Javier Bermejo: pasión, talento y arte para pasar de un sueño a ser actor

Javier Bermejo

Nuria V. Martín

La actuación es una profesión vocacional, por lo que es una auténtica aventura querer dedicarse a ella e intentar hacerse un nombre en esta industria, porque de eso dependen los proyectos en los que un actor o actriz se llegue a embarcar. Con esa complicada, a la par que apasionante, premisa hay profesionales, como Javier Bermejo, que con constancia y dedicación han ido logrando sus metas. Desde los talleres extraescolares de Sahagún hasta los escenarios más prestigiosos, Javier Bermejo ha tejido una carrera actoral de la que pocos pueden presumir. “Siempre he querido ser actor, aunque no sé si lo he logrado o si esto realmente se logra en algún momento. Supongo que es como la vida: la vamos viviendo o sobreviviendo y sólo al final del camino podremos hacer balance”, comenta el actor, ya consagrado.

La trayectoria de Javier se ha cimentado en una sólida formación que comenzó en la Escuela Municipal de Artes Escénicas de León y se extendió hasta la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León. Sin embargo, fue su experiencia en la Academia Teatral de San Petersburgo, una de las más antiguas y prestigiosas del mundo, la que marcó un antes y un después en su enfoque actoral.

Cada función, cada proyecto es como un hijo, supongo

Con esa exhaustiva preparación no es de extrañar que no le haya faltado trabajo. Tanto, aunque seguro que son sus altibajos en un sector como éste, que le cuesta quedarse con un único trabajo. “No es fácil resaltar algo en concreto. Cada función, cada proyecto es como un hijo, supongo. Todo hecho desde el cariño y el amor al detalle”, confiesa Bermejo. Lo que sí podemos pones en valor son sus logros más destacados, entre los que se encuentran sus actuaciones en el Teatro Romano de Mérida, en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, y sus giras por México, Marruecos y Croacia. También ha brillado en teatros nacionales como el María Guerrero y el Teatro de la Comedia, además de participar en varios rodajes de películas y cortometrajes. “Me siento más cómodo en el teatro ya que no soporto ni verme ni escucharme, aunque voy acostumbrándome y siendo más benévolo conmigo mismo”, confiesa. Aunque trabajar en cine o teatro sea completamente diferente, ya que en uno la relación es directa y otra con el público “un ritual mágico y único que es tan efímero e irrepetible”, en ambos casos la esencia es la misma: darle credibilidad a la interpretación.

Javier al decidir dedicarse a este mundo ha terminado viviendo por y para él. La rutina diaria de Bermejo está lejos de ser monótona, marcada por la necesidad de adaptarse constantemente a nuevos roles y proyectos. “Intento estar en forma, cuidar la voz y el cuerpo, y últimamente estoy empezando a sentir que a partir de ahora debo hacerlo con más atención. El tiempo pasa”, reflexiona. Su preparación para cada papel es intensa, basada en la investigación y el estudio, pero, como él mismo afirma, “soy un actor de instinto e intuición por lo que lo más importante se vuelve el 'aquí y ahora' y el trabajo desde las entrañas contigo mismo y con el compañero para ver qué surge”.

Bermejo no sólo ha dejado su huella como actor, sino también como director y educador. “He dirigido tanto a nivel profesional como amateur sólo por el placer que siento al trabajar con actores/actrices”, explica. Su experiencia como actor le ha proporcionado una perspectiva invaluable que traslada a su labor de dirección, enfocándose en la importancia de la actuación sobre cualquier otro elemento de la producción.

Menos es más

Bermejo ve la enseñanza como una extensión natural de su carrera en el mundo del espectáculo, donde pone en práctica su filosofía del “menos es más”, donde el actor debe explorar la autenticidad y la simplicidad en su interpretación. En sus clases, enfatiza la importancia de conectar con las emociones genuinas y la humanidad de los personajes, instando a sus estudiantes a eliminar las superfluidades y concentrarse en la esencia de la actuación. Este enfoque minimalista no sólo refuerza la credibilidad en el escenario o frente a la cámara, sino que también ayuda a los actores a descubrir su propio estilo único, facilitando un espacio donde pueden experimentar y aprender a confiar en sus instintos naturales.

Actualmente, Bermejo está inmerso en múltiples proyectos con su compañía ‘La Submarina’ y sigue colaborando con ‘Teatro Corsario’. Recientemente ha estrenado una película-documental y dirigió 'Las criadas' para ‘La Rue Teatro’. Además, está involucrado en la formación actoral y participa como jurado en festivales de cine. Un no parar en el que el arte de Javier Bermejo es un testimonio de su pasión y dedicación que trasciende fronteras y genera admiración dentro y fuera de su tierra natal.

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