Tu tiempo a cambio de una sonrisa (perruna)
Dedicar tu tiempo, tus ganas, posponer planes con amigos e incluso sacrificar algunas clases de la universidad. Todo esto es lo que hacen cerca de 300 personas que han decidido hacerse voluntarias de la Protectora de Animales y Plantas de León y que con su ayuda hacen la vida mucho más fácil a los 155 perros y 24 gatos que viven allí.
Lara, Rebeca y Sara son tres voluntarias, algunas desde hace varios meses y otras apenas empezando, que acuden con regularidad a las instalaciones de la protectora, que se ubican en la carretera Vilecha, muy cerca del Mercado de Ganado para hacer de todo un poco, desde pasear a los animales y evitar que tengan que permanecer todo el día encerrados, hasta limpiar las jaulas, acudir a las visitas con el veterinario, organizar la comida, o incluso promocionar en redes sociales a los animales para que puedan ser adoptados, algo que está siendo todo un éxito ya que en los últimos dos años son más los perros y gatos adoptados que los abandonados.
Una labor “muy importante” y “casi imprescindible”, según explica una de las responsables de la protectora, Ana, que se encarga de la parte de voluntariado, que está divida en varios niveles, según el compromiso que cada persona sea capaz de adquirir. “Todos empiezan como paseantes de perros, ven los animales, las instalaciones y después ya van viendo si quieren comprometerse más o no, ya saben lo que hay y pueden decidir”, aclara.
Como paseantes hay cerca de 300 personas inscritas, algunas que acuden una vez al mes, todos los fines de semana o algunas tardes, dependiendo de las responsabilidades y ganas de cada uno. Ese es el caso de Lara, una estudiante de Derecho que acude desde hace poco a pasear a los perros de la protectora y está intentando conocer todos sus nombres. Un rato una vez a la semana que dedica a los animales y que asegura “siempre es lo mejor del día” porque los animales le devuelven con creces el cariño que reciben.
“Son muy agradecidos, solo ver como se acercan cuando llegas ya es una recompensa”, asegura. De momento, Lara sólo acude como paseante, pero no descarta implicarse más con esta iniciativa.
El caso de Sara es similar, empezó como paseante desde hace algo más de un año, pero desde hace unas semanas ha decidido ayudar más a los perros y gatos abandonados. Ahora se ha comprometido a ir una tarde entera cada semana para ocuparse “de todo un poco”, desde la limpieza, la organización de los paseos o las vistas al veterinario.
“También saco a pasear y organizo a la gente que viene a pasear. Además, enseño a los animales a las personas que quieren adoptarlos y ayudo en todo lo que puedo”, dice. Sara anima a todas aquellas personas amantes de los animales a que hagan lo mismo y dediquen un poco de su tiempo porque “merece la pena, solo por ellos, por cómo te reciben”.
Rebeca también es voluntaria. Ella desde hace más tiempo, desde agosto, y asegura que lo hizo porque le encantan los animales y quiere aportar su granito de arena para hacerles la vida un poco más fácil a los animales que por desgracia han sido abandonados. “Merece mucho la pena, es muy gratificante”, insiste.
Como Rebeca, Lara y Sara, las tres estudiantes que rondan los 20 años, el perfil de voluntarios de la protectora de León es el de chicos y chicas jóvenes, que están estudiando, por lo general, y a los que les une su amor por los animales.
Una obligación y una responsabilidad, que la responsable de la protectora, Ana, reconoce y valora, aunque afirma que no es suficiente. Las personas que se comprometen a ir, como mínimo una vez por semana, no son tantas y las cosas que hacer se multiplican. Por eso, cualquier persona que desee ayudar y dedicar algo de su tiempo, por poco que sea, puede llamar al 669 57 47 77 o acercarse a las instalaciones, al lado del Mercado de Ganado y ofrecerse como voluntario.
Desde la protectora también organizan multitud de eventos para recoger pienso y obtener fondos para poder continuar con su actividad, para dar a conocer su labor con los animales abandonados de León y, sobre todo, para dar visibilidad a los perros y gatos que están buscando un hogar.
Todo ello, con el objetivo de mantener en pie la protectora ya que el dinero que reciben desde el Ayuntamiento, 18.000 euros anuales, no les llega prácticamente para nada. Sólo hacer frente a los gastos de alimentación supone en torno a 1.000 euros mensuales entre pollo y pienso para dar de comer a todos los animales. A esto hay que sumar los gastos en veterinario, tanto la atención como los tratamientos, la limpieza de las instalaciones y el mantenimiento. Toda ayuda es poca, así que si puedes colaborar de cualquiera de estas formas, las puertas de la protectora están abiertas para ti.