'Dudas', de Maximiliano Jarque, ganador del concurso de microrrelatos Lenteja de Tierra de Campos

Lenteja Pardina Tierra de Campos

ileon.com

Maximiliano Jarque Blasco, de Valencia, con el microrrelato 'Dudas'; Samuel Del Amor Macías de Benidorm (Alicante) con el microrrelato 'Milagros'; y Ángel Roba Rodríguez, de Logroño (La Rioja), con el microrrelato 'El profesional' son los ganadores del primer, segundo y tercer premio, respectivamente, del III concurso de microrrelatos Lenteja de Tierra de Campos.

El primer premio consiste en 200 euros y un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos. El segundo premio son 100 euros y un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos y el tercer premiado disfrutará de un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos.

Un total de 408 microrrelatos se presentaron en esta tercera edición del concurso, organizado por el Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos, y cuyo principal objetivo es el de fomentar la cultura gastronómica y el conocimiento de esta lenteja de excelente calidad que está incluida en los productos agroalimentarios de Castilla y León.

La elección de los ganadores tuvo lugar en la sede del Consejo Regulador de la IGP, ubicada en Mayorga, este jueves 18 de febrero. El Jurado estuvo compuesto por José Manuel Trabado Cabado profesor de Filología Hispánica y Clásica de la Universidad de León; Tomás Sánchez Santiago, ensayista; Belén Mateos Blanco, doctoranda de la Universidad de Valladolid y especialista en microrrelatos; y Jesús Aparicio Ordás, escritor.

Aquí puedes leer el relato del ganador:

Dudas

El lunar o el tumor podían ser del tamaño de una lenteja, depende de la elección el microrrelato podía ser romántico o ser un drama. Pero esa solución no daba protagonismo a la legumbre, ésta solo lo alcanzaría si la historia hablase de una receta. Cabía la posibilidad de que apareciese en el dicho “lentejas si quieres las tomas o si no las dejas”, pero era muy manido. Seguramente, otros ya pensaron en esa idea. Se trataba de ser original. El cuento podría ser escatológico, amparándose en la flatulencia del alimento. O podía rememorar el pasado, nombrar a la abuela, añorar su cocina, volver a la infancia. Se podía nombrar lo de la costumbre italiana de la Nochevieja, esa de comer lentejas en vez de uvas. También estaba lo del pasaje bíblico pero, ¡uf!, nunca me gustó que Jacob se aprovechase de un hambriento (¡eso entre hermanos no se hace!). Una solución rastrera sería nombrar la procedencia de la lenteja, pues su consejo regulador eran los organizadores del concurso. Lo bien cierto, es que era el último día para enviar el microrrelato, era su cumpleaños, le estaban esperando para soplar las velas y ya había llegado a las doscientas palabras.

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