Castrillo de las Piedras reivindica al Leopoldo Panero más humano y humilde
“Cuando venía a su finca de Castrillo de las Piedras, Leopoldo Panero no era el señorito, era un vecino más”. “Es aquí donde afianzó su imagen más humana y más humilde”. Ese es el semblante del conocido poeta que ayer más brilló entre las encinas de la antigua residencia donde falleció hace 51 años, en Castrillo de las Piedras (Valderrey), donde tuvo lugar la Tarde Mayor entre Encinas en torno a su figura.
La primera frase fue destacada por el alcalde de Valderrey, Gaspar Cuervo, quien indicó que este acto y la recuperación de este espacio de la antigua villa veraniega por parte del Ayuntamiento tiene el objetivo buscan “que valoremos este sitio y lo sintamos como algo nuestro que hay que apreciar”.
El segundo perfil de Panero fue el que resaltó el escritor y pintor Javier de la Rosa, fundador y director de la Cátedra Leopoldo Panero de la Universidad de La Laguna, que también participó en las charlas después de que se inaugurara su exposición en el Consistorio de Valderrey. Una muestra pictórica “que es un lujo para mi, por el sentimiento íntimo que nos emparenta”.
Por su parte, el profesor de Lengua y Literatura del IES de Astorga, Juan José Alonso Perandones, repasó la triste historia de una relación del poeta astorgano con la joven enferma Joaquina Márquez; y el escritor, investigador y Cronista Oficial de Valderrey, Andrés Martínez Oria, recordó su vinculación a la comarca que le acogía cada verano a través de las imágenes verbales de uno de sus poemas, el Pequeño Canto a La Sequeda.
Tras la intervención de María Dolores Martínez Lombó, licenciada en Lengua y Literatura Española, el agricultor jubilado Argimiro Caballero y el panadero de Castrillo de las Piedras, Vicente Cuervo, confesaron ante los numerosos asistentes sus recuerdos personales del poeta. Fueron ellos los que demostraron la humildad de Panero, a través de sus amistades con las personas de menos recursos y más sabiduría popular de Castrillo de las Piedras, como Juan Pintor, el primero al que visitaba sobre su bicicleta sin frenos.