El novio de Carrasco: “Desde que la vi allí tirada, mi vida se acabó”

Jesús López-Brea e Isabel Carrasco en un viaje a Nueva York pagado por Caja España. Foto: Interviú.

C.J. Domínguez / M. Cuervo

La pareja sentimental durante 11 años de la asesinada presidenta de la Diputación de León, Jesús López Brea, ha comparecido hoy en la Audiencia Provincial recordando cómo el 12 de mayo de 2014 se despidió de Isabel Carrasco para ir a la sede del PP, acercándose luego en moto a esa sede, y encontrándose a Marcos Martínez que había oído “cuatro petardos”, sin saber lo que pasaba.

Un motorista de la Policía Local atravesó en moto por ella, algo que “nos extrañó”, y “rápidamente nos acercamos hasta el cordón policial, no se veía nada, sólo personal sanitario y poco más”. “Ricardo Gavilanes -su actual abogado- vino hacia mi blanco y me dijo ”Isabel está ahí“. Salté el cordón, eché a correr y la vi tapada con una sábana blanca, pude ver su cabeza, pelo y un poco de sangre... Y ya me dijeron que estaba fallecida. Luego me sacaron de allí y me metieron una pastilla en la boca...”.

Los lunes Carrasco solía ir al partido, recordó, siempre “sobre las cinco de la tarde”, admitió a preguntas del fiscal. Y solía realizar, desde casa, el mismo recorrido sobre la pasarela, “tanto de ida como de regreso”. También reconoció que ni llevaba escolta ni sentía amenaza alguna.

Después se habló de que conocía a la acusada Triana Martínez, “la conocí en el Congreso -del PP- en Valencia”, al igual que a su madre, porque además de coincidir en la actividades se alojaron en el mismo hotel. En una ocasión, Montserrat le dijo que echara una mano para que aprobara su hija las oposiciones de Telecomunicaciones de la Diputación. “Me dijo que era muy válida y que Isabel le tenía que echar una mano, me pareció normal; se lo comenté a Isabel y me dijo que de ayudarla nada porque esa plaza iba a quedar libre, que se presentara y se preparara como otros”.

La boda maragata con Luis del Olmo

En otra ocasión, una boda maragata con Luis del Olmo, Montserrat “me comentó que tenía que darle los exámenes -a su hija-, y le dije esas cosas Isabel no las hará ni yo se lo voy a pedir”. Y eso “no se lo comenté más” a su pareja. Y en enero de 2014, comprando, “aparecieron las dos, siempre muy educadas, ningún insulto a Isabel, sin agresividad; me dijeron que su hija estaba sin trabajo” y poco más. Y a preguntas del fiscal, “jamás me dijo -Isabel Carrasco-” que hubiera estado Triana en su casa. “No tendría ningún sentido”. “No dudo de que posiblemente pudiera llamarla en alguna ocasión cuando trabajaba en la Diputación, venían funcionarios para traer la firma, gente del partido, pero ella no que me dijeran”.

“No, no tengo ningún dato”, respondió lacónico cuando se le preguntó si podría haber intentado besarla.

Su antiguo piso está hoy a la venta, con anuncios y fotos de la casa, y el fiscal insistió en que se puede ver en Internet en la página web Idealista, algo que López Brea admitió, tratando el fiscal de demostrar que cualquiera puede ver disposición y muebles de su antiguo domicilio.

A vuelta con las fotos de la cocina y su tamaño

A preguntas de la abogada de la acusación Beatriz Llamas, quiso saber si consideraba capaz a Carrasco de acosar a alguien sexualmente, y más a otra mujer, algo que su pareja descartó. “¿Cree que para Isabel una funcionaria interina eran tan importante como para hacerle la vida imposible?”, preguntó. “No lo creo. Tenía un montón de asuntos, funcionaba a toda velocidad con todo, se levantaba a las 6.30 horas”.

Con fotos de hoy mismo, el abogado Carlos Rivera quiso demostrar una contradicción de Triana al describir la casa y en concreto el tamaño de la cocina, ya que a su juicio y el de López Brea es una cocina grande, mayor de lo que se aprecia en Idealista. Esas fotos se incorporaron al juicio, sin reparos de la defensa.

El momento más emotivo vino cuando su abogado le preguntó su estado actual: “Desde que la vi allí tirada, mi vida se acabó; no sé de qué manera recomponer mi vida. No tengo nada, estoy en el paro, cobrando el paro, que termina ahora en diciembre, intentando entrar en Madrid y sacar fuerzas de no sé dónde”, admitió con apariencia abatida.

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