Cómo cuidar tu piel del sol y disfrutar en verano

Sol, playa

Con la llegada de la primavera empieza a notarse el buen tiempo con el que salen los rayos del sol, tan beneficiosos como perjudiciales para nuestra salud. La piel queda expuesta a una luz demasiado penetrante, sea en el lugar que sea: la ciudad, la playa o la montaña. La intensidad de los rayos UVA es demasiado alta durante el día, lo que puede causar graves consecuencias con desagradables síntomas. Es cierto que sol brinda variados beneficios como la generación de serotonina (la sustancia que produce nuestro cuerpo humano relacionada con el bienestar); producción de melatonina, que ayuda a definir los ciclos del sueño y a sentirse más despierto; o el aumento de la libido y, por tanto, del deseo sexual. Sin embargo, todo ello es positivo para nuestra salud siempre que el sol se tome con protección y sin abusar de las horas de exposición. Aun así, como es imposible tenerlo todo bajo control, existen diferentes productos Heliocare o de otras marcas que pueden ayudar a disfrutar del sol, evitando los efectos nocivos.

Existen cápsulas orales, hechas a base de ingredientes naturales antioxidantes, cuya principal función es proteger la piel frente al daño oxidativo. También se pueden adquirir pulverizadores protectores solares para cuerpo y cara, aptos para cualquier tipo de piel, ya sea normal, grasa, especialmente vulnerable o con tendencia acneica. Estos productos también pueden encontrarse en forma de gel o crema. Sus filtros de origen natural tienen propiedades fotoprotectoras, antioxidantes e inmunoprotectoras. Algunos de estos protectores aportan, incluso, hidratación y luminosidad a la vez que proporcionan un toque de color, para enmascarar imperfecciones. Para los que les gusta estar morenos durante los meses de verano lo recomendable son unas cápsulas, que actúan como complemento alimenticio que estimula un bronceado intenso y duradero, más bello, luminoso y homogéneo.

Todas estas lociones son bastante beneficiosas, siempre y cuando se elija el factor de protección adecuado. Durante los primeros días del verano es recomendable utilizar factor alto (35 o 50). Asimismo, hay que poner atención en que la cantidad que se eche sea suficiente. Un adulto necesita unos 35 gramos aproximadamente, que le servirán para cubrir todo el cuerpo. El proceso deberá repetirse regularmente, ya que el protector puede eliminarse con el sudor, el roce de la toalla o el bañador o al meterse en el agua.

Además de estos productos, es fundamental seguir las recomendaciones de siempre, que son las siguientes: evitar la exposición solar en las horas centrales, es decir, entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde; usar gafas de sol, sombreros o gorras; llevar ropa adecuada para no producir fotoenvejecimiento en algunas zonas corporales; consultar con dermatólogos especialistas en caso de que aparezcan algunas manchas no habituales en la piel; hidratarse cuando hace calor, que son los momentos en los que el cuerpo pierde más agua. Es recomendable hidratarse tanto por dentro como por fuera, bebiendo agua y zumos naturales más a menudo de lo que se suele hacer normalmente a diario. Para hidratar la piel es ideal la aplicación de cremas y serum.

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