Locos por escribir

Isabel Rodríguez

Son jóvenes, escritores y consiguen publicar. Saben que vivir de la literatura es prácticamente imposible, pero no renuncian al placer que encuentran en crear sus propias historias. Sí, están completamente locos... por escribir. En esta XXXVI Feria del Libro de León fijamos el foco en ellos para conocer cómo ha sido ese camino hasta conseguir la confianza de una editorial en un mercado tan saturado. Perseverancia, personalidad y pasión son los consejos que nos dejan cuatro de estos autores que han compartido con nosotros su experiencia entre las letras.

Julio César Álvarez (León, 1978) acaba de publicar su tercera novela, 'Luz fría' (editorial Origami) tras ese “proceso enfermizo” que asegura que le impulsa a escribir. “Las grandes editoriales ahora no apuestan por los escritores jóvenes sino por autores ya consagrados, así que hemos tenido que buscarnos la vida de otra forma, a través de editoriales pequeñas, independientes... tenemos que estar en las trincheras, en las revistas literarias y en los aspectos culturales de la ciudad”, opina. Con la sensación de que el mundo editorial está “boca abajo” y asumiendo que “los escritores jóvenes vivimos en las catacumbas”, reconoce que cualquier otra opción es “una sorpresa” y que disfruta al toparse con lectores que no habría imaginado que se acercasen a su obra. “Es muy gratificante cuando alguien te comenta que hay una parte que le ha llegado o una frase que le ha cambiado”, asegura. “¿Decepciones? Cuando ves que hay cosas que no funcionan como quieres o no llegas a todo el público que te gustaría, pero lo mejor es no ver esto como un proyecto de futuro sino simplemente por la pasión que supone escribir”, afirma.

Para Noemí Sabugal (Santa Lucía de Gordón, 1979), los premios han sido su puerta de entrada a un mundo editorial colapsado. “Es muy difícil enviar un manuscrito de un autor novel y que lo lleguen a leer porque es apabullante la cantidad que reciben”, asegura. Su novela 'Al acecho' (Algaida) fue reconocida con el Premio de Novela Felipe Trigo el pasado año y con 'El asesino de Sócrates', quedó finalista en el Premio Unicaja. En cualquier caso, insiste en que la posibilidad de presentarse a diferentes premios no interfiere en su proceso creativo. “Tú tienes que escribir la novela que a ti te gustaría leer, forzar tu estilo para parecerte a unos o a otros no tiene sentido porque el valor del escritor es su propia voz”. La constancia es su máxima y los lectores una de las grandes satisfacciones. “Aportan cosas que tú mismo no habías visto, es muy interesante”.

También David Fernández Sifres (León, 1976) llega respaldado a esta feria por un galardón, en su caso el Premio El Barco de Vapor por la obra 'Luces en el canal'. No es el primero que recibe, pero reconoce que el verdadero placer lo siente sobre las teclas. “Uno tiende a hacer aquello con lo que disfruta, y sí tengo la certeza de que seguiría escribiendo aunque supiera que no me iban a volver a publicar”, asegura. Él escribe para pequeños y jóvenes, lo que dice que le obliga a dejarse sorprender como un niño y mantener la mente abierta. “Leí hace unos días que un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido”. Pero además, tiene sobre sus hombros la responsabilidad de que sus letras serán de las primeras que experimenten lectores en potencia. “Siento que a la literatura infantil y juvenil no se le da la importancia que merece. Nuestros hijos van a crecer leyendo esos libros, se van a formar con ellos, y esas historias van a influir en su modo de ver el mundo, en sus criterios. Por otro lado, el hecho de que sean o no lectores en el futuro –con todo lo que ello conlleva- puede que dependa también de lo que lean siendo niños”. Sifres lanza un consejo a los escritores que comienzan: “Si a la primera no te sale como esperabas, no te preocupes, es normal, nos pasa a todos. Escríbelo de nuevo. Si a la primera te encanta lo que has escrito, desconfía”.

Por su parte Rafael Saravia, nacido en Málaga en 1978 pero criado en León, acaba de publicar su cuarto poemario, 'Carta Blanca'. Confiesa sentirse afortunado porque grandes sellos editoriales de poesía han apostado por él, pero advierte de que la creación literaria “no tiene que estar exclusivamente vinculada al éxito mediático”. De hecho, asegura que “quien se preocupa en exceso por eso perderá la confianza en escribir”. “El mundo editorial está saturado y hay mucha gente que quiere triunfar. El problema es que hay escritores que quieren serlo porque saben que JK Rowling gana millones, igual pasa a pintores que empiezan porque ven que Antonio López vende por un millón. La realidad es otra, y lamentablemente, hoy más que nunca se hace efectiva esa frase de 'por amor al arte'. Si no existe ese amor todo se puede llegar a desviar a la mera compra-venta, y eso rara vez tiene que ver con el arte. No obstante, creo en la dignidad del trabajo del creador y en que con trabajo y virtud se puede conseguir un hueco en el mundo de las letras”, afirma.

Saravia es además el presidente del Club Leteo, una asociación de escritores que con pocos medios y mucha ilusión ha conseguido traer a León a escritores del calibre de Martin Amis, Paul Auster o Juan Gelman. Grandes nombres que contrastan con el escaso respaldo y atención mostrado desde las instituciones. “Es cuestión de la escala de valores que cada gobierno quiere dar a su pueblo. Cuando se piensa en términos de pérdidas o ganancias económicas, la cultura, la sanidad o la educación son decapitadas. Aquel gobierno que piense en la evolución de su sociedad para alimentar el bienestar común, invertirá en valores de futuro como lo es la cultura”. De todos modos, explica que no hay resignación al recorte cultural y que la cultura no se paraliza por decisión de unos pocos sino que, al contrario, se va abriendo camino gracias a iniciativas particulares, solidarias y de esfuerzo particular. “Es triste saber que un bar, con dinero de su propio bolsillo, acabe generando mayor dinamismo poético que una institución pública cultural, pero el tema ahora está así. El interés no ha decaído en absoluto, y eso a los que escribimos y dinamizamos el panorama cultural de León nos da fuerza”.

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