Genarín ya tiene quien le honre con sus versos canallas la noche de Jueves Santo
Reunido el jurado de la sexta edición del Certamen Genariano de Versos Burlescos, convocado por la Cofradía de Nuestro Padre Genarín, ha declarar ganador del mismo al poema titulado 'Señor de San Lorenzo' del que es autor Mario Malagón Álvarez.
El jurado ha estado compuesto por Maximino Barthe Arias, Abad de la cofradía; Fernando Pérez Álvarez, secretario de la Cofradía; Mario Diez Ordás y José Antonio Repeto, como ganador del Certamen del año anterior, quienes decidieron el ganador tras la lectura anónima de los veinte poemas presentados al certamen.
Cabe recordar que estos versos se leerán en 'El Entierro de Genarín', honrando la memoria del borracho leonés más famoso de su historia, y en memoria del 'evangelista' Francisco Pérez Herrero.
Con posterioridad a la noche Jueves Santo, se publicará en la web www.genarin.es una selección de los poemas presentados a concurso.
Para que te hagas una idea de lo que se leerá este año, estos versos ganaron la edición del 2015, por José Antonio Repeto González (Jeréz de la Frontera - Cádiz).
La noche del Jueves Santo
me encomiendo a Genarín,
alumbrado paladín
del dislate y el quebranto.
Por él mi oración levanto
al cielo claro leonés.
Y por no ser descortés
saludo a su cofradía,
modélica compañía
de este justo del revés.
También le rezo a la Muerte,
compañera inseparable
de Padre tan venerable
a quien le debo mi suerte.
Que fuera yo muerto inerte
si por no tener su influjo
no hubiera gozado el lujo
de catar sin contención
el néctar sin parangón
al que titulan orujo.
Y no relego a la Moncha,
eminente meretriz
con cuerpo de emperatriz
con la que el pueblo se troncha.
Encaramada en su loncha,
en esta noche no chinga.
Y no por falta de minga,
sino por ir de rondón
por las calles de León
como una señoritinga.
Meritan también altura
esos cuatro evangelistas,
celebérrimos artistas
de la bohemia más pura,
que con excelsa cordura
dieron lustre y esplendor
a este santo pecador,
putañero sin tapujo,
y trasegador de orujo
delante del mostrador.
Debemos honrar al hombre
que fue norte y paladín
del culto al gran Genarín
y a su fiesta de renombre.
Lo dice todo su nombre:
Francisco Pérez Herrero,
mecánico pinturero
de incisivos y molares,
autor de versos a pares
y Evangelista señero.
Igual honra y homenaje
merece Fermín Carnero,
el viceabad cofradiero
que hasta el final, con coraje,
nos dejó cabal mensaje
de ser fiel a Genarín;
pues sabedor de su fin,
asistió a la última cena
de su existencia terrena:
¡Qué gran cofrade, Fermín!
Así brota mi cantar,
sin reserva ni tapujo,
en esta noche de embrujo,
francachela y buen yantar.
Y postrado ante el altar
de la gamberra curdela,
dedico mi cantinela
a la Luna de Nissán,
bajo la cual el gañán
mata la sed sin cautela.
Igual mató Genarín
su vana sed de estulticia:
bebiendo con avaricia
en incesante festín.
Hasta que tuvo aquel fin
que truncó su puerca vida:
que el conductor homicida
que le cortó la meada,
por tan grande marranada
tiene la gloria perdida.
Merecen igual condena
los políticos chorizos,
asiduos de bancos suizos
y del langostino en vena.
Que los de Sierra Morena,
bandoleros afamados,
son simples aficionados
al lado de los trincones
que se llevan los millones
a vecinos principados.
Tienen el rostro tan duro,
que cuando son sorprendidos
no se sienten concernidos
ni pasan ningún apuro.
Y se sienten tan seguros
que no dimiten jamás.
Con una mano detrás
y por delante la caña
dicen al que les regaña:
“si yo chorizo, tú más”.
Así se cuenta la historia
de esta fiesta putañera,
patria de la borrachera
y de la golfa oratoria.
Que nunca nuestra memoria
olvide al santo patrón
que al orujo y al putón
rindió siempre pleitesía,
al que con noble alegría
rezamos esta oración:
De curas abusadores,
viciosos del pirulín,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
De sindicalistas vanos,
de black tarjeta y botín,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
De las personas estrechas,
que repelen el trajín,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
De banqueros codiciosos,
usureros de postín,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
De concejales mangantes,
diestros en el maletín,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
De políticos rateros,
que prevarican sin fin,
LIBÉRANOS, GENARÍN.
Libéranos, Genarín,
del chorizo y del mangante,
del usurero tunante,
del caco y del malandrín.
Por la gloria de tu orina,
que fue cortada de cuajo
cuando meabas a destajo
apostado en una esquina...
toda esa gente mezquina:
¡QUE SE VAYAN AL CARAJO!'