Vox se define como “el partido de la ley y el orden” y ve el pacto con el PP como una “prueba de madurez”

Juan García Gallardo y Santiago Abascal durante la sesión de investidura del presidente de la Junta. // Rubén Cacho / ICAL

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Vox ha defendido este lunes su entrada en el Gobierno de la Junta de Castilla y León en un pacto con el PP que su portavoz, Juan García-Gallardo, ha catalogado como una “prueba de madurez”. Tras presumir de iniciativas con su ADN incluidas en el acuerdo con los populares como la ley de violencia intrafamiliar o de concordia, ha remachado el definir a su formación como “el partido de la ley y el orden” sin esconder que su objetivo último es devolver al Estado competencias transferidas hace años como Sanidad o Educación y derogar el título VIII de la Constitución Española, el que define el modelo territorial autonómico.

El portavoz parlamentario de Vox y futuro vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, defendió que el acuerdo de legislatura con el Partido Popular es “un éxito” en el que “los vencedores” son los ciudadanos de la Comunidad y garantizó a Alfonso Fernández Mañueco que tendrá “un socio leal”, con el que puede discrepar, pero “sin el temor de ser traicionado”.

García-Gallardo, en su intervención ante el plenario en la sesión de investidura, presentó su “alternativa patriótica y social”, se refirió a los ejes del pacto con el PP y reconoció que en toda España se mira a este nuevo Gobierno. “El acuerdo devuelve la esperanza a una España olvidada. No podemos fallarles en su confianza”, aseveró.

El futuro 'número dos' de la Junta, que aceptó el reto, presentó el acuerdo como “una prueba de madurez” de ambos partidos y agradeció al presidente Fernández Mañueco que “se mantuviera firme” sin atender a “presiones”. “No he sido consciente de presiones, sí de la responsabilidad de la gente”, replicó después el 'popular'.

“Contará con un socio leal, con el que puede discrepar, pero no tendrá el temor de ser traicionado. Puede usted mantener sus principios lo que no permitirá llegar a acuerdos”, argumentó, a la vez que le pidió a su socio que “se mantenga firme y confíe en Vox”.

Fernández Mañueco reconoció que son dos partidos distintos con programas diferentes, donde se refirió en concreto a que el PP defiende el éxito del estado de las autonomías, mientras que Vox quiere derogar el título VIII de la Constitución, lo que poco antes sostuvo García-Gallardo al manifestar que “los objetivos del pacto no quedan colmados” porque son un “partido de ley y orden”.

García-Gallardo se detuvo en su “empeño” en la igualdad de todos ante la ley al defender la norma en materia de violencia intrafamiliar frente a la ley contra la violencia de género, que consideró que “viola” artículos de la legislación. También, expresó su “orgullo” por apostar por un decreto de concordia que “proteja a todas las víctimas”, donde acusó a la izquierda de “manipulación”.

Según el portavoz de Vox, “la izquierda odia la reconciliación nacional”, en una critica en la que reprochó que se acuda al bombardeo de Gernika mientras se olvidan de Cabra. “La historia la deben analizar los historiadores, el decreto es un primer paso para garantizar la libertad de todos. Nunca más vamos a permitir que la historia sea utilizada para dividir”, anotó. “Igualdad de todos, sin distinciones, es el alma de la libertad”, afirmó después Fernández Mañueco.

El futuro vicepresidente de la Junta tuvo palabras y critica hacia los portavoces de la oposición socialista, de Unidas Podemos y de Ciudadanos. Se dirigió a Luis Tudanca para afirmar que, tras perder las elecciones, le llegó “la sonrisa” con la subida del sueldo del cuatro por ciento en las Cortes. Además, le auguró un “fracaso” como el de Anne Hidalgo en las elecciones francesas.

También, recriminó a Pablo Fernández que dijera que Vox “fusilaría si pudiera a algún miembro del Grupo Mixto” y subrayó que “sabe que dijo una soberana estupidez”, porque no “queremos ilegalizar a nadie, ni fusilar a nadie, ni ir a sus mitines a tirar piedras”.

Ironizó después con que “no se maten en el Grupo Mixto”, en referencia a que solo el portavoz, en este caso Pablo Fernández tendrá sueldo de las Cortes, no así el viceportavoz, ahora Francisco Igea, para subrayar que con “100.000 euros al año” sí pueden realizar su trabajo parlamentario. A su antecesor en el cargo, le deseó “más suerte como youtuber” ya que como exvicepresidente “nadie le escucha ni le quiere”. “Es un fantasma político”, apostilló.

García-Gallardo, que rechazó las recetas de la izquierda, tuvo palabras para las tres personas que ocuparán las consejería que recaen en Vox: Agricultura y Ganadería, Industria, Empleo y Comercio y Cultura y Turismo. “No imitamos a nadie somos un modelo para los demás”, afirmó en una frase de Pericles, al calificar de “íntegros” quienes han aceptado ser consejeros con su partido.

De esa manera, se refirió a Gerardo Dueñas (Agricultura), Mariano Veganzones (Industria, Empleo y Comercio) y Gonzalo Santonja (Cultura y Turismo). Sobre éste último, criticó que la izquierda haya “manipulado” su biografía con su anterior etapa como miembro del PCE o de “apoyo a HB”.

Por último, emplazó a Fernández Mañueco a la “siembra”, lema de su campaña, que auguró “larga y difícil”, pero pidió que “empecemos gozosos en la esperanza y pacientes en la tribulación”, en una frase de San Pablo.

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