Si no paga, tendrá que abandonar la universidad
Este jueves 6 junio es la fecha límite que Laura (nombre ficticio), de 20 años y estudiante de un grado en la Facultad de Filosofía y Letras tiene para pagar su deuda con la Universidad de León. Una deuda que no alcanza los 500 euros y que de no abonarla supondría tener que dar por perdido todo el curso académico, al no poder hacer los exámenes y ser 'desmatriculada'.
La situación de Laura ha sido toda una sorpresa para ella, ya que pensaba que ya había pagado todos los plazos de su abultada matrícula, que ascendía a unos 1.500 euros para una carrera con las tasas más baratas. Las segundas matrículas y la subida de las tasas en este curso de casi un 40% dispararon el precio de su matrícula y con un gran esfuerzo familiar Laura intentaba seguir sus estudios universitarios. La sorpresa vino en forma de carta certificada el pasado 27 de mayo, la Universidad de León le reclamaba el tercer plazo de su matrícula y le advertía que 'en el plazo de tres días' debía abonarla o procedería a anular la matrícula “sin posibilidad de recuperar los importes parcialmente abonados”. Tras acudir a informarse a la secretaría de su facultad le dieron un nuevo plazo, el 6 de junio, el día que acaba la docencia.
La cantidad reclamada, cerca de 500 euros, es una cifra que Laura no posee en estos momentos y la situación familiar le hace imposible afrontarla. Su abuela (ya jubilada) es el sostén econonómico de una familia en la que sus padres se encuentran en paro y ella ha logrado hace escasas fechas un trabajo -“un auténtico 'minijob'”- de un día en un establecimiento hostelero que no le permite hacer frente a la deuda en este momento. La crisis empujó al paro a sus padres, tras trabajar durante muchos años como autónomos al frente de un bar que tuvieron que cerrar en enero de este mismo año. Al no tener derecho a paro su situación económica les impide ayudar a su hija y el deseo de que los hijos estudien se viene abajo por las altas tasas universitarias y la ausencia de ayudas.
Laura tuvo una beca en su primer año como estudiante pero en su segundo curso matriculada le fue denegada por lo que en este tercer año ni lo intentó, al haberse endurecido los criterios y no llegar por rendimiento académico. Con esfuerzo familiar se matriculó y reconoce que ha sido un error propio el pensar que ya se había cobrado la Universidad de León su tercer plazo pero se quedó sin dinero y al reclamárselo ahora “a las puertas de los exámenes ha sido un mazazo”.
La situación familiar impide a Laura poder afrontar su tercer plazo de matrícula de 500 euros
Pese a su juventud no busca culpables y reconoce su propia responsabilidad en lo sucedido aunque tampoco ha expuesto su situación en otras instancias de la Universidad de León solicitando ayuda. A la convocatoria de las becas por escasez de recursos ya llegó tarde, puesto que ya ha sido resuelta.
El no pedir ayuda puede ser uno de los problemas que le pueden ocurrir a muchos estudiantes en la misma tesitura que Laura, tal y como ha contado a ileon.com Alberto Martín, presidente de Junta de Estudiantes de la Universidad de León. Desde Junta de Estudiantes no se han encontrado casos límites como el de Laura, pero apuntan a que por desconocimiento o vergüenza los estudiantes no acuden en búsqueda de ayuda. Y así, dificílmente se les puede buscar una solución.
Laura ha estado estos días en el Banco Ceiss (Caja España-Caja Duero). Allí le han ofrecido un crédito de 500 euros para pagar, exclusivamente, su tercer plazo de matrícula. Le obligan a suscribir además un seguro de vida pero el pago inicial de más de 100 euros le ha obligado a descartarlo. Su opción, aceptar un préstamo de amigos y familiares. Todo por seguir estudiando.
¿Y el año que viene, tendrás dinero para matricularte? “Eso espero, porque yo quiero seguir estudiando”.