El sistema para personas con incapacidad funcional severa se extenderá este año a León

Leticia Pérez / Ical. El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, y la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, firman un convenio para la puesta en marcha de unidades de convalecencia sociosanitarias.

R. Travesí/ Ical

El 47,7 por ciento de los usuarios de las unidades de convalecencia sociosanitaria regresó a su hogar, la mayoría con ayuda a domicilio, después de su estancia en alguna de las cuatro residencias públicas donde está en marcha este servicio en Valladolid y Segovia, que permite garantizar la continuidad de los cuidados desde que una persona dependiente recibe el alta en el hospital. Desde noviembre, 83 mayores dependientes con un proceso crónico de enfermedad o una patología asociada al envejecimiento beneficiaron de las plazas reservadas en centros de la Gerencia Regional de Servicios Sociales hasta lograr su recuperación.

Este tipo de unidades, creadas tras la firma de un convenio entre las consejerías de Sanidad y Familia, están destinadas a personas con una incapacidad funcional severa y con necesidades sociales, ya sea porque necesitan cuidados que exceden de la capacidad de un cuidador, no cuenten con nadie que se haga cargo de ellos o bien porque residen en una vivienda con barreras arquitectónicas.

La Junta de Castilla y León creó en noviembre 50 plazas en cuatro residencias de personas mayores en Valladolid (30) y Segovia (20), tras la experiencia piloto llevada a cabo en un centro asistido de ancianos en la capital vallisoletana. La previsión es que a lo largo del primer semestre del año se pongan a disposición otras 57 plazas entre León y Ponferrada (31) y entre Burgos y Miranda de Ebro (26). En la segunda parte del año, se abrirán 20 plazas más entre Palencia y Zamora, para contar con 127 plazas en ocho unidades de convalecencia sociosanitaria a finales de 2014 y abordar este programa en el resto de provincias a lo largo del año próximo.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, explicó a Ical que la mayor complicación del programa estriba en la coordinación entre las gerencias de Salud y de Servicios Sociales para ofrecer las garantías de una atención de calidad, además de adecuar parte de las instalaciones, contar con la tecnología necesaria y formar a los profesionales.

Coordinación

Marcos valoró todo el trabajo que está detrás de estas unidades, puesto que desde el mismo momento del ingreso del paciente en el hospital se pone en marcha el proceso. El primer análisis corre a cargo del personal técnico del hospital que, tras recabar datos y la situación del dependiente, informa al mayor y a su familia de la posibilidad de concluir el proceso de rehabilitación en una plaza de convalecencia sociosanitaria en una residencia, una vez recibida el alta médica.

Se trata de personas incapacitadas por procesos neurológicos (ictus), traumatológicos (rotura de una cadera), reumatológicos, cardiopatías o neumopatías, con posibilidad de mejora en el tratamiento rehabilitador y de recuperación, indicó Marcos, para hacer hincapié en que no todos los dependientes pueden acceder a este programa. “Para estar en una unidad sociosanitaria hay que reunir los requisitos de no contar con apoyos en el domicilio y necesitar una atención sanitaria extra”. El resto de los casos que no requieren de cuidados sanitarios es derivado a la estancia temporal, que es un servicio que se ofrece a los pacientes desde hace años para permanecer tres meses en centros de personas mayores.

Una vez seleccionado el posible candidato, los médicos realizan un informe de salud y solicitan la ayuda a la dependencia mientras que la Gerencia Territorial de Servicios Sociales comprueba la idoneidad del caso y, de ser así, inicia la tramitación del expediente con la valoración del grado, que tendrá que estar resuelto antes de que la persona abandone la unidad. Es necesario que exista un intercambio permanente de información entre profesionales, además de un protocolo que marca cada paso.

Madurez del sistema

La consejera destacó que la derivación de pacientes a las unidades de convalecencia sociosanitaria solo ha sido posible con la “madurez” del sistema de los servicios sociales y de dependencia. “Durante la estancia de la persona en la residencia, con un tiempo máximo de cuatro meses, tenemos que resolver el expediente de dependencia para garantizar los servicios y la ayuda que requiera al salir de la unidad”, recordó.

Este servicio también busca optimizar recursos puesto que una estancia en estas unidades resulta un 70 por ciento más barata que en un hospital, donde cada día de ingreso ronda los 420 euros. Otro de los objetivos es evitar estancias inadecuadas y prolongadas, de forma innecesaria, en centros hospitalarios.

Los técnicos de la Consejería de Familia calculan el coste de esta estancia temporal en la unidad de convalecencia, en función de sus recursos económicos y tomando como referencia el precio de una plaza pública en una residencia. Durante la experiencia piloto, el coste medio para cada usuario fue de 400 euros.

De las 40 personas que regresaron a su hogar tras su paso por las unidades de convalecencia sociosanitaria en los tres primeros meses, la mayor parte recibió una ayuda a domicilio mientras que algunos requirieron una ayuda económica por cuidados en el entorno familiar y unos pocos, el recurso del centro de día. Otro 32 por ciento de los mayores ocupó una plaza en una residencia, con financiación pública, y el 20 por ciento restante salió sin necesidad de un recurso social.

De esos beneficiarios, el 20 por ciento no necesitó ningún servicio social tras su paso por la unidad de convalecencia mientras que otro 47 por ciento continuó con una atención domiciliaria, estancias en centros de día o ayudas en el entorno familiar. Un 32 por ciento pasó a residencias con una financiación pública.

Mejora de la funcionalidad

Milagros Marcos destacó a Ical los beneficios que tiene para los mayores dependientes (en algún caso, hay personas con discapacidad) su paso por las unidades de convalecencia sociosanitaria. Lo justifica en los datos del programa desde noviembre ya que en todos los pacientes mejoró su funcionalidad y en la mitad de ellos bajó o desapareció su grado de dependencia, lo que le ha permitido ser una persona válida.

De ahí, que diga que sean los familiares del paciente los que valoren “más positivamente” este dispositivo, en el que sus seres queridos estuvieron una media de 86 días. “Es un paso más en el modelo nuevo de gestión centrado en las personas que lleva a cabo la Junta y que culminará con el catálogo de servicios sociales, ajustado a las necesidades de la sociedad”, aseguró la consejera de Familia. Se trata de un recurso único en España y, según ella, ya ha despertado el interés de otras comunidades autónomas.

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