Máxima expectación y retraso en el arranque del juicio del asesinato de Carrasco

Raquel Gago, ex policía local acusada, demacrada en su acceso a la Audiencia, por la puerta principal. Triana Martínez asesinato isabel carrasco juicio audiencia provincial /  Carlos S. Campillo / ICAL

C.J.D. / Marta Cuervo

Con retraso y con evidentes diferencias entre la actitud de las tres acusadas por el asesinato de la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco. Así comenzó esta mañana el esperadísimo juicio contra Montserrat González, Triana González y Raquel Gago en la Audiencia Provincial.

La expectación era máxima, como se esperaba. Decenas de cámaras y cientos de periodistas y curiosos en la plaza de San Isidoro donde se ubica la Audiencia esperaban el acceso a la sala de vistas de las tres acusadas, para comenzar las sesiones en las que todas las partes, Fiscal, defensas y acusaciones, les relataron sus respectivos escritos de calificación previas.

Triana Martínez, abrigada y oculta al mismo tiempo. / Carlos S. Campillo / ICAL

La policía local Raquel Gago fue puntual como un reloj, junto a su letrado. Accedió por la puerta principal, con actitud de normalidad, aunque su aspecto físico delataba que se encuentra demacrada ante un juicio que será duro y largo. Lo había hecho a las nueve en punto de la mañana, que era la hora fijada para el inicio del juicio.

Sin embargo, Montserrat González y su hija Triana Martínez, procedentes de la prisión provincial de Mansilla de las Mulas, donde continuaban encarceladas desde la comisión del presunto delito, se demoraron más de un cuarto de hora. Bajo un frío gélido, los periodistas esperaban para tomar sus primeras imágenes antes de sentarse en el banquillo de los acusados. Bajaron la madre primero y la hija después, vestidas con un abrigo prácticamente idéntico y un gorro que no dejaba verles la cara.

En el banquillo de los acusados, actitudes radicalmente diferentes

Ya en la sala, frente al jurado popular elegido ayer, las actitud de las tres imputadas también eran radicalmente opuestas. Montserrat mantenía evidente su actitud altiva, sin apartar la vista de la mesa que ocupan el juez y la secretaria judicial. En evidente contraste, Raquel Gago con la cabeza agachada la mayor parte del tiempo y sin hacer gesto alguno. Y Triana, acompañada de un cuaderno para realizar algunos apuntes de lo que las partes iban friamente relatando.

(Seguirá ampliación).

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