La provincia registró tres casos de acoso escolar en el curso 2013/2014

Ical

Los centros escolares públicos y concertados de Castilla y León detectaron 178 casos de acoso entre alumnos ('bullying') en el curso 2013-2014, de los que 20 fueron confirmados, ocho en Salamanca, cuatro en Segovia, tres en León, dos en Soria y Palencia, y otro en Burgos. Es una cifra inferior a los 24 registrados en el año anterior pero lejos de los ocho de hace dos cursos, que ha sido, hasta la fecha, el ejercicio con menos incidencia, según los datos ofrecidos hoy durante la reunión del Observatorio único de la Comunidad, en la sección de convivencia escolar.

Todos los casos confirmados fueron comunicados a la Inspección de Educación pero tal y como señaló el director general de Política Educativa Escolar de la Junta, Fernando Sánchez-Pascuala, una de las características del acoso e intimidación entre iguales es la de permanecer oculto a los adultos del entorno como padres y profesores.

El informe del observatorio apunta que existe una “clara dificultad” de disponer de datos de referencia fiables en cuanto a la realidad del acoso escolar. Algo se complica, sobremanera, cuando hay un ciberacoso en las redes sociales, ya que tiene lugar fuera del entorno escolar, donde la capacidad de acceder de los educadores es imposible.

El consejero de Educación, Juan José Mateos, aseguró hoy que Castilla y León cuenta con un histórico “muy positivo” en la convivencia escolar y destacó que el escaso número de casos de acoso escolar es una de las “claves” de los buenos resultados que obtiene la educación regional en el conjunto de España. A su juicio, los datos demuestran que hay una convivencia “saludable y muy positiva” en los centros. Una convivencia que, precisó, se basa en el respeto individual y colectivo, que atañe tanto a los propios alumnos como a los profesores, el personal administrativo y los padres.

Una declaración que reiteró Sánchez-Pascuala al confirmar que el comportamiento de la mayoría del alumnado es “correcto” y que la característica general es la ausencia de problemas graves. No en vano, recordó que Castilla y León registró el curso pasado 22.570 incidencias de convivencia - un 2,7 por ciento más que el anterior- cuando hay más de 400.000 alumnos y 35.000 profesores. Afirmó que la gran parte de los casos se debe a “errores” de alumnos, con los que ya se trabaja.

El informe del Observatorio Único recoge que tres de cada cuatro incidencias estuvieron relacionadas con el desarrollo de las tareas académicas mientras que solo el 3 por ciento fue por un enfrentamiento directo entre alumno y profesor, que aumenta hasta el 5,1 por ciento en la provincia de León. Un 14 por ciento se debió a relaciones entre alumnos y otro 3,4 por ciento, con destrozo y robo de materiales.

Medidas de corrección

La Consejería de Educación adoptó, entre las medidas de corrección, la apertura de 775 expedientes abiertos al alumnado, lo que significó el 3,4 por ciento de total de expedientes. Además, hubo 898 centros en la Comunidad donde no se abrieron expedientes y doce donde hubo más de 10 expedientes contra el alumnado (tres en León y Segovia). La Junta acordó poner en marcha 1.148 procesos de acuerdo reeducativo y 1.188 de mediación.

Sánchez Pascuala declaró que los procesos sancionadores normales buscan producir un efecto reeducativo para modificar la conducta inadecuada. Eso sí, advirtió que hay casos graves que obligan a la Consejería a acudir a los juzgados y poner las incidencias en conocimiento de la Fiscalía al considerar que puede existir un delito y el menor tiene una responsabilidad de carácter penal.

El informe de convivencia precisa que, al finalizar el curso pasado, había en Castilla y León una quincena de casos pendientes de trámites y actuaciones judiciales y 32 archivados por sentencia firme, la mayor parte con el profesor como víctima.

1.400 alumnos reincidentes

El director general de Política Educativa Escolar alertó de los 1.400 alumnos multireincidentes, con los que la Junta trabaja desde hace años gracias a contar con estudios de la Universidad de León (ULE) sobre el perfil y la actitud de este tipo de estudiante que plantea un reto a las normas establecidas, con provocaciones y desacatos. A su juicio, lo importante es trabajar con ellos de forma adelantada antes de que se produzca la conducta irregular pero sin olvidar que en muchos casos exceden las capacidades educativas y psicopedagógicas y son conductas patológicas que requieren de ayuda psiquiátrica.

Acosos que pueden acabar en el cambio de centro por parte del acosador o la víctima, aunque Sánchez Pascuala consideró que lo conveniente es que “nadie se tenga que ir” gracias a una buena labor de mediación.

Mateos, que estuvo acompañado por la consejera de Familia al presidir el observatorio, reconoció que este organismo es una herramienta para contar con datos objetivos de la convivencia escolar pero también para hacer una reflexión de la situación actual, detectar los puntos positivos y negativos con el ánimo de mejorar. De ahí, la necesidad de sensibilizar para aflorar los posibles episodios, con la colaboración del alumnado y el profesorado. El consejero alabó los esfuerzos en la formación de los docentes y la figura del mediador para resolver los conflictos entre los alumnos.

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