Javier Bermejo, actor en ‘Las guerras de nuestros antepasados’: “Me gustaría que mi tercer Delibes fuera Pacífico Pérez”

El actor leonés Javier Bermejo posa con varios ejemplares de 'Las guerras de nuestros antepasados', de Miguel Delibes.

César Fernández

A Pacífico Pérez el destino le tenía que reservar un espacio en la trinchera. “Tu guerra ya no puede demorar, Pacífico. Nunca se estuvo tanto tiempo sin guerras”, le decía su bisabuelo, que cada vez que pasaba por Telégrafos preguntaba si no había noticias sobre un próximo conflicto. El Bisa había participado en la carlista, el Abue en la de Marruecos y Padre en “la de verdad, o sea de Brunete, Teruel y esas cosas”. Así que la de Pacífico, a mediados del siglo XX, tenía que estar a la vuelta de la esquina.

Al actor y director leonés Javier Bermejo el destino le tenía reservada una feliz coincidencia. Desde 2018 lleva las riendas de una versión de 'Cinco horas con Mario' que adopta la denominación de 'Con Carmen, cinco momentos' con la actriz Sonia Martínez como Carmen Sotillos. Y desde agosto de 2021 da vida al doctor Burgueño, que durante siete noches de mayo de 1961 interroga, con una copita de anís y una grabadora de por medio, a Pacífico Pérez en el sanatorio penitenciario en el que está internado por tuberculosis. El jueves 26 de mayo la obra llega al Auditorio de León.

A Javier Bermejo le llegó ya la versión teatral del texto, reelaborado por el propio Miguel Delibes y su biógrafo Ramón García Domínguez, antes de leer la novela. “Y el texto teatral condensa mucho material. No es una función espectacular, sino una obra de interpretación pura. Y al espectador no se le da la comida en la boca, sino que tiene que escuchar lo que dicen los personajes”, advierte el actor de Sahagún, que da la réplica al Pacífico Pérez interpretado por Juan Manuel Pérez con la compañía vallisoletana La Quimera de Plástico, que vive como un sueño representar a Delibes.

Yo digo que el médico son las vías y el tren es Pacífico. Es el personaje excusa para conocer a Pacífico. Nunca he tenido que escuchar tanto en escena como actor. Y es un entrenamiento fabuloso

El caso es que el personaje del doctor Burgueño, que primero escarba en la personalidad del Pacífico 'sentenciado' a ir a la guerra como sus antepasados y luego se afana en entender al Pacífico sentenciado esta vez de forma literal por un crimen que cometió y otro del que es inocente, actúa como el primer 'oyente' de la función. “Yo digo que el médico son las vías y el tren es Pacífico. Es el personaje excusa para conocer a Pacífico. Nunca he tenido que escuchar tanto en escena como actor. Y es un entrenamiento fabuloso. En arte dramático nos tendríamos que formar en la escucha”, resume Bermejo.

“El papel me ha enseñado una barbaridad”

El resultado es en parte la consecuencia de proceso de aprendizaje. “Es un papel que me ha enseñado una barbaridad”, subraya el actor leonés, que siente la complicidad del público por querer entender a Pacífico Pérez y sus circunstancias vitales. “Hay gente que se identifica con el doctor y que siente su impotencia. Me han llegado a decir algunos espectadores que estaban conmigo”, añade sobre un personaje que también se reivindica en la obra: “Pretendo enfocar el papel como el de un doctor joven que cree que aún puede cambiar el mundo”.

Si no cambiar el mundo, el doctor al menos pretende rebajar la pena de Pacífico Pérez, que de no mostrar ningún aire marcial (para disgusto de su abuelo y su bisabuelo hasta llevarlo al médico de chaval para ver “si se puede ser hombre sin nada entre las piernas”) pasa a cometer un asesinato. “Pacífico empezó creyendo en la no violencia y acabó convencido de que eliminar a un semejante con la navajilla de abrir piñones era un acto normal”, dijo el propio Delibes, que ya aborda en esta obra publicada en 1975, el año de la muerte de Franco, cuestiones como los conflictos fratricidas, la recuperación de los represaliados o la liberación de la mujer.

Hay gente que se identifica con el doctor y que siente su impotencia. Me han llegado a decir algunos espectadores que se estaban conmigo. Yo soy algo así como el termómetro del público. Hay algunas cosas que son graciosas y otras duras

El autor de 'Los santos inocentes' plantea dosis de humor en una narración con tintes dramáticos hasta poder provocar reacciones en cierto modo contradictorias. “Yo soy algo así como el termómetro del público. Hay algunas cosas que son graciosas y otras duras”, dice Bermejo, que encuentra sobre todo en el personaje de Pacífico Pérez giros verbales que lo emparientan con sus orígenes en Tierra de Campos. Y ahora que la coyuntura internacional trae el texto a la actualidad, las bombas en Ucrania parecen darle la razón al tío Paco, el personaje con el que Pacífico se siente más cómodo y al que le pregunta si no es posible “ir todos juntos a alguna parte”. “Eso todavía no se ha inventado”, le responde en uno de esos momentos que ponen a prueba la capacidad de reacción del espectador.

“No paramos de estar en guerra. Parece que no podemos no pelearnos”, lamenta Javier Bermejo, que aborda “con unos nervios infinitos” y una “responsabilidad añadida” pero “emocionado y superarropado” las vísperas de la llegada a León de 'Las guerras de nuestros antepasados'. El actor de Sahagún, que prácticamente no notó el paréntesis por la pandemia al poder retomar la gira con 'Divinas palabras' (“no me ha faltado trabajo en el peor momento”) y regresará al Auditorio para dirigir la obra de Miguel Murillo 'El gran Prieto' y así seguir profesionalizando la compañía leonesa La Submarina, responde sin dudar cuál sería su tercer Delibes soñado: “Me gustaría que fuera Pacífico”. Y devuelve la pelota con una pregunta retórica para zanjar la cuestión: “¿Quién no querría hacer a Pacífico?”.

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