El olvidado Fuerte de San Carlos en Puebla de Sanabria, para luchar contra Portugal
En 1640 Portugal se rebeló y se separó de la corona hispánica de Felipe IV. Aquello pilló por completo desprevenidos a todos y los portugueses vencieron en un principio a los temidos tercios españoles consiguiendo su independencia, aprovechando que también se rebelaron los catalanes ese mismo año. Aunque Cataluña se conservó por parte de la monarquía de los Austrias, durante 40 años se produjo una guerra larvada en la raya que provocó la necesidad de crear nuevos baluartes defensivos contra el renacido estado portugués a primeros del siglo XVIII.
En los archivos del Ayuntamiento de León se pueden leer las levas de soldados y legajos solicitando suministros desde La Puebla de Sanabria en aquella infausta guerra hispano-lusa que duró cuarenta años, posiblemente para la guarnición de su conocido e impresionante castillo roquero y para una primitiva fortificación en el mismo lugar que este baluarte de la Edad Moderna de San Carlos, que se replanteó y refortificó tal y como indican sus restos arqueológicos actuales una vez conseguida la independencia por parte de Portugal.
Según la Asociación Española de Amigos de los Castillos de España, “la coronación de Felipe II como rey de Portugal, supuso la integración de este reino en el imperio Español desde 1580 hasta 1640, desapareciendo cualquier necesidad defensiva. Cuando en 1640 se rebela Portugal contra la monarquía Hispánica, la frontera está completamente desprevenida”. Según ellos, “tras la paz de los Pirineos con Francia en 1659, España está en condiciones de iniciar una ofensiva contra Portugal”, pero fracasa estrepitosamente como las anteriores y “en 1668 se reconocen las fronteras con Portugal”.
“En la guerra de Sucesión Española la frontera es atacada por las tropas anglo-portuguesas que apoyaban el bando del archiduque Carlos y ocupan Ciudad Rodrigo, Puebla de Sanabria y San Felices de los Gallegos, fortificando estas dos últimas. Al año siguiente las tropas de Felipe V recuperan Ciudad Rodrigo y tras el tratado de Utrecht, la nueva dinastía borbónica emprendrerá un proyecto de fortificación de la frontera aprovechando las fortificaciones medievales y los cortados de los ríos Duero y Águeda”, continúa la ficha de esta asociación protectora de estas fortalezas.
En esos momentos se reconstruyó el Fuerte de San Carlos (se cree que sobre 1706 como indica este blog con mucha información sobre él y Puebla de Sanabria). Pocos leoneses sabrán de la existencia de este castillo de la Edad Moderna que fue, durante muchos años, un bastión militar que hoy tiene un interesante estudio por ser uno de los pocos castillos de la Región Leonesa construidos a finales de la Edad Moderna mediante el sistema de defensa de traza italiana o de estrella.
Un atractivo turístico enterrado, pendiente de ser descubierto
Unión del Pueblo Leonés, mediante la presentación de una enmienda al efecto en las Cortes de Valladolid, pretende que se reinicie las excavación y posterior puesta en valor del Fuerte de San Carlos de Puebla de Sanabria después de las campañas de 2005 y 2006. “Conservándose restos arqueológicos de importancia, estos deben ser descubiertos, valorados, catalogados convenientemente y expuestos al público en la medida de las posibilidades que ofrezcan para ahondar en el conocimiento histórico, y posterior exhibición pública, apuntan los leonesistas. Si bien en su momento se iniciaron ciertos trabajos de investigación, la falta de continuidad de los mismos, pasados varios lustros, ha conducido a que en la actualidad el abandono del emplazamiento defensivo sea total, sepultados sus restos y cubiertos de matorrales que producen una degradación progresiva, dando una apariencia a simple vista de viejos escombros”, asegura la formación política leonesista.
“Las características arquitectónicas, tanto por la utilización de materiales, mampostería, adobe y teja de barro, como por su construcción, bien diferenciada del resto de las edificaciones sanabresas, le conceden unas peculiaridades, que de encontrarse convenientemente accesible, la convertirían en un reclamo turístico, como algo más que visitar, en uno de los pueblos más bonitos de España. El fuerte se encuentra en las cercanías de la villa, conservándose restos de finales del XVII, ligado a la historia de la capital sanabresa, siendo erigido con premura para su defensa en la guerra con Portugal. Sirvió para su fin pero no pudo hacerlo frente a la degradación que supone el paso de los siglos, encontrándose en este momento en una situación que fácilmente pasa inadvertido para quien desconozca el valor histórico que le acompaña. Con la partida presupuestaria a debatir próximamente, UPL insta al gobierno autonómico a cumplir con la obligación de conservar el patrimonio, tal y como le corresponde, recuperando y acondicionando para fines turísticos el fuerte de San Carlos de Puebla de Sanabria”, aseguran.
Un baluarte casa-cuartel
El bloguero Xibeliuss (mencionado anteriormente del blog de Puebla de Sanabria) apunta que las excavaciones revelaron la existencia de una construcción sólida, a modo de casa cuartel, que se completa con un parapeto de protección, y otras dos estructuras centrales concéntricas, complejo que disponía probablemente de todas las dependencias necesarias para soportar una guarnición acantonada en el fuerte. El recinto interno responde al sistema abaluartado de doble defensa al interior, al que se antepone un foso rodeándolo en todo su perímetro. Este sistema delimitaba un espacio central elevado de planta cuadrangular, de unos 750 metros cuadrados de superficie, catalogable dentro de los cánones de la época para las estructuras de guarnición sobre puntos concretos, con una fortificación doble que ofrece dos zonas de defensa, una externa donde tiene lugar el combate y otra interna de seguridad, ambas abaluartadas.
La construcción se ejecutó “en mampuesto de piedra escasamente regular, de mayor tamaño en los cimientos, presentando, a partir de una altura indeterminada, alzados de adobe, tal y como atestiguan tanto los resultados de las intervenciones como algunas noticias documentales (como la de un escrito firmado por Antonio Durante en 1789), que describen al fuerte como de piedra y barro”.
Aún así indica que “como si bien se alude a la dotación del fortín con buena muralla, casa fuerte bien pertrechada, foso y contrafoso (Tomás López), no faltan las alusiones por las mismas fechas al carácter poco útil del baluarte por su erróneo emplazamiento y mala construcción (Pedro Moreau, 1755)”.
El fin del fuerte de San Carlos en Puebla de Sanabria, o su abandono, bien pudo ser durante la Guerra de Independencia contra el francés, ya que los ingleses se dedicaron a volar todos los baluartes de la zona española de la frontera con Portugal, aprovechando para dejar intactos los portugueses –como se puede ver cerca de Ciudad Rodrigo comparando el estado de la ciudad fortificada lusa de Almeida (una ciudada abaluartada completamente intacta) y el Fuerte de la Concepción en Salamanca– y siguiendo la política preventiva de hacer el mayor daño posible a su aliado ahora, pero antiguo enemigo secular español y proteger a su aliado luso de paso. Hay hasta una ruta turística en Salamanca por las fortalezas de la Raya muy recomendable.
De aquellas San Carlos quedaría arrasado para evitar que lo pudieran usar los franceses en la vergonzosa huída del Ejército inglés en la que se produjo la batalla de Cacabelos y la desbandada anglosajona hasta la muerte de su general Moore en su precipitado reembarco a las islas británicas en La Coruña. Nunca más se volvería a usar y cayó en el olvido.