Entregados los premios Palacio de Canedo a la recuperación del patrimonio rural
Ponferrada acaparó este año la recepción de los Premios. En concreto Peñalba y Espinoso son las localidades que se han llevado los dos primeros premios, cada uno en su modalidad, de la VI edición de los Premios «Palacio de Canedo» a la Recuperación de Edificios en el Medio Rural de nuestra comarca que se entregaron esta tarde en Canedo.
En la categoría de iniciativas privadas, el primer premio, con 1.500 euros y diploma, correspondió a la Real Fundación Hospital de la Reina, por dos construcciones presentadas a concurso en Peñalba de Santiago, principalmente destinadas a Centro de Interpretación del Valle del Silencio.
El segundo premio, de 1.000 euros y diploma, ha sido para José Luis Torre García, de La Ribera de Folgoso, municipio de Folgoso de la Ribera. Se trata de un edificio de piedra, adobe, madera y pizarra, también con una parte interior de ladrillo macizo. Construido en dos plantas sobre rasante, el Jurado ha destacado las vigas de madera conservadas de su estado original, y funcionando, jabalcones, carpinterías.
El tercer premio, de 500 euros y diploma, fue para Montserrat Estévez Del Río, por su casa de Manzanedo de Valdueza, municipio de Ponferrada. Es un edificio a tres fachadas, con corredores de madera y balcón independiente. Construido en dos plantas sobre rasante que piedra, madera, hierro, pizarra con el fin de integrarse en el entorno rural. Destacan también los jabalcones, y vigas en voladizo. Es una casa del siglo XIX, ampliada en el XX y puesta al día ahora, en el XXI.
En esta categoría el Jurado también concedió un accésit a Manuel Asenjo Quiroga, por su casa de Cacabelos en la calle Los Morales.
En la categoría de inmuebles restaurados por instituciones públicas, tanto ayuntamientos como juntas vecinales o asociaciones de vecinos, el primer premio, dotado con 1.500 euros y diploma, fue para la Asociación Vecinal de Espinoso de Compludo por su restauración y recuperación para el uso del Molino del río Meruelo.
El segundo premio, dotado con 1.000 euros y diploma se lo llevó la Junta Vecinal de Tremor de Abajo, en el municipio de Torre del bierzo, por la restauración de la iglesia de Santa Eulalia. Los vecinos que han consolidado la torre, arreglado las fachadas y el zaguán, devolviendo el aspecto original al edificio del siglo XVII.
Y el tercer premio, que está dotado con 500 euros y diploma, recayó en la Junta Vecinal de San Pedro de Paradela, en el municipio de Fabero, por el arreglo del Molino de Vallea. Este molino, situado en el arroyo de Vallea que baja de Fresnedelo, a pocos metros de ceder sus aguas al Cúa, está construido en piedra y pizarra. Estaba totalmente abandonado, junto a la carretera, siendo blanco de los saqueadores de ruinas.
En esta edición la Fundación Prada a Tope ha contado con dos colaboradores nuevos en el patrocinio de los premios: el Consejo Comarcal del Bierzo y el Ayuntamiento de Carracedelo, cuyos máximos responsables asistieron al acto y entregaron los primeros premios de cada categoría: el presidente del Consejo, Alfonso Arias, y el alcalde de Carracedelo, Raúl Valcarce.
Raúl Valcarce, por su parte, agradeció la invitación de Prada a colaborar con los premios, y dijo alegrarse porque “compartimos la misma filosofía que la Fundación, no en vano Carracedelo ha participado varios años y hemos obtenido premios, de modo que lo que queremos es que se devuelva ese importe en metálico a la Fundación para que siga trabajando”.
Alfonso Arias recalcó que “no dudé ni un momento” cuando Prada la ofreció patrocinar una categoría, a la vez que significó que en los últimos años, gracias a iniciativas como esta, se ha ido cambiando la visión de lo autóctono“. Aprovechó la ocasión para reivindicar el papel de las Juntas Vecinales, a las que auguró un buen futuro a pesar de que algunos digan que van a desaparecer, y ofreció una vez más el apoyo del Consejo Comarcal y sus técnicos para ayudarles a cumplir los compromisos legales.
Al final cerró el acto José Luis Prada, que señaló que “restaurar el patrimonio rural no es caro, es trabajoso, e incluso ni siquiera es trabajoso porque los que restauran su casa lo hacen con profunda satisfacción y con una ilusión a prueba de bombas”. Agradeció a los patrocinadores haber apostado por la Fundación y a los concursantes por participar y contribuir a mejorar el alma de sus pueblos, a la vez que invitó a todos a visitar el Bosque Didáctico, la otra gran iniciativa de la Fundación Prada a Tope.