La Biblioteca Gil y Carrasco ilustra el León del siglo XIX en su cuarto volumen
Tras la publicación de 'Poesía', 'El Lago de Carucedo' y 'Viajes y costumbres', la Biblioteca Gil y Carrasco edita un cuarto volumen en el que ofrece una edición ilustrada, que tiene a León, Astorga y Ponferrada como protagonistas, titulada 'Viaje a una provincia de interior' cotejada con los originales publicados por el autor romántico en el diario El Sol en 1843.
Gil y Carrasco recorrió muchas veces el camino de Ponferrada a Astorga, a León, a Valladolid -donde estudió Derecho- y a Madrid, casi siempre con las incómodas reatas y caravanas de los arrieros maragatos. Como buen periodista, conocía y trataba las gentes, visitaba los monumentos y anotaba cada detalle. En el verano de 1842 hizo distintos itinerarios por 'su provincia interior' y escribió el 'Bosquejo de un viaje a una provincia del interior', que es el título original de esta obra, una serie de ocho artículos en los que recorre y describe con precisión y belleza la vida, la historia y el paisaje del Bierzo, Astorga y León, finalizando en tierras de Sahagún.
Enrique Gil y Carrasco, de cuyo nacimiento se cumplirán dos siglos el próximo año, en julio de 2015, fue un gran viajero: la suya es una mirada romántica, a la manera de Byron, Chateaubriand y don Jorgito el Inglés, pero también una mirada ilustrada, la de un cronista riguroso cuyas descripciones de paisajes de la provincia leonesa sigue deslumbrando por su originalidad y belleza.
Lecturas de cuatro especialistas
'Viaje a una provincia del interior', tutelada por el escritor Valentín Carrera, se complementa con cuatro lecturas de reconocidos especialistas: en primer lugar, el ensayo 'Un viajero llamado Enrique', del astorgano José Antonio Carro Celada, profesor muy querido por tantos ponferradinos y leoneses, alma gemela de Gil en sensibilidad y maestría periodística.
La segunda lectura analiza los gustos e influencias literarias de Gil y su valor como paisajista universal, y aporta la 'visión de conjunto' de la profesora Paz Díez-Taboada, autora del solvente estudio y edición del 'Bosquejo en Breviarios de la Calle del Pez' (Diputación de León, 1985).
En tercer lugar, el profesor de Literatura de la Universidad Complutense, Epicteto Díaz, especialista en Romanticismo y estudioso de Bécquer y Espronceda, indaga en la mirada romántica y el viaje interior de Enrique Gil. Finalmente, el catedrático de Filosofía y berciano de Cacabelos, Aniceto Núñez, aborda la conciencia crítica de Gil, viajero extraño en su propia tierra.
El índice del libro no deja lugar a dudas sobre el conocimiento detallado que Enrique Gil tuvo de su tierra: desde Bergidum y los castros romanos, a la batalla de Cacabelos contra la invasión napoleónica -muy reciente en la época de Gil-, pasando por Las Médulas, el Valle del Silencio y la Tebaida, Corullón, Carracedo, Ponferrada, Bembibre y los templarios, Astorga con su catedral y seminario, el Páramo; León, donde minuciosamente visita la catedral, San Isidoro y el Hostal, y en fin, la vega del Torío y las tierras de Sahagún.
Sus descripciones complementan las de otros artículos suyos, también dedicados a los monumentos de León y Astorga, y a los maragatos y a los montañeses y babianos, recogidos en el volumen anterior de la Biblioteca Gil y Carrasco, 'Viajes y costumbres', que forman parte del vigoroso periodismo costumbrista, del que Gil participó en el Semanario Pintoresco Español y otros. Porque, además de poeta y novelista, de viajero y crítico teatral, además de bibliotecario y diplomático -todo ella en su corta vida de apenas treinta años-, este libro nos muestra que Enrique Gil fue un excelente periodista.