Observar las etiquetas de los medicamentos del siglo pasado es todo un placer para los ojos de un ciudadano del primero del segundo milenio, el XXI. Su publicidad y forma de venta oscilan entre la creación artística y los mensajes de un buhonero. Frases ingeniosas como 'Salud - Fuerza - Vigor. Indispensable para todo deportista' acompañaban a muchos de ellos con ilustraciones que a día de hoy estarían completamente prohibidas en las cajas de los mismos.
Pero eran otros tiempos, en los que los farmacéuticos vendían sus fórmulas magistrales y algunos de ellos conseguían el éxito. Este es el caso de la Embrocación Hércules, de Laboratorios Fernández de la Mata, que entre otras muchas publicidades (como la de Primera División de Fútbol de la temporada 1944-1945) se vendía con lemas tales como “Limpio, suave y blanco cura reúma, dolores, contusiones, golpes y lumbalgias”.
Según explica el blog Arte Farmacéutico, este medicamento tuvo un éxito enorme en toda España. “Conocida popularmente como la 'embrocación del pulpo' (por su dibujo de un Hércules apaleando a uno de ellos), este afamado linimento fue creado por don Gonzalo Fernández de Mata en 1929. Desde su origen en el laboratorio de La Bañeza, pronto cosechó un gran éxito, logrando rivalizar eficazmente en España con el conocido Linimento Sloan”.
El creador, un farmacéutico y veterinario, consiguió gran relevancia con muchos otros remedios salidos de sus matraces y probetas de su farmacia en La Bañeza. Pero esta 'embrocación', una especie de cataplasma líquida usada como linimento (y cuyo nombre procede del Embrocation inglés), consiguió llevar el nombre de su ciudad a toda España y parte del extranjero.
Su importancia fue tal que, trascendió rápidamente las fronteras locales. La Embrocación Hércules se comercializó en diversos países de todo el mundo, con especial penetración en América Latina. Eso sí, Fernández de Mata, muy inteligentemente, insistía en calificarla como “embrocación española”, una estrategia para diferenciarse de las embrocaciones más famosas que procedían principalmente de Gran Bretaña, como la Embrocation Universal Elliman's o la Barrett's Mandrake Embrocation.
Un linimento para los golpes
Este producto, que se considera en la práctica un sinónimo de linimento, se empleaba tradicionalmente para el alivio del dolor o el cansancio muscular, esguinces, lumbago, reumatismos o bronquitis, siendo de uso habitual tanto para personas como para animales, especialmente caballos. Sin embargo, la Embrocación Hércules se difundió mucho en el ámbito deportivo y taurino. Para impulsar su reconocimiento, esponsorizó eventos populares en toda España dentro de estos sectores, ligando su nombre al esfuerzo físico y la competición. La cataplasma del héroe mítico se difundió mucho en el ámbito deportivo y taurino. En 1920, fue proveedor en exclusiva de las caballerizas de la Casa Real, como anunciaba en su publicidad.
Visualmente, la Embrocación Hércules tenía una potencia notable. Posiblemente de ahí su éxito. Gonzalo Fernández de la Mata no sólo tenía claro que sus remedios funcionaban, sino que tenía que trabajar su publicidad para conseguir relevancia. Lo que hoy llamaríamos márketing, era también una de las especialidades del farmacéutico bañezano. En su envase se podía ver la figura de Hércules, golpeando con un frasco del linimento la cabeza de un pulpo. Los brazos de este pulpo estaban diseñados para recordar todos los dolores que, según se anunciaba, este producto era capaz de aliviar.
Otra de las tácticas de venta se aprovechaba de la religiosidad de los españoles de la época, y posiblemente también tuviera que ver con la de Gonzalo Fernández de Mata. En una inteligente jugada, con misterio incluido, la publicidad decía sin cortarse un pelo: “Importante: remitiendo seis vales de los que acompañan a cada frasco, recibiréis libre de todo gasto una agradable sorpresa asunto religioso”. También, como indicamos antes, se vinculaba a los deportes, sobre todo con el creciente éxito del 'football' mostrando un balompedista en sus frascos que hoy llamaríamos premium por ser “tres veces más grandes para deportistas”.
Y la publicidad, nacional, en toda clase de revistas, tanto de humor como deportivas, e incluso en el ABC, como muestra esta página de 1944. También tenía merchandising, como estas libretas con el logo del Hércules apalizando al pulpo y en la que aprovechaba para vender otros de sus remedios como el 'Cicatrizante Velox'. El farmacéutico bañezano tenía todo perfectamente controlado para dar a conocer su remedio. Y, sin embargo, un éxito del la mercadotecnia de tales características (nada fácil de conseguir en aquella época y menos hoy) está prácticamente olvidado. Gracias a la Farmacia Serra Mandrí de Barcelona, que mantiene el blog anteriormente citado dedicado a promocionar la fantástica y atractiva artística que acompañaba a la venta de medicamentos hace un siglo se puede conocer su ingenio. Merece la pena echarle un vistazo más a fondo a las creaciones del bañezano Gonzalo Fernández de Mata pinchando en este enlace.
Una composición muy del siglo XX
¿Y cómo era este ungüento? Parece ser que su composición, inspirada en ejemplos ingleses y americanos, incluía una mezcla de esencias de plantas aromáticas, clavo, espliego, romero, tomillo, mentol, alcanfor, trementina, huevos, vinagre, entre otros ingredientes que combinados formaban el bálsamo elegido por muchos para el alivio de dolencias musculares y reumáticas.
A diferencia de otros productos desarrollados en el mismo laboratorio, como el ungüento Resolutivo Rojo Mata, que estaba muy enfocado en el ámbito veterinario, la Embrocación Hércules se posicionó fuertemente tanto para uso humano como animal, encontrando un nicho particular en el deporte y la tauromaquia. Fue una de las marcas españolas que compitieron con éxito frente a otras embrocaciones nacionales también populares en la época, como la 'Embrocación Española Gil' o la 'Embrocación Española Pino'.
La fama internacional alcanzada por esta afamada embrocación contribuyó significativamente a que La Bañeza fuera conocida por todo el mundo en la época de su auge, dejando un legado de innovación y éxito comercial asociado a este producto.
El Laboratorio Fernández de Mata
Gonzalo Fernández de Mata (1869-1959) sí es conocido en su ciudad —sobre todo gracias a reportajes como éste de El Adelanto Bañezano—, y también es uno de los protagonistas del libro publicado por la Universidad de León Leoneses en la historia de la ciencia, al que le dedica un artículo completo Alejandro Valderas.
A veces referido como Gonzalo Fernández Mata), nació en La Bañeza (aunque algunas fuentes dicen en 1870), y falleció en primavera, el 15 de abril, sobre los noventa años. Era hijo de Manuel Fernández Franco (1826-1883), abogado y terrateniente, y de Manuela de Mata Rodríguez (1825-1896). Se graduó de bachiller en el instituto de Ávila, para después cursar la carrera de farmacia en la Universidad de Madrid, obteniendo el título de Licenciado el 29 de junio de 1892. También se licenció en veterinaria, lo que le vendría muy bien para promocionar productos más allá de la salud humana y aprovechar unos para otros tras varias pruebas, como el Embrocado Hércules primero para tratamiento animal.
En 1910 instaló su laboratorio de especialidades farmacéuticas y veterinarias en la rebotica de su casa de la calle Astorga, donde ya los fue afinando para la curación de enfermedades tanto en personas como en animales. El recuerdo de este boticario es de un hombre bueno, bondadoso, muy reservado y respetado por sus empleados, que pasaba la mayoría del tiempo entre probetas, almireces y matraces. Eso sí, era un hombre que cuidaba mucho su imagen, luciendo una recortada perilla canosa y lentes.
Otros productos de Fernández Mata
Por las características de los productos que comercializó, se aprecia que su inclinación profesional era hacia la veterinaria y el ámbito agropecuario. Logró sacar tres grandes productos que le acreditaron dentro del vademécum farmacéutico-veterinario. Uno de los más conocidos fue el 'Resolutivo Rojo Mata' comercializado a principios del siglo XX y registrado el 31 de enero de 1920.
Inicialmente pensado para dolencias crónicas de huesos, sinoviales y tendones en animales de labor, obteniendo resultados extraordinarios de rapidez. Se convirtió en un producto de elección para heridas y torceduras de caballos, estando presente en concursos de ganado y competiciones hípicas en España y el extranjero. Se presentaba en un envase de porcelana y tuvo una formulación inicial a base de biyoduro de mercurio, aceite de cantáridas y tártaro emético; una composición mejorada se usó también para afecciones respiratorias en ganado caballar, vacuno y de cerda. Un año después (1921), este resolutivo sería transformado con otros ingredientes en ungüento para bronquitis, pleuresías y neumonías caballares. Un precedente de este producto podría ser el 'Onguent Rouge Mere' francés.
Además su 'Embrocación Hércules' de estos, formuló otros específicos para uso humano como una loción para eczemas y otros con nombres que hoy suenan maravillosos como si fueran de Mortadelo y Filemón, pero que se buscaba que llamaran mucho la atención en la época. Entre ellos, el 'Digestrol' para digestiones pesadas y las 'Pastillas Pectorales' para bronquitis. Otros productos veterinarios destacados fueron el 'Cicatrizante Velox', el 'Anticólico F. Mata' y los inyectables de 'Sericolina'. También creó un producto de uso agrícola llamado 'Vinogenol' para fermentar el vino.
Más allá de su actividad profesional, se le conoce la conferencia 'Potabilidad del agua y métodos para depurarla', pronunciada en La Bañeza en 1929. Intervino en política, siendo diputado provincial y destacado miembro del partido Unión Patriótica que apoyaba al General Primo de Rivera. Esponsorizó eventos populares en toda España en el ámbito deportivo y taurino.
Tras su fallecimiento en 1959, la farmacia pasó a ser propiedad de su hijo Gonzalo Fernández Miguélez, quien compró los registros de medicamentos a su hermana Carmen. El laboratorio conservó el nombre Fernández Mata o 'F. Mata' hasta 1965, cuando pasó a llamarse Laboratorio Fernández Miguélez. Sus nietos son los actuales propietarios de farmacias en la calle Astorga 4 y calle El Reloj 16 en La Bañeza, y la familia también tiene otra farmacia en León, la del principio de Ordoño II mirando a la plaza de Santo Domingo llamada Mata Espeso.
Los preparados veterinarios de Gonzalo Fernández de Mata y su famosa embrocación “del pulpo” le dieron fama internacional y dieron a conocer La Bañeza por todo el mundo. Este boticario de albéitar con laboratorio, una enorme capacidad de trabajo y una perpicaz capacidad publicitaria lo consiguió. Un personaje que no merece el olvido y sin calle aún en La Bañeza. Es hora de que el Pleno de la ciudad la plantee por la promoción que hizo de ella en su momento en toda España.