El Ayuntamiento corta la calle Dámaso Merino por una nueva amenaza de derrumbe de la casona

El corte de la calle Dámaso Merino por un nuevo peligro de derrumbe de la casona.

Redacción ILEÓN

Doce años después de algo más que un buen susto, cuando la casona de la calle Dámaso Merino colapsó por su abandono, vuelven los mismos riesgos y el Ayuntamiento de León se ve obligado a tomar otra vez medidas de prevención de peligros para los viandantes.

Hace ya dos días que la Policía Local de León ha tenido que adoptar, nuevamente, la decisión de cortar el acceso y todo tránsito por esta calle que une el Barrio Romántico o del Cid con la Catedral de León, en el corazón del Casco Histórico de la ciudad, ante un nuevo y evidente peligro que se aprecia en esta zona por la inestabilidad del edificio situado en la calle Dámaso Merino número 3.

Unas vallas y unas cintas notifican visualmente a peatones y vehículos con acceso autorizado al Casco Histórico que está prohibido pasar y el cuerpo policial, además de notificarlo también a través de sus redes sociales, rueda a todas las personas que no se salten la prohibición de paso por el evidente peligro que puede conllevar.

Y es que no resulta fácil de olvidar cómo en el año 2011 ya se produjo un derrumbe de una parte de la fachada y de la estructura justo hacia la calle, llenándola de escombros y sólo por suerte no causando ningún daño personal. El colapso fue grabado casualmente por un vecino y permanece aún visible en las redes sociales, dando muestra del alto riesgo de la situación.

Todo indica que nuevamente la situación se produce por la confluencia de las dos mismas cosas que entonces: por un lado, la aparente desidia de los propietarios del edificio, del que una vez vaciado entonces apenas quedaba ya sólo la fachada y muy poca estructura; y por otro lado, el efecto de las lluvias de los últimos días.

El Consistorio ha optado por la mayor cautela de seguridad mientras trata de volver a involucrar a los dueños de la vieja casona a volver a asegurarla lo máximo posible, dado que en todo este tiempo no se ha podido reactivar una vieja licencia de construcción de viviendas que en su día se había otorgado. El problema es que se aproximan fechas de mucha afluencia a la zona y el corte total de esta calle causa considerables perjuicios a vecinos, turistas, repartidores y hosteleros de las inmediaciones.

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