Paradores crece hacia Portugal... y se olvida de León

El antiguo Palacio de los Allende, en Burón, que fue desmontado piedra a piedra del pantano de Riaño con la promesa de 'renacer' como Parador... y sigue esperando.

Carlos J. Domínguez

Paradores, la marca pública de establecimientos de calidad, dependiente de Turespaña y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, hace tiempo que dejó atrás su apuesta por la provincia de León. Buena cuenta de ello es que, a pesar de que se encuentra en pleno proceso de expansión, con la reciente creación de un nuevo establecimiento en Portugal, dentro de una nueva idea de franquicia internacional, son varios los proyectos leoneses que siguen en la estacada. Y parece que para siempre.

Un caso que ya viene de lejos es el de Burón. Se trata del tantas veces barajado uso de un antiguo palacio de este municipio en el Parque Regional de Picos de Europa, el Palacio de los Allende, para construir un Parador Nacional en una de las zonas naturales con más encanto de la geografía leonesa. Desde que se ejecutara el polémico pantano de Riaño, y que entre otros efectos se tuviera que desmontar piedra a piedra aquel imponente palacio de principios del siglo XX, siempre se barajó la posibilidad de que una de las posibles compensaciones turísticas a la zona sería la ejecución de un Parador en este edificio.

La compensación por el pantano de Riaño, en Picos

Desde entonces, las piedras numeradas -y muchas de ellas ya desaparecidas con el paso de tiempo- esperan a que aquel compromise se fragüe. Aunque nadie confía ya en ello. Todavía en 2009 sobrevivía aquella vieja idea y por entonces llegó la primera confirmación oficial de que jamás habría un Parador en los Picos de Europa leoneses, al asegurar Turespaña que el proyecto quedaba en agua de borrajas al no haberlo solicitado ninguna institución, ni la Diputación leonesa ni la Junta de Castilla y León, la cual por cierto tenía desde años atrás reservados hasta 3 millones de euros para volver a levantar la casona. Aún hoy, en la web municipal del Ayuntamiento de Burón se afirma que “las gestiones para convertirlo en el tercer Parador Nacional de la provincia de León están prácticamente culminadas, lo que sumará un nuevo atractivo turístico al municipio”. Obviamente, aquella pretensión duerme el sueño de los justos.

Antiguas escuelas de Villablino, que fueron derruidas, en comparación con uno de los fallidos proyectos de ejecución del nuevo Parador Nacional.

Villablino, las escuelas fantasma

Más reciente y más sangrante es el caso de Villablino. Porque el mismo Ministerio que está en el punto de mira de la muerte definitiva del carbón y de la actividad económica tradicional y casi exclusiva de las cuencas mineras es el mismo que dio carpetazo a la ejecución de un prometido Parador Nacional. Poco tiempo después de que el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero dejara el Gobierno, tras comprometer esta obra con una inversión de 12 millones de euros que jamás se ejecutó, la presidenta de Paradores, Ángeles Alarcó, confirmó en 2012 que las esperanzas turísticas depositadas por Laciana en este establecimiento quedarían rotas. “Sinceramente León ya tiene varios paradores, se ha hecho una reforma integral del de Villafranca del Bierzo, y pensar ahora, cuando no hay cifras de demanda, en aumentar la oferta, es impensable”, sentenció.

Atrás quedaban años de promesas y algunos lentísimos movimientos administrativos para desafectar el edificio que estaba previsto, las antiguas escuelas del grupo escolar de Villablino, derribadas eso sí, que hoy permanecen como un cadáver envejecido sin esperanza alguna del lujoso impulso turístico que la marca Paradores imprime en todos sus establecinientos.

A Villafranca del Bierzo sí le llegó

En realidad, el único proyecto entonces comprometido que sí tuvo tiempo para materializarse fue la reforma del Parador de Villafranca del Bierzo, la cual vio la luz en 2011 tras la inversión de más de seis millones de euros. Tras las obras, el rebautizado Parador Nacional Antonio Pereira ofrece 51 habitaciones, doce más de lo que ya venía funcionando, y oferta dos piscinas, una gran terraza con vistas a las montañas de la comarca leonesa del Bierzo, mayor zona de aparcamiento y un salón de 280 metros cuadrados con capacidad para 250 personas.

San Marcos: de 40 millones a 500.000 -polémicos- euros

Pero de aquel entonces era el proyecto estrella de uno de los paradores estrella de España: la integral reforma del Parador de San Marcos en la capital leonesa. 40 millones para la remodelación de todas las habitaciones y los servicios comunes, la creación de un spa y un salón de convenciones con capacidad para más de 600 personas, que debería haberse iniciado antes de 2011 y durado entre tres años y medio y cuatro años.

Tras todo un mandato, el actual, en el que primero se dilató aún más una decisión gubernamental y finalmente se anunció la renuncia a este macroproyecto, este mismo año 2015 Paradores Nacionales confirmó que sí habría remodelación. Pero nada que ver con aquella: apenas 490.000 euros de los 750.000 que salieron como base de licitación. Aparte del recorte extremo, nada se conoce con detalle de lo que con este dinero se prevé realizar en San Marcos porque nada ha trascendido por ahora.

El desconocido caso del desengaño de La Bañeza

La historia de los desengaños de la provincia de León con los Paradores Nacionales de Turismo, sin embargo, no es de ahora. Pocos lo saben, pero La Bañeza tuvo papeletas para contar con un establecimiento estatal de lujo. La historia comenzó en 1928, cuando el entonces Patronato Nacional de Turismo empezó a proyectar y una red de Albergues de Carretera para Automovilistas, con dos tipos de tamaño diferente y en estilo racionalista. Los responsables de estos proyectos fueron los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez, que ganaron el concurso público en 1929.

La lista incluída 12 establecimientos que después deberían haber sido Paradores: Almazán, Aranda del Duero, Benicarló, Medinaceli, Embalse de la Peña, Bailén, Antequera, Puerto Lumbreras, Argamasilla de Alba, Manzanares, Puebla de Sanabria... y La Bañeza. De ellos, casi todos desaparecieron como tales establecimientos y sólo cuatro forman parte de la actual red estatal. Por supuesto, La Bañeza también se quedó en una golosa promesa. Parece que desde entonces es el sino de la provincia leonesa, salvando los casos del hoy algo envejecido San Marcos y el modernizado de Villafranca.

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