Hay dos cosas claras cuando se ha cumplido ya con creces un año de la polémica instalación de los veladores fijos de un conocido establecimiento hostelero en pleno centro monumental de León, en la Plaza de San Marcelo: que son ilegales, a efectos de afección al patrimonio, aunque el Ayuntamiento le acabó otorgando su visto bueno; y que a pesar incluso de haber pagado ya una multa por su irregularidad, allí continúan, sobre parte del empedrado y las escaleras de la plaza.
Los veladores fueron instalados por los responsables del restaurante Marcela a finales de agosto del pasado año 2021 y, tras advertirlo ILEÓN, la Junta de Castilla y León comenzó una investigación desde la Delegación Territorial que concluyó que estas grandes estructuras no cumplían con el precepto de que sean rápidamente desmontables y que, sobre todo, estaban dentro del área de protección del Camino de Santiago a su paso por la capital leonesa.
Un Camino de Santiago para el que el Ayuntamiento sigue sin tener una planificación propia en forma de Plan Especial desde hace décadas y que conlleva un efecto protector de varios metros a cada lado por ser Bien de Interés Cultural (BIC) y Patrimonio de la Humanidad.
Visto bueno municipal con 'bandazo'
Los promotores, que siempre han insistido en que la estructura para albergar clientes en su interior tiene todos los parabienes municipales con la ordenanza de terrazas en la mano, consiguieron que el Consistorio cambiara en pocos meses el claro rechazo inicial por un visto bueno definitivo. Pero no sometieron la instalación al visto bueno previo de la Comisión Territorial de Patrimonio, motivo por el que se les abrió un expediente sancionador.
Ya a principios de este año la Junta zanjó el expediente sancionador, ya desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte en Valladolid, certificando la ilegalidad de los veladores e imponiendo una sanción económica, así como iniciando la resolución final que pasa por desmontar toda la estructura en la plaza de San Marcelo.
Según han confirmado fuentes oficiales de la propia Junta, la multa ha sido ya pagada, poniendo fin de este modo a la vía administrativa, una vez que se rechazara de manera definitiva el último recurso de alzada planteado por los representantes de los dueños del restaurante Marcela, de la familia Vázquez, propietaria de otros establecimientos de León muy conocidos, como los hoteles Alfonso V y Conde Luna.
Ocultando datos
Sin embargo, la Consejería de Cultura que ahora dirige un representante de Vox, el consejero Gonzalo Santonja, se ha negado a facilitar a este medio la cuantía de la sanción satisfecha por el establecimiento, aduciendo consultas de protección de datos, a pesar de que en este caso no rige tal protección. Es más: en su afán por ocultar, ni siquiera se ha querido aclarar si el caso de los veladores ilegales fue determinado al final como una falta leve, grave o muy grave, los tres grados posibles en todo expediente sancionador.
Las mismas fuentes sí explican en cambio el motivo por el cual los cenadores cerrados continúan en el mismo sitio y acogiendo clientes un año y casi dos meses después: aún les cabe a los hosteleros la posibilidad de acudir a la vía judicial e interponer un recurso contencioso respecto al desmantelamiento de las estructuras, algo que en principio parece que harán.
Todo este embrollo administrativo y judicial continúa ajeno en gran medida a un debate que en la calle confronta a quienes defienden los veladores de este tipo en lugares céntricos y monumentales de León, como en muchas otras ciudades de gran relevancia turística, argumentan, y quienes creen que son elementos que afean y distorsionan el entorno. Cientos de estos últimos han firmado ya exigiendo su inmediata retirada, incluso con apoyos de tinte político como el del arquitecto y diputado provincial de Cultura en la cercana Diputación de León.