Bruno Marcos: “Sorprende ver que la España actual se parece mucho al periodo de la Restauración”
“...Había salido a encontrar mis sueños fantaseando con una vida literaria bohemia en la que descubriría el amor y había hallado la realidad en cuerpo y alma, no sólo la patética picaresca, la golfería, la Golfemia como una caricatura de los bellos ideales sino el fracaso, el dolor y la crueldad. Lo que existía era la vida, compleja, deslumbrante y doliente...”
(Bruno Marcos, 'Golfemia')
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, Bruno Marcos, aparte de su faceta como artista plástico incluso como comisario de diversas exposiciones y otrora miembro del comité asesor del MUSAC, ha publicado varios libros, entre ellos algún poemario como el 'Libro de las Enumeraciones' (1996), algún ensayo de estética como 'Muerte del arte' (1997), o bien algún libro de viajes como 'Últimos pasajes a la diferencia (2016).
Ha participado asimismo en algunos libros colectivos como 'Cronófagos' o 'Cuentos de la nueva normalidad', entre otros. Y es autor del reciente 'Golfemia' (2021), que ha sido editado por Eolas, comandada por el editor y librero Héctor Escobar, que, según Bruno, está demostrando, desde la iniciativa privada, que la cultura está viva, “poniendo en circulación a nivel nacional obras muy diferentes con gran calidad y difundiendo entusiasmo”.
Se alegra uno de que existan editoriales como Eolas, que apuesten por los autores, por las autoras, de la provincia leonesa. Y Bruno Marcos, que ha recibido premios como el de Letras Jóvenes de Castilla y León, entre otros, haya podido editar su reciente novela a través de este sello leonés. Un curioso título, su novela, que hace referencia a la golfería y la bohemia. “Sí, fue un término, producto de unir las dos palabras, que se hizo popular a principios del siglo XX para identificar a aquellos artistas y escritores que, empujados por la pobreza, la incomprensión y el fracaso, malvivían en los bajos fondos de la cultura. Su obra iba desapareciendo y la vida disipada, el alcoholismo y dar 'sablazos' era su día a día”, comenta Bruno, que se remonta a Valle-Inclán y su monumental obra de teatro 'Luces de bohemia' para hacernos partícipes de su título.
“Curiosamente en una de las escenas de la novela, basada en el relato que hace Ernesto Bark de una cena de artistas, Alejandro Sawa, el gran bohemio que inspiró a Valle-Inclán su Max Estrella de 'Luces de Bohemia', pide que se invite sólo a quienes tengan un nombre y se distinga entre Bohemia y Golfemia, aunque muchos le tacharon a él precisamente de ser el gran golfemio”, nos aclara el creador de la novela 'La fiesta del fin del mundo' (2004).
Golfemia fue un término, producto de unir las dos palabras, que se hizo popular a principios del siglo XX para identificar a aquellos artistas y escritores que, empujados por la pobreza, la incomprensión y el fracaso, malvivían en los bajos fondos de la cultura
Confiesa que 'Luces de Bohemia' es una obra que lleva fascinándole desde la adolescencia hasta el punto de leerla todos los años. Y es que esta obra es realmente ingeniosa, actual, como cuando se publicó hace un siglo. Un análisis extraordinario de nuestra España donde no se premia el talento sino el robar y ser sinvergüenza. “Sorprende ver que la España actual se parece mucho al periodo de la Restauración del que nunca hablamos. 'Luces...' se empieza a publicar en 1920 por entregas en la prensa. Valle en un momento dado se debió dar cuenta de que la estética del esperpento que estaba inventando no era tanto una novedad estilística cuanto el descubrimiento de que la novela picaresca, las pinturas negras, o los disparates de Goya, además de historia son una metodología vigente, aplicable también hoy en día”, matiza él, que reconoce haber visto la adaptación fílmica innumerables veces y hace un par de años fue a ver la representación al teatro María Guerrero de Madrid en la que hicieron el esfuerzo de que salieran todos los personajes, que son muchos, “tantos que durante algún tiempo se habló de que era irrepresentable”, señala Bruno acerca de la obra esperpéntica del gran Valle, cuya lectura, en su opinión, ha ido cambiando con los años, “dando más importancia a un aspecto que a otro: la vida de los poetas del pasado, la crítica social, el esperpento, el humor, España...; pero siempre todo ello, en todas las épocas de mi vida, galvanizado por el embrujador patetismo del fracaso. Creo que el fracaso es la última carta que le queda a un artista”. En este sentido, podría decirse que el artista, si es genuino, debería estar del lado de los desheredados de la sociedad, situado en estas lindes. Cuenta que en los bohemios el fracaso, que tomaba los atributos de una obra de arte en sí misma, es desinteresado, inútil como un poema, “se aleja definitivamente de las cosas que producen dinero y se purifica”, tal vez por eso “el fracaso tiene atracción porque, aunque sea doloroso, es una emoción intensa”, advierte el creador de 'Golfemia', que es una obra de ficción aunque llena de datos históricos reales, “desde anécdotas de la vida bohemia que aparecen en memorias o biografías de los grandes escritores del 98 y del 27 —que aquí son personajes secundarios— hasta transcripciones periodísticas de atentados como el del anarquista Mateo Morral al cortejo nupcial de Alfonso XIII”.
Una novela protagonizada por el joven Álvaro de Foxá, que podría ser el propio autor o bien el lector, el cual descubre cómo la necesidad y las convulsiones políticas se imponen a los sueños y aspiraciones. El protagonista es un aristócrata que se adentra en la vida bohemia soñando con ser poeta y con el deseo de iniciarse en el amor para acabar descubriendo la Golfemia, término que repetía salmódicamente Alejandro Sawa, según nos cuenta Bruno en su novela.
La realidad a través de la lectura
“El protagonista somos todos los que vivimos en la actualidad y hemos tenido el referente de aquella época, leyendo sus poemas o novelas, viendo películas de la guerra civil y de antes de la guerra...”, puntualiza Bruno, cuyo personaje principal es un soñador que construye la realidad a través de la lectura. “No es casualidad que la historia arranque en una librería de viejo, en ella siente las vidas realizadas de cientos de escritores como materializaciones de proyectos de vidas similares al suyo, pero a la vez encuentra algo triste allí, un cementerio, porque quiere vivir. A medida que sus dos objetivos, la poesía y el amor, son postergados una vez tras otra por la necesidad, las convulsiones políticas o la guerra, va dándose cuenta de que la realidad construye un relato tan apasionante que parece de la misma materia que las cosas que se sueñan y que por lo tanto, la literatura, las ficciones, los sueños, están hechos de vida”.
'Golfemia' nos hace recordar 'Luces de bohemia', cuyo tema profundo es, según Bruno, la derrota total de los ideales frente a la realidad, pues “ante la abyección general, que se describe en la obra, haber creído en la poesía o en la belleza se torna ridículo, esperpéntico”.
En 'Golfemia' aparecen diversos escritores, tanto de la Generación del 27 como del 98. “Para quienes hemos sido niños en la Transición, esas dos generaciones fueron los referentes estéticos, literarios, políticos e incluso vitales”. Y Bruno Marcos lo que se propone es conocer con cierta profundidad el contexto en el que se desarrollaron las vidas de los autores de estas generaciones... grandes autores que, en la mayoría de los casos, tienen finales trágicos, como Lorca, que fue asesinado en un paraje, o Machado, que huyó hasta morir, según Bruno, poco después de pasar la frontera, o bien “Unamuno, que muere al comienzo de la guerra en medio de la confusión, Miguel Hernández, que fallece sin atención médica en prisión... y muchos otros que van al exilio: Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Alberti, Cernuda... La Historia les pasa por encima”, explica Bruno, que ejerce como crítico cultural en 'La Nueva Crónica' y 'ABC', y colabora con la Fundación Cerezales.
“En los próximos meses quiero acabar la revisión de la novela 'Dakovika', una historia lírica y esperpéntica en la que unos insólitos personajes luchan contra el paso del tiempo mientras buscan libros viejos y les pasan cosas terribles. Publicaré las tres partes conjuntamente después de aparecer las dos primeras en la editorial secreta Manual de Ultramarinos”, nos cuenta este autor, al que la pandemia y el confinamiento le han hecho plantearse algunos temas, que no estaban previstos. “Después de asistir a la fiesta de la globalización estamos pasando, uno a uno, por sus accidentes: el terrorismo, la crisis y la pandemia. Violencia, pobreza y enfermedad, todos ellos colapsaron la circulación, la propia globalización: no viajar, no consumir y, finalmente, la reclusión: la suspensión de los hechos: no vivir. Esto mismo comentaba hace unos días presentado una recopilación de relatos que he coordinado ('Cuentos de la nueva normalidad')”, sostiene Bruno, convencido de que los hechos que hemos vivido han de traer reflexiones nuevas que invadirán todos los campos intelectuales y creativos, las artes y las ciencias. Considera que se ha removido la idea de futuro y que el papel de la cultura en la sociedad, aunque los recursos económicos ya han sido recortados drásticamente, se volverá aún más relevante.
Después de asistir a la fiesta de la globalización estamos pasando, uno a uno, por sus accidentes: el terrorismo, la crisis y la pandemia. Violencia, pobreza y enfermedad, todos ellos colapsaron la circulación, la propia globalización: no viajar, no consumir y, finalmente, la reclusión: la suspensión de los hechos: no vivir
“Estuve atento a lo que escribían nuestros pensadores contemporáneos durante el confinamiento y me parecieron discursos en general caducos, centrados en la retórica anticapitalista ya vieja o en teorías conspiranóicas”, concluye.
Entrevista breve a Bruno Marcos
“Escribo porque persigo la ilusión de la belleza y la verdad”
¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?
'Luces de Bohemia' de Valle-Inclán.
Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).
Alonso Quijano me interesa últimamente, más que el Quijote o que Cervantes.
Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).
Aquel que no habla con su voz, o aquel que no aporta un motivo a favor de vivir.
Un rasgo que defina tu personalidad.
Reflexivo.
¿Qué cualidad prefieres en una persona?
La piedad.
¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?
Tuve esperanzas en la renovación pero veo, con desilusión, que cada generación de políticos es peor que la anterior.
¿Qué es lo que más te divierte en la vida?
Me interesa mucho el humor.
¿Por qué escribes?
Porque persigo la ilusión de la belleza y la verdad.
¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?
He escrito diarios que, antes de ser libros de papel, se publicaron en Internet.
¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?
La poesía, la novela, el ensayo...
¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?
Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.
Como si no murieras.