Las obras del museo de San Isidoro sacan a la luz moldes de fundición de campanas y restos tardorromanos y medievales

Los trabajos de rehabilitación del nuevo Museo de la Colegiata de San Isidoro de León, iniciados en el mes de mayo, han permitido el hallazgo de dos moldes de fundición de campanas, así como restos tardorromanos y medievales. Las obras comenzaron el pasado mes de mayo tienen un periodo de ejecución de catorce meses, de manera que se prevé que estén finalizadas en el verano del próximo año.

El proyecto del Museo amplía el espacio expositivo de 1.200 a 3.200 metros cuadrados, de manera que se configura como un museo de historia de la Colegiata y de las mentalidades que la han conformado a lo largo de los siglos.

De esta manera, podrán visitarse nuevos espacios como la escalera renacentista, el adarve de la muralla o las galerías altas del claustro procesional, además de piezas no expuestas hasta el momento como el Pendón de San Isidoro o el ajuar funerario de la infanta doña María.

El arqueólogo encargado de dirigir la excavación, Fernando Muñoz, expuso la documentación por primera vez en León de los moldes de campanas hallados es que “están en San Isidoro, donde está la campana más famosa de España y el campanario más conocido por todos los leoneses”.

El director general de Patrimonio Cultural, Gumersindo Bueno, destacó las obras del Museo como “ejemplo de colaboración público privada”, y consideró que “León tendrá suerte”, ya que “una vez concluidas las obras tendrá un punto de atracción turística muy importante” que “estará mejor pensado y diseñado para satisfacer al visitante, mejorar la cultura y una oferta ya amplia de por sí”.

El director de la Fundación Montemadrid, Cristóbal Sánchez, destacó la importancia del Museo para “poner un tesoro nacional al servicio del público general” con “un grado de accesibilidad enorme para que cualquier persona puedan acceder a un proyecto tan querido” como es el Museo de la Colegiata de San Isidoro, cuyas obras van “viento en popa y con mucha alegría”.

Por su parte, el responsable de Patrimonio de la Fundación, Gabriel Morante, explicó que las fases de demolición no han afectado al Panteón, “algo satisfactorio”, así como la aparición de “antiguos hornos y estructuras romanas, medievales y romanas”, de manera que “en la medida en que el proyecto era muy respetuoso con las fábricas antiguas, se optó por ”seguir el sistema de la arqueología preventiva“.

El abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, apuntó que espera que “las obras sigan el ritmo y paso programado para que lleguen a su culminación y punto final” para cumplir así “todas las expectativas y esperanzas” puestas en “un apasionante atractivo Museo” que va a ser “un referente para la ciudad, España y el mundo entero, especialmente para el mundo de la cultura y del turismo”.