Las llamas llegan al centro de la provincia de León con un incendio en Barrillos de Curueño
Las llamas tocan al centro de la provincia, y con polémica y sospechas de que haya sido provocado por personas que hacían lo que no debían. El pinar de Barrillos de Curueño ha comenado a arder sobre las tres de la tarde. Los vecinos han retenido reteniendo un camión de trabajos forestales denunciando que se estaban realizando este tipo de labores pese a las prohibiciones de la Junta de Castilla y León de estas prácticas debido a las peligrosas condiciones de fuego en estos infaustos días de agosto.
El incendio declarado en Barrillos de Curueño continúa activo desde que se iniciara a las 14.25 horas. Según los datos de Inforcyl la extinción “participan medios aéreos y terrestres, incluyendo un helicóptero, una cuadrilla terrestre, dos autobombas, una cuadrilla helitransportada de lucha contra incendios forestales (ELIF) o brigada de refuerzo contra incendios forestales (BRIF), y un agente medioambiental. Vecinos de la zona también se han sumado a los esfuerzos de contención del fuego. De momento no se ha informado de la superficie afectada ni del tipo de vegetación quemada, y el origen del fuego no ha sido determinado, por lo que se mantiene en investigación”. A última hora de la tarde las autoridades informaban de que, afortunadamente, estaba “bajo control”.
Polémica en mayo
Este foco se produce apenas tres meses después de que en mayo se hubieran efectuado denuncias de sacas de madera ilegales en este bosque de pinos, en el que se detalla la investigación que la Guardia Civil inició tras recibir más de diez denuncias por talas ilegales de árboles —principalmente pinares de más de 60 años de antigüedad— en diversas fincas de la misma zona de Barrillos de Curueño.
Los afectados denunciaban entonces que la madera había sido arrancada sin permiso, algunas veces por madereros que sí compraban legalmente madera de fincas cercanas, y que en otros casos se acusaba a un maderero en concreto por no disponer de permisos para cometer aquellas talas.
Los vecinos, alertados por los trabajos de saca cuando la Junta los ha prohibido por la peligrosidad de que provoquen incendios forestales, han actuado reteniendo un vehículo que consideraban que estaba en esas labores. Estaban vigilantes ante los terribles desastres producidos en otras partes de la provincia, siendo la zona central justo al norte de la capital leonesa (con los grandes pinares de Rioseco de Tapia y La Robla) la única que todavía no había sufrido el embate de las llamas en estos días.
