Desde 1990 León ha repoblado más de 129.000 hectáreas de arbolado

R. Travesí/Ical

La repoblación forestal en la Comunidad Autónoma superó las 400.000 hectáreas entre los años 1990 y 2013, lo que supone una superficie mayor que la comarca leonesa de El Bierzo, y convierte a Castilla y León en la región de España con más extensión de monte (casi 5 millones de hectáreas). No en vano, la masa forestal ocupa más de la mitad de su territorio.

Las plantaciones de árboles en montes de la Comunidad -tanto los gestionados por la administración como los privados y los consorciados- durante las dos últimas décadas registradas por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente son inferiores a las 454.000 hectáreas contabilizadas por el Ministerio entre 1940 y 1982 a través del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), aunque se trata de un periodo mucho más amplio.

Las repoblaciones han sido posibles, sobre todo, gracias a las iniciativas de las administraciones públicas (Unión Europea a través de los fondos Feader, Ministerio y Junta) que financian alrededor del 80 por ciento de cada actuación. Constituyen uno de los objetivos prioritarios de la política forestal de la Junta de Castilla y León. No en vano, es un trabajo que mejora la cubierta vegetal con un aprovechamiento y sostenible de los recursos, la erosión del suelo y las catástrofes naturales (avenidas en las lluvias torrenciales) y atenúa el cambio climático. En definitiva, se busca proteger el medio ambiente y contribuir a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

Las líneas de actuación, que impulsa la administración regional, pasan por repoblar terrenos gestionados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y en régimen privado pero también para la protección de zonas áridas, de fuerte pendiente y para la conservación de la fauna y la flora. De esta manera, se combinan dos aspectos con independencia de la propiedad.

Además, se llevan a cabo actuaciones para la producción de madera y frutos. En la actualidad, la mayor cantidad de madera obtenida en los montes de utilidad pública procede de repoblaciones pilotadas por el Icona en los años 40 y 50 del siglo pasado.

Pero el grueso de las repoblaciones realizadas en la Comunidad en las dos últimas décadas corresponde a las tierras agrícolas de particulares, a los que se les concede subvenciones para repoblar y posteriormente para compensar el abandono del cultivo tradicional para convertirlo en un uso forestal. En concreto, del total de las 400.319 hectáreas registradas por la Consejería entre 1990 y 2013, el 58,7 por ciento corresponde a repoblaciones de terrenos que antes estaban destinados a cultivo.

El resto se completa con las 150.621 hectáreas repobladas por la Junta en los montes de utilidad pública y en los terrenos procedentes de consorcios y convenios suscritos con sus propietarios públicos y privados. La práctica totalidad de las plantas destinadas a este tipo de repoblaciones en todo este tiempo ha salido de los viveros gestionados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, sobre todo del central existente en Valladolid.

Según los datos facilitados por la Consejería, la labor de repoblación forestal en el periodo analizado afecta a una media de 16.679 hectáreas anuales. Un ritmo que ha variado en el tiempo puesto que entre los años 1993 y 1999, la repoblación llegó a superar las 20.000 hectáreas cada ejercicio, llegando incluso a alcanzar las 28.000.

Nuevos retos

Fuentes de Medio Ambiente aseguran que Castilla y León ha sido la comunidad que más ha repoblado en los últimos años. “El objetivo marcado puede considerarse conseguido aunque no significa que haya que dejar de repoblar o reforestar”, precisan. Se ha actuado en el 10 por ciento de la superficie considerada forestal en la Comunidad, pero reconocen que “siempre serán necesarias nuevas plantaciones” por distintas necesidades con plantaciones productivas y protectoras pero también por aspectos paisajísticos, sin olvidar la conservación de las masas existentes ya que están sometidas a distintos riesgos como incendios, plagas, derribos por viento y nieve, entre otros.

En la actualidad, la región cuenta con cerca de 5 millones de hectáreas de superficie forestal. Un entorno natural ocupado por zonas arboladas, matorrales y pastizales que no han sido cultivados ni urbanizados por el hombre. De esta superficie, el 62 por ciento es arbolada. La titularidad de los terrenos forestales se reparte entre los montes públicos (pertenecientes al Estado, la Comunidad Autónoma y las entidades locales) y los privados (personas físicas o sociedades vecinales).

León es, con mucha diferencia, la provincia más beneficiada con las repoblaciones forestales llevadas a cabo desde la década de los 90. No en vano, una de cada tres hectáreas de plantaciones de árboles corresponde a esta provincia hasta sumar más de 129.000. Le siguen, muy lejos, Burgos (54.386 hectáreas) y Zamora (50.621 hectáreas). Posteriormente, aparecen Soria (39.157 hectáreas) y Salamanca y Ávila (con unas 29.000 hectáreas en cada caso). En términos similares se encuentran el resto de territorios como Palencia (24.754), Valladolid (21.934) y Segovia (21.559 hectáreas).

Los tipos de repoblaciones pueden ser destinadas en el futuro a la producción de madera pero sobre todo con carácter de protección, ya sea en páramos, laderas secas y montañas o bien para conseguir dehesas que alberguen pastos. Personal técnico de la Consejería asegura que la especie más utilizada en la Comunidad para la repoblación ha sido y es el 'Pinus pinaster', en cuanto a las coníferas, y 'Quercus ilex' (encina) en frondosas.

Especies no tradicionales

Las mismas fuentes precisan que hay casos en que los particulares plantean repoblaciones de especies diferentes a las habituales para lograr un mayor rendimiento económico. Hablamos, por ejemplo, de la forestación con planta micorrizada para los que apuestan por la truficultura, principalmente en la provincia de Soria. “Aunque la planta para inocular la raíz de la encina vale más, el rendimiento es mucho mayor en pocos años con las trufas”, explican. En Valladolid, Zamora y Burgos, los agricultores se decantan por el pino piñonero. También hay casos de plantas clonadas de material seleccionado como cerezo, serbal y nogal para garantizar la obtención de madera de calidad.

Cumplir requerimientos técnicos

Abordar con éxito un programa de repoblación forestal requiere contar con cuadernos de zona y los requerimientos técnicos, que son de “obligado cumplimiento” a la hora de llevar a cabo actuaciones con cargo a la línea de ayudas públicas como es el caso de la forestación de tierras agrícolas. El territorio de la Comunidad está dividido en comarcas naturales y en zonas de repoblación, en función de las características del medio natural.

Cualquier información es relevante por lo que es necesario determinar la altitud, el tipo de suelo, la pendiente, la vegetación, la climatología, el relieve y la exposición. Los cuadernos también hacen referencia a las especies 'aconsejables', 'posibles' y accesorias' así como a los métodos de preparación del terreno.

Con estos requisitos, la Junta es la encargada de supervisar los trabajos que financia y comprobar el resultado final que, habitualmente, realiza una empresa forestal tras llegar a un acuerdo con el particular de una tierra agrícola.

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