Emprendimiento rural sobre ruedas: una food truck capitaneada por dos mujeres arranca en un pueblo de Picos de Europa

A Soto de Sajambre, un pueblo limítrofe y remoto ubicado en la vertiente leonesa de Picos de Europa, ha llegado sobre ruedas un proyecto innovador nunca visto en el valle. Quizá una food truck se encuentre con más frecuencia en entornos urbanos pero, desde hace unos meses, es una oferta gastronómica más de este pequeño pueblo de montaña. 

María y Marina son las responsables de esta novedad a la que han llamado Pasqualina y que ya ha convencido a través de los cinco sentidos a todos los vecinos de Soto. Jóvenes y mayores acuden a su food truck para degustar platos de la gastronomía más tradicional, como tortos o frixuelos, o hamburguesas. 

Todo comienza a raíz de compartir codo con codo los fogones del Hostal Peña Santa, también en Soto, donde Pasqualina toma forma en conversaciones amistosas, sin pretensiones: “A las dos nos gusta cocinar y hacer cosas nuevas. Hablábamos entre nosotras y nos decíamos ¿y si montamos algo por nuestra cuenta? Casi en broma. Empezamos a mirar food trucks y acabamos haciéndolo de verdad”, explica María. 

A sus 56 años estas dos mujeres se lanzaron a emprender con su propio proyecto, sin tener experiencia previa como autónomas, pero sí con mucha confianza la una en la otra: “Nunca nos imaginamos tener un negocio por nuestra cuenta. Las dos tenemos ahora 56 años, nuestros hijos han crecido y tienen su vida, es ahora cuando podemos dedicarnos a esto”, cuenta María. “Yo confío mucho en María, hemos trabajado muchos años juntas en la cocina del hostal y, probablemente si nos hemos lanzado a hacerlo es porque tenemos mucha confianza la una en la otra. Es algo fundamental”, afirma Marina. 

Aunque emprender no es tarea fácil, y hacerlo en un entorno rural puede complicar las cosas, María y Marina no dudaron que Soto debía de ser el escenario de su proyecto. Ambas están vinculadas al pueblo; Marina y su familia son de allí y María es como si lo fuera desde que de pequeña lo visitaba cada verano. 

En mayo la food truck Pasqualina arrancó sus motores, instalándose sin intención de convertirse en itinerantes en una finca cerca del río que recorre Soto de Sajambre. Así, a pesar de las tormentas de las primeras semanas y la incomunicación que vivió la localidad después de que la cobertura y el servicio de internet se vieran interrumpidos durante cuatro días por una cigüeña que había anidado en Mansilla de las Mulas (otra historia que puedes leer aquí), el proyecto de María y Marina fue recibido con los brazos abiertos por parte de todo el valle de Sajambre: “La acogida ha sido muy buena por parte de los vecinos y de todo el valle. Viene gente de otros pueblos pero especialmente los jóvenes de Soto, que hay bastantes y han respondido muy bien. En redes también nos funciona muy bien y esperamos que en agosto, con la llegada de turistas, sea mucho mejor”. 

“La gente llega con sus mantas, se tumba en el césped y comen al lado del río. Se lo pasan genial, disfrutan de la comida y a nosotras eso es lo que más nos presta. También hemos puesto juegos de mesa o cartas; queremos ofrecer algo distinto”, cuenta Marina. Además, durante las próximas semanas serán el escenario de un curso de baile tradicional o de conciertos el sábado 12 de agosto. 

La oferta gastronómica va desde frixuelos a tortos y, especialmente, hamburguesas, que se han convertido en la opción más popular entre el público, independientemente de su edad. Durante los fines de semana la carta cambia, ofreciendo alternativas para que los vecinos de Soto puedan degustar platos nuevos: “Hacemos huevos con pisto, solomillo al horno, mousse de limón… Para que no se aburran de las hamburguesas”.  

Así, Pasqualina ha llevado la comida más urbana al valle de Sajambre, sin perder la calidad ya que María y Marina se encargan de que todas sus elaboraciones sean caseras y sus ingredientes se obtengan de la huerta, conservando la ventaja que ofrece el producto que se obtiene en los pueblos.