Memorias de la montaña (XVII): el barcelonista

Luis Alonso Juárez, Bali, junto a Cruyff en una foto de 1995.

Su afición por el Barça llegó por casualidad, como llegan casi siempre esos amores que se quedan para toda la vida. Tenía 12 años y lo que más le gustaba eran los tebeos del Jabato y del Capitán Trueno. Hasta que un buen día su amigo Juan Manuel le invitó a ver un partido de fútbol en una de las primeras televisiones en color que habían llegado al pueblo. Era un partido entre el Barcelona y el Valencia de aquel año de 1977. Acostumbrado a la aburrida sencillez del blanco y negro, aquel día se quedaría impresionado con el verde del césped y con los colores de las camisetas, especialmente con las de un Barça que quedarían grabadas para siempre en su memoria. En aquel momento decidió que ese equipo de futbol que vestía de blaugrana iba a ser el club de sus amores, el equipo que le traería penas y alegrías, que le haría sufrir o disfrutar, el que llevaría en el corazón para siempre.

De chaval se pasaba la semana ahorrando para ir el jueves al quiosco de Amancio a comprar la revista Don Balón. En aquellos años todos los niños coleccionábamos los álbumes de fútbol que salían cada nueva temporada. Y Bali ha guardado hasta día de hoy los cromos de aquellos jugadores del Barcelona, una colección que ahora cobra una enorme relevancia como tesoro nostálgico y que trata de completar gracias a la búsqueda en internet. Entre las revistas, los álbumes, los pósteres y todos los recuerdos de época que ha ido acumulando con el paso del tiempo asegura que podría hacer una exposición preciosa, un sueño que aspira ver cumplido algún día.

Pasados los años llegó lo que tenía que llegar, una ‘Peña Barcelonista Boñar’ que se fundaría en el año 1990, en un día de invierno en el que recuerda estar asando unas castañas en la cocina con su madre. Tras hablarlo con su hermano Toño prepararon una reunión en el pub ‘Vaya Lío’. Allí se empezaría a forjar esta peña con toda la ilusión del mundo y con algunos de los más reputados seguidores culés de la villa, con Arsenio y su sobrino Luis Rogelio, Pepe Becerra, Lucio Guardo, Roberto… La peña lo ha sido y es todo para él, asegura que no podría entender la vida sin ella, sin todas esas reuniones con otras peñas del país y sin todos esos viajes que le han llevado a disfrutar en vivo de casi todas las finales de Copa del Rey o de cuatro de las cinco finales de Champions que ha ganado el Barça. De todos los partidos que ha visto el que recuerda con más emoción es aquella primera Copa de Europa que ganó el Barcelona en Wembley, la única vez que lloró por el fútbol. Ha estado siguiendo a su equipo del alma en casi todos los estadios de España y en muchos de Europa, pero hay dos que se destaca por encima de los demás, dos templos que respiran fútbol por los cuatro costados: Wembley y San Mamés.

Bali y sus compañeros de peña han traído a Boñar a figuras del deporte a las que parecía imposible acceder. Su don de gentes y su buen hacer ya habían conseguido que grandes jugadores como el leonés y delantero del Barça César Rodriguez recibiera un merecido tributo en la villa. Aunque fue el 7 de julio de 2018 cuando se viviría una jornada irrepetible en Boñar, un homenaje a Quini que contaría con la presencia de sus familiares más cercanos y con Arconada, Gorriz, Pereira, Dani, Abel, Marañón, Cúndi, Morán, Perico Alonso, Asensi, Julio Alberto, Marcos Alonso o Solozábal. Las calles de Boñar no habían visto nunca y no han visto desde entonces una concentración de celebridades tan notoria. Todos, niños y mayores, se acercaban a hacerse fotos con los deportistas. Fue un emotivo homenaje a ese delantero que había marcado una época, una cálida reunión de amigos del jugador que se empezó a gestar desde el mismo día de su fallecimiento y que llegó a buen puerto gracias al ingente trabajo de Bali y sus compañeros de peña. Él recuerda que mandó una carta de invitación a todos los clubes de primera y segunda división y que, paradojas del mundo del fútbol, el primero que contestó fue el Real Madrid. Aunque lo mejor fue lo del Rayo Vallecano, que se liarían con las fechas y le llamaron a la semana siguiente del evento para decirle que asistirían.

Por supuesto la actividad de la peña no acabó ahí y han seguido organizando viajes y homenajes, como el del 23 de julio de 2022 a Toño de la Cruz, jugador de León que llegó a debutar con el Barcelona. Otra fiesta del fútbol que congregaría en el Soto de Boñar a ilustres figuras como Rexach, Asensi, Zabalza, Julio Alberto, Sánchez, Lluís Pujol, Juan Carlos, Reina, Marcelino o Tomé. En todos estos años Bali ha conocido a jugadores y presidentes de clubes, tiene fotos con todas las estrellas del balompié, desde Cruyff a Messi o desde el recientemente fallecido Neeskens a Koeman. Solo tiene una espinita clavada, no haber podido conseguir una con Schuster, jugador que admira y que a su juicio ha sido uno de los mejores extranjeros que han pasado por el Barcelona.

Bali sigue llevando al club de sus amores por montera allí donde se encuentre. El Barça es su pasión. Y como dice uno de los diálogos más recordados de la película El secreto de sus ojos: ‘Un tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios... pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión’. 

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