El ahorro de León finaliza 2015 con 4.359 millones más en depósitos que en créditos

Gráfico economía

Ical

La atonía de los flujos crediticios prosigue imparable pese a la anunciada recuperación y el sistema financiero de la Comunidad cerró 2015 con su máximo histórico en el diferencial entre créditos y depósitos. Así, el ahorro financiero de la Comunidad se situó al término del ejercicio pasado, con los datos disponibles del Gobierno regional, en 16.040,9 millones de euros, 3.253,8 más que en el mismo periodo del año anterior, cuando ascendió a 12.787,1 (en 2014 se alcanzó un nuevo récord frente a los 12.322,7 millones de 1995); y 6.191,6 por encima de los valores de 2013 (9.848,2), cuando Castilla y León retornó a su condición ahorradora que había abandonado en 2005.

La inversión crediticia se situó en Castilla y León en el cuarto trimestre de 2015 en 49.059 millones de euros, un 7,5 por ciento menos que en 2014, y una cifra que retrotrae a la Comunidad a hace una década. Asimismo, los depósitos también bajaron, aunque en menor medida, un 1,1 por ciento, hasta los 65.099,9 millones de euros, aproximándose a la cifra máxima de 2013, cuando se alcanzaron los 66.393.

Los datos que facilita la Junta y recoge Ical, indican que los créditos del sistema bancario al sector público mermaron un 17,3 por ciento, con 4.311,8 millones de euros en los últimos tres meses de 2015; mientras que los concedidos a la actividad privada se redujeron un 6,4 por ciento, con 44.747,2 millones. En cuanto a los depósitos públicos, se elevaron un 18,2 por ciento, con 2.526,4 millones, mientras que los privados se redujeron un 1,7 por ciento, hasta los 62.573,5 millones.

Un mal dato

La Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) entiende que el dato que refleja una caída del crédito financiero “no es bueno, máxime si es el que está vinculado a la inversión empresarial”, ya que evidencia, a su juicio, que “no se está acometiendo aún un número deseable y suficiente de proyectos empresariales, al no encontrar estas iniciativas empresariales suficiente y adecuado crédito para su financiación.

Por otra parte, los empresarios de la Comunidad afirman que es “bueno” que se haya recuperado la capacidad de ahorro, pero ésta “ha de encontrar su punto de inflexión ahí donde sea capaz de canalizarse hacia la inversión productiva y, aún mejor si es en el ámbito de Castilla y León”. “La velocidad de circulación del dinero es más importante en estos momentos, si cabe, para acelerar el proceso tan necesario de inversión empresarial”, argumentan.

Incentivos al uso de liquidez

La patronal considera que para incentivar al empresariado a utilizar el exceso de liquidez del sistema, es preciso que el capital ajeno se preste en unas condiciones adecuadas y a un precio competitivo, lo que provocará que “el nivel de aversión al riesgo” se reduzca. Al mismo tiempo, Cecale afirma que son necesarias la reinvención o el desarrollo de nuevos instrumentos financieros que se adecuen “con mayor agilidad y flexibilidad” a las diferentes características de los proyectos empresariales; los cuales “contemplan diferente nivel de afectación de factores como son la duración del período de maduración, el nivel tecnológico y competitivo, la capacidad de innovación o el número de empleos”.

Los empresarios de Castilla y León también urgen al Gobierno a reducir la presión fiscal empresarial y las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, que son las más elevadas de Europa. Al tiempo, aseguran que es necesario conseguir un precio competitivo de la energía, que en la actualidad “actúa como pesado lastre en la reducción costes”. Del mismo modo, desean un impulso de la colaboración pública-privada, así como perseguir la economía sumergida, y reducir la burocracia. Y, “por supuesto”, enfatizan, un impulso a la I+D+i y la internacionalización de las empresas.

Aversión a la incertidumbre

En este contexto, advierten de que si la situación de “incertidumbre” se sigue prolongando “no beneficiará en nada a los españoles y afectará a las favorables previsiones de crecimiento económico”. “La incertidumbre política, la desaceleración de economías emergentes y los atentados terroristas no contribuyen precisamente a anclar el proceso de recuperación económica”, destacan, y constatan que “la inversión empresarial persigue sobre todo seguridad jurídica, pero también seguridad política y social, con el fin de poder alcanzar los proyectos empresariales una adecuada sostenibilidad”.

Al respecto, Cecale incide en que los partidos políticos con representación parlamentaria “deben hacer un esfuerzo por España y por la estabilidad institucional y, sobre todo, un ejercicio de responsabilidad ante la situación creada, ya que hay una gran cantidad de proyectos de inversión esperando y que podrían verse afectados por la inestabilidad”.

Nuevas elecciones, poco deseable

Así, defiende que el establecimiento cuanto antes de un gobierno estable, “sin duda es necesario para continuar avanzando en términos de crecimiento económico y de creación de empleo”. “Para los empresarios de Castilla y León, el país necesita un Gobierno que genere confianza, avance en las reformas estructurales emprendidas y acometa otras nuevas y necesarias para apuntalar la recuperación económica, por lo que la repetición de elecciones será una situación poco deseable, que puede generar una inestabilidad muy peligrosa para el mundo de la empresa”, sentencian.

Provincias

Las cifras elaboradas por Ical, con datos del Ejecutivo autonómico reflejan que sólo Valladolid registró más inversión crediticia que ahorro, en concreto, 937,2 millones. Por el contrario, el ahorro fue mayor al cierre de 2015, en León, 4.359,1 millones de euros; seguida por Zamora, 2.270,7 millones; Salamanca, 2.245,1; Burgos, 2.191; Palencia, 1.762,7; Ávila, 1.608,2; Soria, 1.322,4; y Segovia, 1.218,9.

La inversión crediticia descendió al cierre de 2015 respecto a 2014, en todas las provincias, en Salamanca (6.337,1 millones de euros), un 11,1 por ciento; en Valladolid (14.415,4 millones), un ocho por ciento; en en Burgos (8.706,4), un 7,6 por ciento; en Zamora (2.453,2), un siete por ciento; en León (7.468,5), un 6,3 por ciento; en en Ávila (2.481,6), un 5,8 por ciento; en Segovia (2.805,5), un 5,5 por ciento; en en Palencia (2.626,2), un 4,7 por ciento; y en Soria (1.764,9), un 4,6 por ciento.

Por último, los depósitos se elevaron en Valladolid (13.478,2 millones de euros), un 2,2 por ciento; y en León (11.827,6 millones) y Zamora (4.723,9), un 0,2 por ciento, en ambos casos. Por el contrario, mermaron en Burgos (10.897,3 millones de euros), un 4,2 por ciento; en Salamanca (8.582,2), un 3,3 por ciento; en Soria (3.087,3), un tres por ciento; en Segovia (4.024,4), un 2,6 por ciento; en Ávila (4.098,8), un 1,3 por ciento; y en Palencia (4.388,9), un 0,3 por ciento.

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