El secreto de la longevidad de las pequeñas empresas leonesas: calidad, constancia y hacerlo todo “lo mejor posible”

El Serranillo, tienda Plaza Conde Luna

Nuria V. Martín

Las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (Pymes) representan el 90% de las empresas, entre el 60 y el 70% del empleo y el 50% del PIB mundial. Contribuyen a las economías locales y nacionales y a mantener los medios de subsistencia. Las Pymes tienen el potencial de transformar las economías, fomentar la creación de empleo y promover un crecimiento económico equitativo si reciben el apoyo necesario. El su Día Internacional pone en valor su papel fundamental y explora las oportunidades para su desarrollo. La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 27 de junio como “Día de las Microempresas y de las Pequeñas y Medianas Empresas” para concienciar sobre la enorme contribución a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En León, estas empresas no sólo son el motor económico, sino también el alma de la comunidad, con historias y tradiciones que se transmiten de generación en generación.

El Serranillo

Su historia se remonta a 1926, cuando Tomás Hernández El Serranillo y su mujer, Simona Hernández, llegaron a León procedentes de un pueblecito de la provincia de Ávila llamado Serranillos, trayendo consigo unos excelentes productos que pronto adquirieron fama en toda la provincia. Con la calidad y la buena atención al cliente como principales valores, rápidamente se integraron en una sociedad leonesa que apreció su trabajo y les permitió asentarse y crecer, convirtiendo su negocio en uno de los comercios leoneses de mayor renombre.

Juan Dopico Hernández, actual propietario de El Serranillo, nos cuenta: “La calidad y aceptación de los productos traídos por mis abuelos fue tal que, sin ser algunos autóctonos de la zona, se convirtieron en productos leoneses. Por ejemplo, el pimentón, cuya fama ha traspasado las fronteras. Cada año son más los visitantes de León que hacen una parada en cualquiera de nuestros establecimientos con la intención de llevarse un paquete con el 'Sabor de León'”. Entre los productos más apreciados también se encuentran las aceitunas, traídas en una variedad y calidad nunca antes vista en la zona; las conservas de pescado, adquiridas a las mejores empresas del Cantábrico, como el bonito en escabeche, el verdel y las sardinillas; y los frutos secos, con un tueste único que hicieron de ellos uno de los productos más apreciados.

La saga de Serranillos continuó con la segunda generación. Mariano y Emilia, hijos de los fundadores, fueron los encargados de llevar el negocio hacia adelante, junto con Rosa Mª Dopico, quien se unió en 1985. Rosa Mª, esposa de Juan Antonio, otro de los seis hijos del matrimonio fundador, supuso una revolución en las tiendas al por menor. Comenzó a elaborar especialidades propias de muchos de los productos y renovó y mejoró las instalaciones, adaptándolas a los tiempos modernos y mejorando la calidad y la oferta para poder competir con las grandes superficies que habían desembarcado en la capital.

La tercera generación tomó el relevo a principios del siglo XXI, de la mano de Juan Dopico Hernández, hijo de Juan Antonio y Rosa Mª. Tras un breve paso por una entidad financiera y con el deseo de crecer y vivir en la ciudad de su infancia, Juan Dopico ha tenido que reinterpretarse para atender a un nuevo público sin perder ni un gramo de tradición ni traicionar la filosofía transmitida generación tras generación. “Fiel a las enseñanzas de mi madre Rosa, he mantenido la esencia de El Serranillo. Adaptarse a los tiempos no significa olvidar las raíces, y eso es lo que nos ha permitido seguir adelante”, comenta Juan Dopico.

El secreto de la longevidad leonesa, Juan Dopico lo tiene claro: “El pimentón de El Serranillo acompaña todos nuestros platos típicos. La calidad y la constancia en el servicio son fundamentales para mantener a nuestros clientes satisfechos y leales”. Esperemos que la cuarta generación, que ahora con 10 años quiere ser futbolista, coja el relevo con la misma filosofía y ganas que su padre.

Almacenes Antoñanzas

Este emblemático local lleva 73 años y medio de tradición y esfuerzo desde que lo fundara el padre de José Manuel y Luis Fernando Antoñanzas, actuales propietarios de Almacenes Antoñanzas. “Abrimos el 2 de enero de 1951, y, en aquel momento, las circunstancias no eran como las de ahora. Nuestra provincia tenía muchos más habitantes y había muchos más almacenistas como nosotros, quizá 8, 9 o 10 en León en su momento. Eran unas circunstancias muy difíciles, pero había gente que todavía se arriesgaba”, recuerda José Manuel. Inicialmente, Almacenes Antoñanzas trabajaba exclusivamente al por mayor, sirviendo a las tiendas de los pueblos de la provincia de León.

Con el tiempo, el ámbito de actuación se amplió, alcanzando provincias limítrofes como Asturias, Palencia y Zamora. Sin embargo, con la despoblación rural, muchas de esas tiendas han desaparecido, obligando a la empresa a diversificar su enfoque. “Ahora trabajamos tanto al por mayor como al por menor. Nos hemos adaptado a los tiempos y a las necesidades de nuestros clientes. Actualmente el negocio al por menor ha ganado más importancia debido a la disminución del comercio en los pueblos de la provincia”, expone. En la actualidad, Almacenes Antoñanzas ofrece una amplia gama de productos. “Trabajamos muchísimas cosas: ropa de niño, bebé, niña, señora, caballero, ropa de cama, calcetines, paraguas, juegos de sábanas... En fin, todo lo que entra dentro del renglón de paquetería,” detalla José Manuel.

A lo largo de los años, la empresa ha mantenido una clientela muy fiel, algo que José Manuel atribuye a la constancia y la calidad del servicio. “Somos bastante lineales y eso nos ha permitido mantener una clientela fiel. Aquí hay gente que conocía a mi padre, que murió en el 85, y todavía vienen y recuerdan aquellos tiempos. Ese contacto y esa relación es algo que valoramos mucho”, comenta con orgullo. Y ese parece ser el secreto de su longevidad: “No hay ningún secreto. Es tratar de hacer las cosas lo mejor que podamos y estar todo el día encima. Los negocios familiares necesitan una atención permanente, continua. Hay que llevar el negocio de la mano”, José Manuel lo comparte con humildad y buen hacer.

Sobre el futuro y el posible relevo generacional, José Manuel reconoce que es un tema complejo. “Yo tengo una hija, pero no hemos planteado el relevo todavía. Antes, la expectativa era que los hijos siguieran la trayectoria de los padres, pero hoy las cosas han cambiado. Hay otras expectativas y campos que pueden interesar más a los jóvenes, como la informática o la electrónica”. A pesar de los desafíos, José Manuel se muestra optimista sobre el futuro. “Lo importante es adaptarse y estar siempre dispuesto a evolucionar con los tiempos. Mientras tanto, seguiremos ofreciendo calidad y servicio, fieles a la tradición de nuestro padre”.

Embutidos Entrepeñas

La empresa Familiar de Embutidos Entrepeñas lleva más de 70 años ofreciendo a sus clientes productos de alta calidad. Fundada en 1953 por Jacoba Fernández, una viuda valiente que comenzó elaborando embutidos en un pequeño obrador en el valle de Geras de Gordón. Pero nos tenemos que remontar a unos años atrás para entender bien su historia.

En 1948, tras finalizar sus estudios de comercio, Federico Ordóñez Muñiz tomó las riendas de la pequeña tienda de ultramarinos hasta entonces regentada por su madre, Bernarda Muñiz, en Geras de Gordón. Junto con su esposa Jacoba Fernández, natural de San Pedro de Luna, convirtieron este pequeño negocio en lo que podríamos llamar un precursor de los supermercados de hoy en día, donde era posible encontrar casi cualquier tipo de artículos imaginables. A su vez, Doña Jacoba ganaba día a día adeptos a la receta tradicional de los embutidos de León que elaboraba cuidadosamente y servía en una modesta posada anexa a la tienda. Geras se convirtió así en un pequeño centro neurálgico de aquella época, donde acudían, a lomos de caballo, los lugareños de toda la comarca a llenar sus serones y de paso, también la panza. Esa popularidad conllevó a que se ampliara el restaurante para poder albergar la imparable llegada de comensales leoneses y asturianos.

Hoy día, los tres hijos del matrimonio fundador, sus cónyuges y nietos trabajan juntos para seguir ofreciendo a sus clientes las recetas tradicionales de la abuela aderezadas con el trato familiar a la clientela, al que desde muy pequeños les tuvieron acostumbrados. Desde sus inicios, la empresa se distinguió por su compromiso con la calidad, utilizando únicamente ingredientes naturales sin aditivos artificiales y recetas artesanales transmitidas de generación en generación, sin utilizar ningún tipo de conservante artificial. Con el tiempo, La empresa ha sabido combinar las técnicas artesanales heredadas con los avances tecnológicos, garantizando productos frescos y de alta calidad, con un sabor auténtico y propio. Todos estos ingredientes, más la dedicación y pasión de cada miembro del equipo por mantener viva la herencia culinaria leonesa, es su receta de la longevidad de la empresa. Además, la nueva generación está comprometida con la innovación y la expansión, por lo que está explorando nuevos mercados y adaptándose a las demandas del consumidor moderno, pero siempre preservando la calidad y autenticidad que caracteriza a los embutidos Entrepeñas.

La actividad se sigue desarrollando principalmente en Geras de Gordón, donde se encuentran las instalaciones de la fábrica de embutidos de la gama de productos gourmet típicos y el bar-restaurante con punto de venta al público. Las instalaciones cuentan con 3.500 m2, los cuales albergan la cámara de recepción, una sala de despiece, sala de salazón, sala de ahumado y numerosas cámaras frigoríficas y salas acondicionadas para la finalización y almacenaje de las carnes. Con sus 1.200 metros de altitud y su largo periodo de heladas, Geras constituye un lugar idóneo para la curación natural de embutidos artesanos. Estas características junto con el humo natural de roble y el aire de la montaña confieren a sus productos el sabor y aroma característicos. Y sin salir de la montaña central leonesa, Embutidos Entrepeñas es una marca reconocida no sólo en León sino en toda España, exportando también a diversos países europeos y de fuera de Europa. Con una sólida base familiar y un prometedor futuro por delante, esta empresa leonesa sigue conquistando paladares y manteniendo viva una rica herencia culinaria.

La historia de estos emblemáticos negocios de León es un ejemplo vivo de cómo las PYMEs pueden no sólo sobrevivir, sino prosperar a través de los cambios económicos y sociales. Este Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas, celebramos no sólo su contribución económica, sino también su papel vital en la preservación de la cultura y la tradición local.

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