Comienza un otoño de tormentas en Castilla y León

Ical

Castilla y León tendrá un otoño meteorológico “normal”, si bien la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advirtió de la entrada de una masa baja que podría conllevar posibles tormentas y chubascos a corto plazo, en las próximas dos semanas, un periodo de “incertidumbre” que, no obstante, no se saldría del guion de los registros medios en esta época.

En este sentido y ante la llegada de la nueva estación la próxima madrugada, a las 4.29 horas, los modelos de la Agencia detectan valores habituales para los próximos meses, si bien depende de la ubicación concreta de la baja que entrará en la Península Ibérica en las próximas horas.

Este hecho, junto al calentamiento del mar Mediterráneo, con temperaturas en el agua más cálidas de los normal, podrían contribuir a la aparición de tormentas, chubascos e incluso tornados, como el ocurrido el 2 de octubre de 2013 en la localidad vallisoletana de Villanueva de San Mancio, que llegó a volcar un camión y levantó los tejados de alguna nave agrícola, tal y como recordó el jefe de Predicción de la Aemet Castilla y León, Juan Pablo Álvarez.

Aclaración que corroboró el delegado de la Agencia en la Comunidad, José Pablo Ortiz de Galisteo, quien informó de que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) señaló recientemente que el verano ha sido el más cálido a nivel mundial, lo que repercute en los océanos y, por consiguiente, en los fenómenos adversos.

Por ese motivo, la llegada de tormentas, todas las provincias de Castilla y León se encuentran en alerta estos días, aunque Salamanca, Ávila y Segovia, únicamente en la zona de la Cordillera Central, mientras que en León, se salva El Bierzo. Fenómenos que podrían localizarse en zonas concretas. Como ejemplo, Álvarez recordó que el sábado pasado, en Valladolid, se registraron ocho litros por metro cuadrado en sólo 10 minutos, al igual que en Cuéllar (Segovia), donde una estación meteorológica recogió siete litros, frente a una veintena de otra ubicada en el centro de la población.

En España, para el conjunto del trimestre siguiente se aprecia una mayor probabilidad de que la temperatura alcance valores superiores a los normales en la mitad oriental peninsular y Baleares, de manera más acusada en el cuadrante nordeste y Baleares. En el resto no se aprecian diferencias significativas con respecto a la climatología (periodo de referencia 1981-2010), al igual que sucede con las precipitaciones.

Verano incluso más cálido

En cuanto al balance del verano y en contra de las apreciaciones de que ha sido frío, Ortiz de Galisteo argumentó que la única característica diferente en relación a la media es que no se han registrado olas de calor. De hecho, mientras la media de los últimos años es de 19,4 grados en la Comunidad, este verano se elevó hasta los 19,6. Sin embargo, el delegado territorial de la Aemet reconoció que es el periodo “más fresco” de los últimos seis años y el tercero en lo que va de siglo. “De todas formas, los valores están lejos de los marcados en los años 70, cuando eran más fríos”, destacó. Por contra, en España, el verano ha sido más cálido en seis décimas, “pero en el valor de la media”.

Por zonas, en el centro y el sur de Castilla y León el tiempo fue más cálido, mientras que por periodos, Ortiz de Galisteo reseñó que el mes de junio fue “normal” hasta días antes de San Juan y, a partir de esa fecha, las temperaturas descendieron hasta mediados de julio por debajo de lo habitual, un mes en el que se apreciaron hasta cuatro décimas menos de la media. Sin embargo, el día 16 registró la mayor temperatura del verano, con 39,1 grados en Miranda de Ebro. Por su parte, agosto fue fresco, con algunos días en los que se anotaron valores mínimos de 1,2 grados en El Puente de Sanabria (Zamora) y similar en San Pedro Manrique (Soria).

En cuanto a las precipitaciones, el déficit hídrico en Castilla y León fue del 32 por ciento, con 55 litros por metro cuadrado de media, cuando los valores normales se encuentran en los 81. Llovió menos en todas las provincias menos en Soria, la única en que creció, un aspecto al que contribuyó de forma importante la famosa granizada de Almazán, contabilizada en 100 litros por metro cuadrado, y que estuvo acompañada de un tornado en Duruelo de la Sierra.

En Valladolid, una tormenta que dejó 80 litros por metro cuadrado en Cigales obligó a cortar la A-62, mientras que en la capital las lluvias ese mismo día fueron inapreciables, lo que constata que se trata de pequeñas nubes. Una característica que se demuestra también con la media de precipitaciones recogidas en el observatorio vallisoletano, de 13,2 litros por metro cuadrado, frente a los 38,4 de Villanubla, dos centros que se encuentran a nueve kilómetros en línea recta.

Ortiz de Galisteó realizó también balance de rayos caídos: 40.990 descargas eléctricas en el verano de 2014, algo inferior a la media del periodo 2004-2013, que asciende a 55.965. Igualmente, vaticinó que el año hidrológico, que finaliza el 1 de octubre, será similar a la media, dado que a 17 de septiembre cuenta con un déficit hídrico en la Comunidad del cuatro por ciento, pero que se compensará con las lluvias de los últimos días.

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