y que caería en combate en el frente de Madrid).

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[Continuará]

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