Un modelo matemático permitirá detectar precozmente epidemias de gripe

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Investigadores de la Red Centinela Sanitaria de la Junta de Castilla y León han desarrollado un modelo epidemiológico que permite una detección temprana de las epidemias de gripe. El trabajo, publicado en la revista Infuenza and Other Respiratory Viruses, ha sido dirigido por dos técnicos de la Dirección General de Salud Pública, Tomás Vega y José Lozano, quienes han contado con la colaboración de otros cinco autores del ámbito internacional. El modelo matemático ha sido evaluado e implantado por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y por la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud en los países de la Unión Europea.

El modelo, aunque matemáticamente complejo, se basa “en la simple idea de mover las ondas epidémicas de gripe para alinearlas en una misma posición y modelar una curva tipo con la que poder hacer los cálculos de la duración, niveles basales e intensidad media que alcanzan”, apuntan los investigadores. Además, una vez que el modelo está establecido se pueden hacer comparaciones entre temporadas en un mismo territorio o entre diferentes países. No obstante, destacan, lo más relevante “es la capacidad para detectar en tiempo real la aparición de una epidemia en el proceso de vigilancia que se realiza en todos los países europeos”.

Los investigadores analizaron los datos históricos de gripe de 20 países europeos y de infeccione respiratorias agudas y recogieron la incidencia semanal de entre 5 y 15 años de cada uno de ellos. Con estos datos se creó un modelo para cada país en el que se establecía el umbral epidémico y la intensidad típica alcanzada por las epidemias estacionales.

El trabajo confirma que la intensidad de la pandemia de gripe de 2009-2010 fue “moderada” en toda Europa, con la actividad gripal en los momentos más intensos muy por debajo del límite de confianza del 90 por ciento que marca el nivel alto de epidemia. No obstante, como señalan los investigadores, “el modelo hubiese detectado la pandemia desde la primera semana en la inmensa mayoría de los países y solo habría producido alguna falsa alerta en la tercera parte de los países estudiados”.

En este sentido, la Consejería de Sanidad ha firmado recientemente un acuerdo con la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para el desarrollo de nuevas aplicaciones de este modelo. El equipo de investigadores de la Dirección General de Salud Pública, que actúa como consultor de la OMS, coordina un grupo de trabajo internacional para el estudio de los indicadores de intensidad, difusión, tendencia, virus dominante e impacto de las epidemias de gripe en Europa, en el que el método desarrollado tendrá una aplicación “inmediata”.

Los autores de la investigación subrayan asimismo las posibilidades de este modelo en el estudio y la modelización del comportamiento epidémico de otras enfermedades de aparición estacional.

Importancia del trabajo

Según señalan los investigadores, las infecciones respiratorias causadas por la gripe “conllevan un aumento en el número de consultas médicas y son una importante causa global de ingresos hospitalarios y mortalidad”. Aunque las tasas de gripe son más altas entre los niños, la mortalidad asociada a la enfermedad es mayor en pacientes de edad avanzada y entre las personas que sufren a su vez otras enfermedades. Por todo ello, “la gripe incide en gran medida en la salud humana y supone un desafío para los servicios de salud, por lo que es una prioridad para las actividades de vigilancia, que pueden ayudar a establecer mejor las prioridades y los esfuerzos en materia de prevención y control”.

Los servicios encargados de la vigilancia de la gripe tienen como trabajo la supervisión de epidemias anuales y la detección y caracterización de circulante virus. Asimismo, la detección oportuna del inicio de la epidemia estacional “es necesaria para alertar a los servicios de salud con el fin de mitigar la morbilidad, la mortalidad y coste económico”. Por otro lado, brotes como los detectados en 1997 (la denominada gripe aviar) y en 2010 con la gripe A/H1N1 “han intensificado los esfuerzos de las organizaciones internacionales y las autoridades nacionales de salud para mejorar aún más la vigilancia y desarrollar sistemas para una estimación precisa de la dinámica de la gripe a nivel local y a nivel nacional”.

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