La increíble historia del “refugiado” sirio que fue acogido en León en el siglo XVIII

Archivo Histórico Diocesano de León

Guillermo Carrizo Valcarce

En los tiempos que corren es más que habitual oír hablar de personas que huyen

de Siria y otras naciones en busca de refugio y una vida mejor y más segura en Europa.

Lo que nadie podría sospechar es que la ciudad de León cuenta con un curiosísimo

antecedente en lo que a la acogida de “refugiados” se refiere. Una partida de bautismo

(correspondiente a la parroquia de San Juan de Regla) en el Archivo Histórico

Diocesano de León así lo confirma.

El protagonista de esta increíble historia no es otro que Amurat de Mahomet,

originario de la ciudad de Trípoli, comprendida en la provincia de Siria y bajo la

jurisdicción, por aquel entonces, del imperio turco otomano. Desde pequeño Amurat

había profesado la religión mahometana y en torno a 1727 se embarcó como corsario al

servicio de los turcos con el fin de saquear las costas cristianas. Un giro del destino le

hizo caer prisionero de marinos portugueses en el Cabo de San Vicente. Posteriormente

sería conducido a la ciudad de Lisboa, en donde se le encarceló por espacio de mes y

medio en “la casa llamada La Galera”. A continuación pasaría a ser esclavo de un

particular, concretamente Federico Macmanus, embajador en Portugal por el estado de

Holanda.

Durante su estancia en la casa del embajador holandés, Amurat tuvo una

experiencia que, a la larga, le conduciría a la conversión al catolicismo y a la deserción

de su condición de esclavo. Parece ser que presenció en directo un ritual de exorcismo

que practicaron dos religiosos capuchinos a un soldado católico portugués. Según reza

el texto hallado en el archivo, el esclavo: “había oído hablar al soldado en varias

lenguas, y en especial en la suya arábiga, que nunca había aprendido“. A raíz de este

suceso, el antiguo pirata musulmán tomó la firme decisión de convertirse al catolicismo

y, para ello, abandonó a su amo, puesto que era protestante.

Es entonces cuando Amurat se convirtió en un proscrito e inició un largo periplo

por varios lugares (Abrantes, Miranda do Douro, Carbajales de Alba, Mayorga) hasta

recalar finalmente en la ciudad de León el 15 de septiembre de 1730. Desde el primer

momento el “refugiado” sería acogido en la vivienda particular de D. Pedro de Benito, a

la sazón doctoral de la catedral, quien se encargó de que: “le instruyesen y catequizasen

por espacio de casi seis meses“. Los responsables de inculcarle las enseñanzas

religiosas fueron el Padre Fray Franco de Santo Tomás (lector del desaparecido

Convento de Santo Domingo) y el Padre Fray José del Amor de Dios (religioso

descalzo del Convento de San Francisco).

El 24 de marzo de 1731, coincidiendo con la vigilia pascual, se celebraría un

solemne acto en la Catedral de León en el que el obispo, D. Francisco de la Torre

Herrera, administró a Amurat el sacramento del bautismo. Según el documento hallado,

concurrió al acontecimiento: “todo el capítulo de la Catedral y mucho número de

pueblo, con lo principal de uno y otro sexo“. Durante la ceremonia le apadrinó el

licenciado D. Pedro Manuel Martínez de Aparicio, canónigo de la Catedral, quien le

puso por nuevo nombre José Joaquín de Santa María.

Poco sabemos de la vida de Amurat con posterioridad a su llegada, pero todo

apunta a que quedó a residir en León, pues consta su confirmación el 1 de abril de 1731

en el oratorio del palacio episcopal de la ciudad.

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