Cada vez más familias exigen que la Junta imponga “de oficio” jornada única en los nueve colegios de León sin ella

Colegio Maristas San José.

Ante la inminencia del inicio del curso de jornada partida el jueves 1 de octubre en nueve centros escolares de León que aún mantienen este sistema educativo, todos ellos privados-concertados, arrecian las peticiones, incluso exigencias, de colectivos y familias para que ante la situación de pandemia sanitaria por el coronavirus la Junta de Castilla y León imponga la jornada continua para minimizar el riesgo de contagio, ante la negativa que mantiene la Junta.

Lo que en un primer momento surgió como iniciativa de un grupo de familias que llevan años criticando la imposibilidad de debatir en condiciones razonables el fin de la jornada de mañana y tarde en colegios leoneses, denunciando que las direcciones de los centros lo impiden con la complicidad de la Junta, se ha convertido ahora en un fenómeno que casi es una revuelta generalizada.

La pandemia, y los criterios generales de la propia Junta para, en cualquier otro ámbito, reducir a la mínima expresión el contacto social, es la que está detrás de una auténtica rebelión que cunde ya en todos los colegios leoneses que mantienen este sistema: Agustinos, Discípulas de Jesús, La Anunciata, Jesuítas, Maristas San José, las Teresianas y los tres centros del Colegio Leonés en la capital.

La última iniciativa ha sido la elaboración de escritos dirigidos por las familias al presidente de la Junta, el vicepresidente Francisco Igea y las consejeras de Sanidad y Educación, con copia a la organización de Escuelas Católicas, en las que se busca una avalancha de peticiones individuales.

En ellos, se llama la atención a las autoridades responsables sobre el hecho de que “el riesgo de exposición al virus se dobla con la jornada partida, entrando y saliendo del centro alumnos y familias hasta cuatro veces al día, en el caso de no utilización del comedor escolar”, lo cual sería aún más mezcla y dificultad de seguridad. Y sin contar estos últimos alumnos, al igual que los que acuden al programa Madrugadores, se ven obligados a encadenar 8 ó 9 horas al día con la mascarilla puesta.

A pesar de que abiertamente la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ya ha defendido en público que no ve problema de más riesgo de contagios en el doble horario diario, cada vez más familias no ven “conciliables las llamadas de vicepresidente y consejera a la responsabilidad ciudadana para reducir los desplazamientos y contactos sociales innecesarios con la imposición de cuatro acumulaciones de familiares y escolares a las puertas y en los patios de todos los centros” aún con jornada partida, “ni alcanzan a comprenderse las gravísimas limitaciones a la movilidad y a la vida social de los menores vigentes durante tantos meses a la vista del mantenimiento de esta jornada partida para el curso 2020/2021 pese al aumento alarmante del número de contagios”.

Por último, recuerdan que la Junta no ha dudado en implantar “medidas ad hoc y excepcionales, en algunos casos restrictivas, en muchos impopulares, con la única finalidad de contener el riesgo epidemiológico2, por lo que ”atendiendo exclusivamente a criterios sanitarios, en materia de educación debe adoptarse la misma postura“. sobre todo porque ”la protección del menor es una obligación que recae no solo sobre los progenitores, sino sobre los poderes públicos a la vista del artículo 39 de la Constitución: Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia“.

Un día antes, esta misma postura fue defendida por Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ampas) de Colegios Católicos Concertados de León, exigiendo a la administración autonómica decretar sin demora la obligatoriedad de prorrogar el actual horario sólo mañana, al menos mientras dure la actual y grave situación sanitaria.

En un comunicado, la presidenta de esta entidad, Esther Barthe, apelaba “al sentido común porque en estas circunstancias el horario partido de mañana y tarde no parece lo más aconsejable” teniendo en cuenta “la salud de todos”.

De hecho, recordaba que “igual que la Junta ha establecido normas sobre distancias, horarios o protocolo sanitarios, debería ordenar esta prórroga” porque entiende que “los padres en su mayoría van a estar de acuerdo y los claustros de profesores también” dadas las circunstancias. Y con una dureza poco habitual, aseguraba en su escrito que manteniendo sin cambios la situación y la doble exposición diaria “nos encontramos en una situación de abandono y dejación” por parte del Gobierno autonómico.

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