Atemperar a la Sociedad leonesa

Y todo a media luz... a media luz estamos, no como en el tango, sino haciendo buena la milonga autonómica de la que no somos capaces a salir. Surge lo antedicho como impresión de lo que pudiendo ser un acontecimiento de enorme valor reivindicativo, ante los ojos de los extraños, y a los de los propios, saturados de desilusión, y con escasa materia poco se podía aportar al sentir leonés autonómico, refugiado en la duda y por decidir el cómo y el cuándo conseguir tal estatus. Sin dejar de tener en cuenta el modus operandi.
Se trataba de apoyar a los concejales que han optado o pueden hacerlo, esto es aprobar mociones municipales en apoyo de la autonomía para León, Región Leonesa.
La acera de Botines acogió al obscurecer del día 21 a un corto número de participantes en la concentración propuesta. No es decisivamente malo el dato, mas nos debe llevar a cierta reflexión. La conciencia ciudadana defensiva sigue aletargada. La cuestión es comprender si es así por incapacidad vindicativa, estupor ante lo poco conseguido hasta ahora en otras reuniones con enjundia decreciente, o porque adolecemos de impotencia colectiva, al menos la generandi.
La semioscuridad y las mascarillas impedían apreciar en los asistentes, si es que algún observador se proponía descifrar el momento sociológico en la ciudadanía, cosa que dudo, pero sí intuyo que, en ambiente propicio, podían haber reflotado unos hechos que siempre es bueno poder en valor y mostrar de forma expresiva. La fuerza del (león) León parece ir quedando reducida a un escudo del que presumir desde la vexilología, cuando socialmente poco estamos dispuestos a aportar con presencia reinvindicativa para que sea tenidas en cuenta nuestra situación y futuro. La primera lamentable, y en cuanto al camino parece estar poco iluminado. Y ahí la incertidumbre, cual pesada carga, desmotiva.
Tras la tribuna de oradores, mujeres y hombres para la ocasión, en el Palacio de los Guzmanes iluminado, cual tramoya inmejorable, se mostraba oficialmente, aunque no sola, la bandera autonómica impuesta, y enhiesta desde que un día ya lejano el presidente Cabezas, socialista él, transmitió la orden recibida y asumida, de mandar izarla. El símbolo del vencedor y su recordatorio ondear victorioso. Como contrapunto, el flamear airoso de la purpurada en manos de los asistentes a la concentración.
¿No tendrán la culpa también los ciudadanos leoneses?
Una precisión, a los políticos que nos llevaron al ente autonómico, aun cuando su postura sea ahora de indolente conformismo o mejor de colaboracionisno con los foráneos, los mantenemos en sus puestos con el apoyo de nuestros votos. ¡Reconozcamos la culpabilidad ciudadana y procedamos en consecuencia!
¿En la Diputación provincial de León, institución que políticamente se nutre con aquellos efectivos que de los partidos en juego democrático aparecen situados en los primeros puestos de las listas son la voz de la ciudanía? ¡No! responde al mandato grupal de sus respectivos partidos.
Una imprescindible salvedad. UPL, no es un partido al uso, y está sostenido por el voto leonés, sentimental leonés o de pertenecía, y de modo especial el leonesita. Lo suyo es el NO a la autonomía impuesta, un camino nada fácil y a veces poco comprendido, seguramente por falta de pedagogía específica, más allá de la estricta negación citada, sin ideologías, con variaciones anímicas en los dirigentes y demasiados periodos silentes.
¿Falta tempero en la Diputación?
Falta tempero en la Diputación, ha dicho Matías, para proponer una moción en favor de la autonomía leonesa en esta institución. La vicepresidencia sin sentido leonesista, sensu stricto, aunque de pragmático proceder de contemporización, no nos lleva más que a esto, seguir y seguir en la total dependencia autonómica centralista. Más no nos engañemos tanto da que pacte UPL con la derecha como con la izquierda.
Otra cuestión es si ha de ir por delante el pragmatismo o la negación del ente como condición primigenia. Quiero decir hasta qué punto se puede orquestar un pacto de negación del ente o hasta dónde y en qué condiciones están dispuestos, los pactantes, a reconocer lo leonés y su defensa, siempre encaminados a la diferenciación regional y autonómica. El tiempo sigue corriendo a favor del ente que nos ahoga. ¡Son los galgos!
El propio día de autos, el de la concentración citada, había una marcha reivindicativa en favor del ferrocarril. Esto, lo del tren, aunque sea de diferente dimensión no sólo el ancho de vía, nos lo está causando el abandono del gobierno, la despreocupación autonómica Y LA TOLERANCIA LEONESA. Se nos están arrancando razonables derechos, se nos margina gravemente, y a medida que pasa el tiempo más difícil nos será recuperar lo que, siendo autonomía diferenciada no hubiéramos perdido, ya que contábamos con voces y participación directa en presupuestos.
¿Y no es mejor aunar esfuerzos?
Pues bien, la defensa del tren, el mismo día, estaba promovida por distintas personas de las que organizaban la concentración en Botines, nada que objetar, pero uno no puede menos de preguntarse, cómo nos resulta tan difícil aunar esfuerzos. Y más sabiendo lo difícil que es sacar a los leoneses a la calle en plan reivindicativo.
La sociedad leonesa, el pueblo leonés, necesita creer en sus posibilidades, dejar de escuchar los cantos de sirenas ideológicos de quien está de turno en el poder... ¡Con nuestro voto, tengámoslo presente“. Necesitamos pronto (¡¡Ya!!) un líder y un buen equipo...
No somos conscientes de nuestras fuerzas, ni bajo qué premisas se puede fraguar la triprovincialidad autonómica, tiempos, caminos...
...y crear compromiso popular para arrancar.