León, una ciudad llena de líneas de deseo

Línea de deseo Ordoño II con Independencia.

M.C.

La vida en la ciudad transcurre de forma efímera, acelerada y a diario el diseño de muchas calles nos obliga a tomar caminos que chocan con nuestro sentido común, que nos hacen 'gastar' tiempo. A veces, obedecemos la dirección establecida, aunque ello suponga rodear algunos metros. Pero, en muchas otras ocasiones, de forma consciente o inconsciente, atajamos creando líneas más rectas, diagonales que reducen el espacio a recorrer y nos ayudan a ahorrar tiempo para llegar a nuestro destino.

Uno de los ejemplos más significativos en nuestra ciudad lo encontramos precisamente en el centro de la capital, en el cruce las calles de Ordoño II con avenida Independencia, donde muchos viandantes no respetan la ordenación de los dos cruces con semáforo, y trazan una diagonal directa del primero de los pasos de cebra hasta el final del segundo, y viceversa.

Estas rutas imaginarias que las personas generan en su mente y ejecutan de forma mecánica, son el reflejo de un deseo, y de ahí que se conozcan en arquitectura bajo el nombre de desire lines o líneas del deseo, un término acuñado por el filósofo francés Gaston Bachelard en los años 50.

En ocasiones se trata de apenas unos centímetros, pero siempre tienden a evitar los chaflanes, como ocurre, por ejemplo, en la mayoría de los pasos de peatones de Gran Vía de San Marcos y en muchos de la avenida de la Independencia.

'Caminos de elefantes'

Las líneas de deseo, que los holandeses llaman 'caminos de elefantes', no siempre son invisibles y muchas de ellas se distinguen de forma muy clara en parques y zonas ajardinadas.

Línea de deseo campos en Eras.

Estos trazados ilusorios que la mayoría de los ciudadanos atraviesan numerosas veces a lo largo del día, delatan su propio uso según el ancho que se dibuja cuando se trata de una superficie natural, como en los campos de Eras y en los márgenes del río Bernesga de esta parte de la ciudad.

Deseos que se vuelven realidad

En ocasiones, la demanda de estos caminos alternativos en las ciudades provocan que finalmente terminen por convertirse en paseos acondicionados como tal. En León, la zona de césped que precede a la explanada de la Junta de Castilla y León, ha sido intervenida con diferentes trazados de arena y piedra precisamente por este fenómeno. El creciente número de ciudadanos que usaban estos caminos terminó por adaptar el diseño de este espacio.

Incluso, a veces se han realizado acondicionamientos mucho más pequeños, como la colocación de pequeñas rampas o escalones en desniveles de aceras por donde las personas, o ciclistas, tienen costumbre de subir y bajar.

Fallos de diseño

Aunque las líneas de deseo no siempre son positivas, ya que pueden poner en peligro la seguridad del viandante –el ejemplo en León lo encontramos en el Paseo de Papalaguinda y La Condesa, donde muchas personas atraviesan la calle sin respetar el paso de cebra, y donde el Ayuntamiento incluso ha colocado unas vallas limitado las jardineras que separan ambos sentidos de la marcha de la carretera para evitarlo-.

En otras ocasiones se trata del medio ambiente lo que se pone en peligro, en espacios donde se necesita una protección natural especial, y los ciudadanos lo ignoran pasando sobre dichos lugares. En cambio, hay que tener en cuenta que estos 'caminos de elefantes' pueden surgir debido a un fallo en el diseño urbano, como en el caso de la avenida de los Peregrinos, donde casi llegando a la altura del CEP Camino del Norte uno de los puentes que atraviesa el río Bernesga no sigue la línea recta natural con la ausencia de un paso de cebra alineado para cruzar la calle, sino que esta línea de deseo pasa por el medio de dos pasos distanciados unos cuantos metros entre ellos.

Líneas de deseo frente a la explanada de la Junta de Castilla y León.

Efectividad, rapidez y sentido común; los leoneses buscamos el camino más corto para desplazarnos, con rutas imaginarias, líneas de deseo o 'caminos de elefantes' que calculan el trayecto más eficiente.

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