40 años del accidente de autobús con más víctimas mortales en la provincia de León
Es propio del periodismo de sucesos, y más en los años 70, el definir los 'sucedidos' más impactantes como espeluznantes, horribles, dantescos y varios adjetivos superlativos más. Pero en pocas veces como la que hoy 30 de diciembre se cumple su cuadragésimo aniversario esas crónicas se quedaron tan cortas como para describir la estampa del accidente en el que murieron 25 personas en el kilómetro 383 de la Nacional VI, en el término municipal de San Miguel de las Dueñas.
“Un horrendo espectáculo de los que quedan para siempre grabados en la mente, es el que presenciamos estam madrugada en la carretera general de Madrid a La Coruña [...] muy cerca de Ponferrada. Allí, con los albores del nuevo día, se hallaban esparcidos quince cuerpos de infantes de marina que tres horas antes habían perecido al chocar el autocar que ocupaban con un camión cargado de cebada. Los dos conductores fallecieron en el acto y otros ocho soldados fallecieron en el camino o tras su ingreso en el centro hospitalario. En total, un dramático balance de veinticinco muertos y cerca de treinta heridos”. Así comenzaba la crónica del ABC, que titulaba con una extraña división “Veintitrés infantes de marina y dos conductores, muertos”, en su edición del 31 de diciembre de 1977 una información a doble página que informaba del horroroso suceso con pelos y señales.
Unas cifras que, supónese que la falta de medios y la premura a la hora de componer la información, cuadraban con las de El País -que se cortaba un poco más y sólo definía el suceso como “trágico accidente de circulación”, pero que no coincidían con las informaciones de los periódicos más cercanos, ya que 'El Pensamiento Astorgano' titulaba con 27 muertos y años más tarde se llega a decir que 28. Lo cierto es que en aquellos periódicos de papel la cifra era altísima y que el accidente no dejaría de tener el impacto que tuvo con dos o tres muertos más.
La brutalidad del golpe fue tal que el autobús quedó cortado a la mitad. Pero no a lo ancho, sino a lo largo. Las fotografías que abrían los periódicos de la época serían irreproducibles a día de hoy, por las enormes protestas que generaría la audiencia (por lo que este digital ha pixelado la imagen de apertura) al ver 'a pelo' 15 cuerpos amontonados literalmente en la carretera con varios guardias civiles y testigos observándolos como si nada. La propia Hora Leonesa, en un apartado debajo de las fotos del autobús cortado a la mitad y el camión titulaba: “Trágica madrugada”. Incluso rogaba “una oración por su alma” en una información en su faldón en la que se podía ver el autobús cortado a la mitad y la cabina del camión completamente destrozada. Eran otros tiempos en los que la muerte en la carretera era común, y las personas lidiaban con ella con otro tipo de perspectiva. Las imágenes mostraban la más cruda realidad, porque prácticamente nadie dudaba de que espantarse por ella y espeluznar al lector era lo correcto.
Un choque que fue de repente, del que se desconocía cuál había sido la causa, si un despiste, si un reventón... y que costó la vida a uno de los dos conductores del autobús que se intercambiaban el puesto de chófer para mantenerse despiertos y circular con seguridad. Los pasajeros volvían a casa desde El Ferrol con un permiso de dos semanas y, dada la hora ya entrada la noche, estaban dormitando. Muchos de ellos ni se enteraron. Pero sus familias quedaron rotas de dolor en una fecha tan señalada como la Nochevieja.
El accidente de San Miguel de las Dueñas -al que se une otro ferroviario de 1936 cuando murieron 19 personas al chocar el correo de Madrid a La Coruña y un mercancías carbonero- dejó marcada a la joven democracia que acababa de elegir a los diputados que aprobarían la Constitución, pero terminó olvidándose. Y eso que, en el conteo general de accidentes de autobús de España, se encontraría entre los siete primeros con más víctimas de toda la historia de la automoción.
Un espanto de accidente, con 25 muertos y casi el mismo número de heridos, que hoy en día abriría durante jornadas los telediarios y los programas de televisión, radio y las portadas de los periódicos tanto de papel como digitales. Un accidente inasumible que, en aquellos tiempos, era más habitual. En los últimos 20 años del siglo XX, más de mil personas murieron en accidente de autocar en las carreteras españolas. Pero la virulencia de este choque fue tal, que quedó marcado en los habitantes del lugar. Y que sigue siendo preciso recordar hoy para que nadie se olvide que, aún con la seguridad vial tan mejorada y avanzada, la carretera puede ser lugar de dolor y muerte. Y lo sigue siendo aún entre los más jóvenes.