Pleno para asumir con sosiego el mazazo de la corrupción en la Diputación de León

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C.J. Domínguez

“Es grandioso, acojonante que hoy por fin todos los diputados podamos pensar y opinar libremente”. La frase es del veterano diputado no adscrito Matías Llorente y resume su impresión, y la de muchos, de cómo transcurrió un Pleno para la historia de la Diputación. Histórico porque los protagonistas principales eran tres presidentes: el actual, Marcos Martínez Barazón, encarcelado por presunta corrupción de la trama Púnica, cuyo sillón se hizo desaparecer físicamente; Lupicinio Rodrigo, presidente en funciones que supo capear con éxito la posible tensión que se preveía, con éxito; y el futuro presidente, Emilio Orejas, al que el PP propondrá tras la moción de censura contra Martínez Barazón cuando lo permitan los plazos legales, que trató en vano de ser hoy un diputado más.

Otra imagen relevante era la clamorosa ausencia del todavía actual interventor, Jesús López 'Suso', imputado también por la Audiencia Nacional junto a Martínez Barazón, y su sustitución interina por el habilitado Diego Armesto, que acaparó no pocos flashes.

El resto de una sesión extraordinaria y de escasos puntos fue mucho más suave de lo previsto por algunos tras el terrible mazazo de la corrupción que ha sacudido hace casi dos semanas al Palacio de los Guzmanes, suave porque los cuatro grupos ejecutaron un pacto -no hablado- de no hacer demasiada sangre. Al menos dentro del Salón de Plenos.

Aparte el cambio de votos socialista en lo referente al Patronato de Turismo, asunto que insistentemente salió a relucir porque se mencionada en dos puntos diferentes, el resto fue poco menos que de trámite. Y eso que hoy se aprobaban las importantes bases para todos los planes de obra de la Diputación en los municipios de toda la provincia leonesa, en los que salieron a relucir negaciones de “pasteleo” en el reparto de ese dinero, alguna crítica como la del leonesista Lázaro García Bayón, que no entendría que “ayuntamientos como Cuadros -donde es alcalde Marcos Martínez- o Bembibre -del portavoz popular- tengan más dinero que Villaquilambre, tercer municipio de la provincia”.

El equipo de Gobierno 'popular' navegaba bien, aferrado a la “legalidad”, con momentos livianos y hasta divertidos que provocaban incluso constantes sonrisas de Emilio Orejas, más expresivo que otras veces, y los habituales aspavientos de Llorente, como cuando para defender su postura continuista y “consecuente” respecto al Patronato de Turismo Lázaro García Bayón dijo “llevo 15 años en este sillón y estoy muy a gusto”.

Sólo en una ocasión al final el 'espinoso' asunto de los tres nuevos trabajadores de la institución elevó la tensión algo más de la tónica general. Y el presidente en funciones, Lupicinio 'Lupi' Rodrigo, tuvo la cintura para 'invitar' a los diputados de la oposición a “debatir cuando acabe el Pleno tomando un café”.

Y cuando sonó la campana final de un Pleno que abre una nueva era, sin Carrasco ni Martínez, hubo cierto alivio en las filas populares. Orejas se dejó felicitar también por los numerosos asistentes que hoy llenaban el salón de Plenos, a pesar de que Matías Llorente protestaba sardónico: “¿¡Qué es esto!? Primero le tendremos que votar como presidente, ¿no?”.

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