La estructura económica y social leonesa del siglo XVI

Plaza Mayor del siglo XIX

Diego Fidalgo

Estructura económica

Los viejos reinos de Castilla y de León fueron el centro del gobierno de Carlos V y de Felipe II, principalmente Castilla fue fuente de riqueza mediante recursos económicos y demográficos. El desarrollo agropecuario tanto en el incremento de la extensión de cultivos como en la reorganización para el mejor aprovechamiento de las tierras y el crecimiento del sector ganadero fueron las bases de esa bonanza económica castellana a lo que hay que unir los beneficios de las exportaciones, así como, el gran caudal y riquezas proveniente del Nuevo Mundo.

En León se puede ver un estancamiento por la falta de adecuación de las estructuras económicas y sociales a los tiempos modernos que representaban el siglo XVI

Lo que ocurre en Castilla es lo contrario de lo que sucede en la capital leonesa, en León se puede ver un estancamiento por la falta de adecuación de las estructuras económicas y sociales a los tiempos modernos que representaban el siglo XVI, pero este es un fenómeno que venía durante toda la baja edad media. De este modo, León perdió importancia a favor de urbes como Medina del Campo, Burgos o Valladolid que fueron referentes urbanos del reino en estos momentos.

La mejor forma de definir la economía leonesa es refirnos como la continuación de la economía medieval, se basaba en la agricultura de subsistencia, la ganadería , la pequeña actividad artesanal dependiente de productos agropecuarios y el exiguo comercio basado en pequeñas transacciones de mercaderes.

La subsistencia de la ciudad desde los tiempos dorados de León se había basado en muchas ocasiones en ser sede de mercado que seguía celebrándose en Santa Ana los miércoles, de acuerdo con el artículo 46 del Fuero de León: “mercatum publicum quod quarta feria antiquitus agitur”. Enrique IV concedió un segundo día de mercado, los sábados. Además, se celebraban otros especializados como el marcadillo o mister dedicado al grano en la plaza de Santa María y la del pan detrás de San Martín.

La organización del trabajo en la ciudad de León se desarrolló entorno al municipio que va a asumir el papel instaurador de tablas de precios, lugares de trabajo e inspección, pesas y medidas,...

En la provincia hay ciertas mejoras como la participación en la Mesta, no en vano, recordemos que León fue cabeza de una de las provincias de la Mesta, a sus pastos de verano subían muchos rebaños que transcurrían por las cañadas. Los beneficios de la Mesta en León se los llevaban los nobles que participaban en los cargos directivos de la asociación como los Acuña de la familia del Conde de Valencia de Don Juan que a comienzos del siglo XVI era entregador general o las dignidades de las Ordenes Militares como don Pedro Núñez de Guzmán que ejercía de clavero de la Orden de Calatrava.

Los recursos de la economía urbana los aporta el campo, los agricultores ya fueran libres, propietarios, pertenecientes a un señorío o una aparcería traían sus productos a la ciudad. Es importante también los productos que comercializaban los artesanos, poco a poco, con el transcurrir del tiempo comienzan a surgir pequeños centros manufactureros, pero el desarrollo del comercio y el escaso tejido manufacturero hicieron que León no fuera un centro de gran pujanza económica.

La organización del trabajo en la ciudad de León se desarrolló entorno al municipio que va a asumir el papel instaurador de tablas de precios, lugares de trabajo e inspección, pesas y medidas,... frente a los gremios que pretendían el autogobierno. El cabildo catedralicio también tenía poder para organizar sus propios negocios.

Estructura social

La sociedad leonesa sigue arraigada en el pasado, al igual que ocurría con la economía. Los señoríos predominaban sobre el resto de relaciones sociales existentes en la época, ya fueran nobiliarios, laicos, eclesiásticos o militares. Pese a esta situación en las relaciones sociales “cercanas”, desde la monarquía se pretendía a través del emperador Carlos V y de su sucesor Felipe II aumentar su poder disminuyendo el de la nobleza, algo que favorecía a la burguesía que comenzaba a tomar fuerza. Sin lugar a dudas, episodios como la guerra de Comunidades ayudan eficazmente a la monarquía para hacerse con el poder político, económico y militar.

NOBLEZA

Esta pretensión de los reyes apenas se dejó notar en la realidad social leonesa del siglo XVI, la nobleza continuó ejerciendo el poder gracias al desarrollo de los señoríos e incluso la ocupación de altos cargos en la Corte de los reyes.

El origen de esta nobleza leonesa se remonta a la Edad Media cuando la incipiente casta leonesa fue fundamental para que los reyes de León extendieran sus dominios, poco a poco, esta nobleza fue adquiriendo un lugar primigenio en el ámbito nacional. Nobles leoneses de abolengo fueron los Osorio, Manrique, Guzmán, Quiñones, Pimentel, Mendoza, Acuña. Enríquez, Toledo, Vega y Ponce de León. En segundo orden estaban los hidalgos y la nobleza de menor calado que componían caballeros, dignidades locales y cargos públicos.

Nobles leoneses de abolengo fueron los Osorio, Manrique, Guzmán, Quiñones, Pimentel, Mendoza, Acuña. Enríquez, Toledo, Vega y Ponce de León.

Como ya hemos dejado constancia anteriormente, la ciudad de León tuvo su hegemonía nobiliaria compartida entre los Guzmanes, Marqueses de Toral y los Quiñones, Condes de Luna. La bibliografía sobre estas casas nobiliarias es extensa sobre todo en lo que se refiere a estudios medievales. En nuestra investigación hemos recogido algunas noticias sobre personajes nobiliarios de importancia en este siglo XVI.

Tras el conflicto comunero la nobleza leonesa perdió mucho poder: los Guzmanes por tener que desterrarse a Portugal, volviendo a finales del siglo XVI y los Quiñones porque pese a tener el apoyo real, la guerra les había ocasionado muchos gastos de los que les costó recuperarse. La bonanza económica de la nobleza no llegó hasta bien entrada la segunda mitad del siglo.

Pese a la importancia de la nobleza en la edad media, esta edad moderna supondrá una regresión de la nobleza leonesa, pese a que noblezas descendentes de estos lugares adquirirán gran relevancia en el reino castellano.

CLERO

Las órdenes religiosas y el clero catedralicio son los dos grupos de poder más importantes de la diócesis leonesa. Mientras el clero de las parroquias vivía absorto de las luchas de poder y sus integrantes bastante tenían con intentar subsistir, estos eclesiásticos solían tener un bajo nivel económico, social y cultural. A grandes rasgos esta es la radiografía del estamento eclesiástico con el que nos vamos a encontrar en pleno siglo XVI.

En la diócesis hubo una gran cantidad de cenobios destacando el de San Benito de Sahagún por su biblioteca y por tener su propia imprenta.

En la diócesis leonesa nos vamos a encontrar con un gran número de órdenes y comunidades importantes. Estas congregaciones religiosas no disponían de un gran capital propio, pero siempre recibieron el apoyo y patronazgo de nobles y dignidades eclesiásticas de la urbe. Sin lugar a dudas, gracias a estas comunidades religiosas, la Iglesia tuvo un papel preponderante en la vida social local al ser los guardianes de los valores cristianos y de la fe. Del mismo modo, estos centros no solo lo fueron de religión, sino que gracias a estas órdenes y comunidades la cultura se va a ir expandiendo de una forma muy lenta.

Las órdenes que estaban asentadas en este siglo en la urbe leonesa fueron las de los dominicos con el monasterio de Santo Domingo, los franciscanos con el cenobio de San Francisco, los Benedictinos con los monasterios de San Claudio y San Isidoro y el convento de San Marcos de la Orden Militar de Santiago. En la diócesis hubo una gran cantidad de cenobios destacando el de San Benito de Sahagún por su biblioteca y por tener su propia imprenta.

Los cenobios de la ciudad de León contaban con centros de estudio y escuelas de gramática y en los benedictinos llegaron a tener Estudios Generales. Incluso San Isidoro y San Marcos llegaron a tener colegios mayores en la Universidad de Salamanca, gran foco cultural del noroeste de la península ibérica. A través de esta descripción podemos comprobar como la Iglesia ejercía el monopolio de la enseñanza en esta época. Toda la educación y la cultura sólo se podían adquirir de este modo.

El clero era un estamento diferente al resto, ya que aunaba bajo una misma estructura social a personas provenientes de estratos sociales totalmente opuestos. La nobleza solía enviar a los segundones al clero como en León tenemos el caso de los Rodríguez Fonseca, Quiñones, Guzmanes y de la Cueva. Pero sin lugar a dudas, la estrecha colaboración en la urbe leonesa entre las clases sociales más altas como eran el clero, la nobleza y la realeza se puede ver en la construcción del convento de San Marcos de León, perteneciente a la Orden de Caballería de Santiago que se realiza gracias a la formación de esta institución fuerte e independiente.

Lo que se refiere al cabildo catedralicio y del obispado profundizaremos en uno de los temas que componen este estudio, a grandes rasgos decir que mantuvieron el control de todo lo que sucedía en la ciudad, ya no sólo en lo religioso, sino también en lo político, en lo social y en lo económico.

El clero parroquial estaba compuesto por personas de estrato social humilde, que pretendían mejorar entrando en el estamento eclesiástico, pero la realidad de la situación establecía que en muchos casos el clero parroquial casi no tenía para vivir.

BURGUESÍA

En la zona leonesa, el comercio estaba muy poco desarrollado y la continuidad del sistema económico tradicional no ayudó en ningún momento al desarrollo de una burguesía influyente. También los letrados y notarios van a tener esta condición social aburguesada.

Diego de la Puerta y Gaspar de Ordás que llegaron a establecer relaciones comerciales con mercaderes genoveses residentes en Valladolid con quien establecían obligaciones de letras de cambio

Pocos son los nombres que la documentación del siglo XVI evidencia la presencia de mercaderes en la ciudad de León: Diego de la Puerta, Juan de Villagómez, Andrés de Valencia, Juan de la Cosa, Francisco Gómez y Gaspar de Ordás son algunos de los que se dedicaban a comerciar con productos como paños, sedas y joyería Diego de la Puerta también realizaba transacciones de dinero y encontramos relaciones varias con el cabildo catedralicio leonés en las actas capitulares. Sus mercados de influencia fueron Valladolid, Medina del Campo y Villalpando. Parece que los mercaderes leoneses de más prestigio y volumen de negocio fueron Diego de la Puerta y Gaspar de Ordás que llegaron a establecer relaciones comerciales con mercaderes genoveses residentes en Valladolid con quien establecían obligaciones de letras de cambio. De este modo, Diego y Gaspar se convirtieron en precursores en la introducción de la letra de cambio en la ciudad.

Diego de la Puerta tuvo también relaciones comerciales con miembros del Cabildo catedralicio en el año 1549 según consta en los libros de cuentas.

ARTESANOS

Podemos considerar dentro de este estrato social a los profesionales que se dedicaban a ejercer un oficio: desde triperos, azabacheros, zapateros, tratantes, herreros,... Conocemos que en 1594 había en la ciudad 3 boticarios, 23 tratantes dedicados al vino y el trigo, 15 mesones, 59 zapateros, 8 curtidores, 2 zurradores, 18 tejedores, 40 sastres y otros oficios de los que no tenemos noticias.

Esta clase social es la que hoy conocemos como trabajadora que vivía en sus humildes casa que a la vez le servía de lugar de trabajo y se agrupaban por tradición medieval en calles o zonas dándolas nombre.

CLASES DESFAVORECIDAS

La dificultad de describir los estamentos sociales más bajos siempre estriba en los pocos registros encontrados. Pese a estas dificultades conocemos que gran parte de la sociedad leonesa del siglo XVI eran agricultores que tenían sus tierras de trabajo a las afueras de la ciudad. En muchas ocasiones, los propios agricultores vivían en los arrabales de León junto a los huertos que cultivaban, barrios como el de Santa Ana, Renueva o Puente Castro eran puntos de referencia.

Dentro de estas clases desfavorecidas siempre se encontraban los extranjeros, en León a comienzos del siglo XVI habían desaparecido los judíos, tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos tras la conquista de Granada el 31 de marzo de 1492, del resto de foráneos podemos destacar la población franca y la hebrea que en el siglo XVI estaban muy mezcladas con la autóctona.

(Imágenes: http://www.skyscrapercity.com )

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