La montaña de León afronta una temporada de esquí en la que el puente de diciembre resultó clave la última década
Del negro al blanco. De la desolación a la esperanza. Del fuego al frío. Un cambio total de paisaje y de ánimo en apenas cuatro meses es lo que afronta la montaña de León con el arranque de la temporada de esquí después de que buena parte de esa misma montaña sufriera este verano los peores incendios forestales de la historia de la provincia desde que hay registros, tras arder un 10% de toda la superficie forestal de la provincia leonesa.
Por eso, este año aquellos territorios muy dañados ha mirado más al cielo que nunca, con la esperanza de que una gruesa capa de fría nieve tape lo más posible la profunda herida económica sufrida y llegue como un manto de esperanza, al menos para las dos zonas de influencia de las dos estaciones de esquí leonesas: San Isidro, en Puebla de Lillo, entre las montañas oriental y central; y Leitariegos, en el valle de Laciana, municipio de Villablino. Ambas instalaciones propiedad de la Diputación de León.
La fortuna en la última década en el arranque de la temporada, el siempre goloso puente festivo de la Constitución y la Inmaculada, ha sido muy desigual. Pero al contrario de lo que pueda parecer en la memoria, y el cada vez más claro impacto el cambio climático, lo cierto es que no ha resultado del todo mal la disponibilidad de las pistas para los primeros aficionados de la temporada en las dos estaciones invernales de León.
El recuento arroja que de los últimos diez años, un total de cuatro se ha podido esquiar con nieve suficiente en San Isidro, aunque fueran extensiones algo escasas, y han sido dos buenos arranques de temporada en el caso de Leitariegos. En ambos casos incluimos este año 2025, en el que se repite el esquema y se anuncia para este viernes 5 de diciembre la disponibilidad de algunas pistas en San Isidro y de momento ninguna en el puerto lacianiego. Todavía ayer había alerta oficial por nevadas y la esperanza de que, junto con el sistema de nieve artificial y una laguna artificial recién estrenados, se pudieran acondicionar algunos kilómetros para los aficionados más ansiosos en el valle de Laciana.
2022, una temporada histórica
En total, los cuatro años de apertura posible en el puente festivo de arranque de diciembre han sido el de este año, así como 2022, que registró los mejores datos de récord de 20 años atrás. Sólo en aquella histórica temporada se recaudaron algo más de 4 millones de euros en ingresos, a pesar de que nuevamente Leitariegos no llegó a tiempo en la Constitución.
Sin embargo, en el año marcado más directamente por la pandemia de la Covid y sus restricciones, la temporada 2020-2021, Leitariegos consiguió ser la primera estación invernal abierta de toda España. Y finalmente en 2017 abrieron ambas, gracias a una buena nevada previa.
En la última temporada, la 2024-2025, en el puente de la Constitución ambas permanecieron cerradas por muy poco: el 8 de diciembre de 2024 se produjo una alerta por una intensa tormenta de nieve que fue la primera vez que se estrenó el envío masivo a los móviles de los leoneses. Pero para entonces, los buenos días festivos ya habían pasado.
Las principales procedencias
La trascendencia que comenzar la temporada con disposición de pistas para el esquí, el snowboard y otras modalidades resulta siempre esencial en los municipios de influencia de San Isidro y de Leitariegos, los dos aquejados por una despoblación galopante y esta última, además, por la total reconversión minera. Cuando llega diciembre y la Diputación da por abierta la temporada, muchos de los negocios rurales dependen en su práctica totalidad de la afluencia de esquiadores y turistas.
Las estadística oficiales sitúan en primer lugar a los propios leoneses, seguidos por los asturianos. Pero en las dos estaciones los esquiadores provenientes de Galicia y de Portugal son muy numerosos si el tiempo acompaña porque son las estaciones que más cerca les quedan, y la repercusión económica que les quedan a estas zonas resulta como agua de mayo.