Sierra Pambley reclama mayor protagonismo en León de la figura de Gumersindo Azcárate

Peio García / ICAL De izquierda a derecha, el académico Salvador Gutiérrez; Francisco Carantoña, catedrático; Miguel Ángel Fernández, diputado de Cultura y Francisco Balado, profesor de la UNED

S.Gallo/ ICAL

La Fundación Sierra Pambley reclamó este martes un mayor protagonismo en la ciudad de León de la figura de Gumersindo Azcárate cuando se conmemora el centenario de su fallecimiento. En la inauguración del simposio 'Gumersindo Azcárate, un leonés universal', uno de sus organizadores, Francisco Carantoña, estimó que “no tuvo el reconocimiento adecuado” en la capital leonesa donde cuenta con una “pequeña” calle por la que “no pasan más que sus vecinos” y que “no es lo que se merecía”, además de que “no tiene un monumento público”.

En este sentido, Carantoña lamentó que el propio Ayuntamiento de León no haya participado ni estado presente en este simposio, que estudiará la figura de Gumersindo Azcárate a través de varias ponencias que se desarrollarán en la sede de la Fundación Sierra Pambley hasta el próximo viernes.

El leonés fue uno de los fundadores de la Fundación Sierra Pambley y además fue presidente de su patronato. La idea de llevar a cabo este simposio surgió a raíz de la tesis doctoral que está desarrollando el investigador de la UNED, Francisco Balado, a lo que se ha unido también la edición de un libro que se presentó ayer en la Institución Libre de Enseñanza (ILE) de Madrid y que “va a tener también un gran éxito”, auguró Carantoña.

Uno de los organizadores de esta cita recordó a Gumersindo Azcárate como un personaje “singular” porque fue “muy polifacético”, al ser reconocido como intelectual, jurista, profesor, pedagogo y al mismo tiempo también un político, así como creador de la ILE. Consiguió hacerlo “todo” de tal manera que con sus ideas “reformistas y renovadoras” fue una persona aceptada, pero también “querida y respetada” por todo el mundo. “Era amigo de republicanos, porque él era republicano, y tenía buenas relaciones con las organizaciones obreras, y era también amigo de Antonio Maura, el líder conservador de la época”, añadió.

Por todo ello, y tal y como Carantoña puso de relieve en el acto inaugural, Gumersindo Azcárate fue “una de esas figuras extrañas en nuestra historia” porque era capaz de conciliar y de ser respetado por todos “independientemente de sus ideas” y demostró ser un personaje “muy singular”, de ahí que requiera ser recordado “y más en estos momentos de tensión en que la política se acerca a lo que él hizo y a lo que fue”, concluyó Carantoña.

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