Los taxistas se suman a las protestas de la sociedad leonesa

Si los taxistas leoneses no se han sumado hasta ahora a las protestas que un día sí y otro también ocupan las calle de la capital, para demandar que varíe el rumbo que ha dejado al borde de la quiebra al sistema productivo de León y su provincia, no ha sido por falta de ganas, aunque han esperado a que el Comité Nacional de Taxistas comenzara a pergeñar un calendario de protestas para unirse a ellas.

Para el próximo día uno de agosto los 179 taxistas con licencia en León, a los que se suman los que operan en los municipios limítrofes, irán a la huelga, como en el resto de toda España, y así lo han ratificado por mayoría en la reunión de este martes a última hora de la tarde, en el colegio Juan Bosco.

Los planes de liberalización del Gobierno pretenden la modificación de cinco artículos de la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre, la LOTT, que si se cumplen podrían dinamitar un sector que ya ha perdido un 40% del negocio con los recortes del gobierno y la subida de precios y tasas.

Muchas más licencias

Los taxistas leoneses se suman a la sucesión de protestas que cada día pueblan las calles de la urbe porque la primera de la modificaciones que prevé el Ministerio de Economía se traducirá en la ampliación en 30.000 licencias más a las 66.000 licencias de taxistas que ya trabajan en España, es decir casi el 50% de las que existen, además de las 35.000 licencias con chofer.

Justo lo contrario de lo que se ha hecho en ciudades como León en donde se llegó a pactar la reducción de 25 licencias para evitar una sobreoferta que no beneficia en absoluto al sector, tal y como ha explicado a iLeon.com el responsable de la Asociación Provincial de Taxistas, Miguel Ángel Matilla.

Casi todos los cambios que estudia el Gobierno constituyen, según los taxistas leoneses, una puerta abierta a la competencia desleal.

Los artículos 49 y 50 de la LOTT regulaban el equilibrio entre los taxis convencionales y los servicios de lujo, a razón de uno de lujo por cada 30 convencionales.

Pero con la modificación pretendida y con una simple licencia, es decir sin tarifa administrativa y con mucho menos papeleo, se habría acabado con el taxímetro ya que el propietario del vehículo y el viajero negociarían el precio.

Además el artículo 50 regula con cuántos vehículos, un mínimo de cinco de alta gama, y cómo deben funcionar estos servicios de lujo, y si la reforma se lleva a cabo, todas estas exigencias saltan por los aires.

El cambio en los artículos 135 y 136 de esta Ley del Transporte Terrestre que el Gobierno de Mariano Rajoy pretende emprender ahonda en esta falta de control de estos taxis de lujo, que ya no tendrían ni que contratar chofer, ni darle de alta en el régimen de la seguridad social y cualquier vehículo podría ofertarse en Internet como tal, sin controles ni revisiones como las que deben pasar con regularidad los taxis convencionales.

Los profesionales del taxi de León reconocen que todos estos asuntos se han acelerado con el paso de competencias del Ministerio de Fomento al del Economía y de ahí que varias decenas taxistas leoneses tengan previsto acudir a la manifestación que el próximo 27 recorrerá la distancia que separa ambos ministerios para mostrar su rechazo a estos planes.

En cualquier ciudad

Uno de los motivos que más ha enconado a los profesionales leoneses del taxi, en general a todo el sector, es la modificación del artículo 91 de la LOTT que es el que establece el campo de trabajo de cada profesional, que se debe ceñir al municipios en donde está dada de alta la licencia con la que trabaja.

Miguel Ángel Matilla ha explicado con claridad qué va significar esta modificación, si finalmente el gobierno decide que así sea. Un taxista de cualquier otra provincia o ciudad se viene a León de vacaciones y podría ejercer sin ningún problema, como cualquier otro de los profesionales censados.

Los taxistas leoneses están dispuestos a presionar donde sea necesario para parar un cambio en la ley que podría en circulación 30.000 nuevas licencias en un sector que ya ocupa a unas 100.000 personas y que desde hace tiempo proclama que está muy saturado.