Rodando por el Camino de Santiago

Joe, Patricia, Jack, Christopher y Dimitry frente a San Isidoro.

Marta Cuervo

Prevenidos y... ¡acción! ¿Qué puede hacer que cinco chicos de distintas nacionalidades se unan para la grabación de un cortometraje acerca del Camino de Santiago?

Joe, actor inglés, es amigo de la infancia de Christopher que, nacido en Alemania pero de padre inglés, es el director y productor del corto. Jack, encargado del sonido en el proyecto, es inglés, y conoció a Chris en la Universidad puesto que ambos han estudiado cine. Dimitry, del norte de Rusia, ha vivido en Chipre, y ahora en Alemania. Chris y él trabajan juntos en Stuttgart, y es el asistente de dirección. Patricia, española, estudia arquitectura en Madrid, vivió en Stuttgart y conoció a Chris en el aeropuerto, accidentalmente. Es la actriz y el punto femenino del internacional equipo.

“Todos nos conocemos a través de Chris, es nuestro punto en común”, explica.

“Un gran accidente”

Todo comenzó con un pequeño diario que Chris escribía durante la realización del Camino de Santiago, en el año 2008. Tras la experiencia, cuando volvió a Inglaterra, se dio cuenta de que necesitaba expresar de alguna manera lo que había vivido.

“Con el diario estaba perdiendo mucho tiempo, en escribirlo en sí, así que comencé a madurar la idea del cortometraje”, explica. Así, trasladó el proyecto a sus amigos, de entre los cuales solo Patricia conocía parte del Camino, pero del denominado 'del Norte'.

“Es el resultado de muchos errores”, bromean los chicos.

El proyecto trata de transmitir “la intensidad del Camino y qué impacto puede tener en una persona corriente, cómo le puede afectar interiormente, también a la hora de madurar, entre la niñez y la edad adulta”, explica Patricia traduciendo las palabras de Chris.

Chris conoció la existencia de esta mítica ruta cuando era un niño. Junto a sus padres se convirtió en un peregrino más, afrontando el Camino en tres etapas. Fue de mayor cuando quiso repetir, esta vez en soledad y en su totalidad, la experiencia que tanto le había marcado.

En cuanto al equipo, el grupo ha intentado que sea “lo más compacto posible”. “La cámara es bastante pequeña, pero se trata de un equipo semiprofesional. Existe mucha improvisación”, argumenta el director.

El guión

Existe un guión, una historia. “Se trata del resultado de 4 años de borradores y modificaciones”, apunta Chris.

El corto narra la historia de dos chicos, Santiago (Joe) y Alicia (Patricia), que hacen el Camino por diferentes motivos. Santiago ha perdido a su primo, y mira más hacia lo ya vivido, mientras camina trata de arreglar asuntos del pasado. Alicia, en cambio, tiene la vista puesta en el futuro, con cierta duda, con miedo.

Etapas

“Empezamos en Pamplona como lugar base, pero la historia empieza en Roncesvalles, donde nos dirigimos como punto cero”, asegura Patricia.

Hay escenas en distintos puntos pero, por su extensión, no en todos los pueblos.

Las más destacables están rodadas en Carrión de los Condes y en León, en el propio albergue, “escena muy importante porque es donde ambos personajes se dan cuenta de la importancia del Camino y cómo les está afectando”. Otras de las imágenes de la ciudad que aparecen en el proyecto son la Catedral, la Plaza de Regla, algunas calles, e incluso el interior de un bar.

Este domingo volverán a casa, pero no será hasta el 30 de junio cuando los chicos tengan previsto terminar el trabajo.

Sus expectativas, “si todo va tan bien como hasta el momento, será el resultado de un corto de 10 minutos. Pero procuramos no pensar mucho en el futuro, no queremos adelantar los acontecimientos”, asegura Chris, a pesar de que no descartan la idea de participar en algún festival o concurso.

Se podrá ver en internet, donde el quipo colgará un trailer. Este internacional grupo de profesionales confiesa que el rodaje “en la universidad era un hobby, pero ahora intentan dedicarse a ello”.

Además de lo especial del Camino, especialmente para aquellos del grupo que no lo conocían, los chicos se quedan con “la gente de León y de Pamplona”. “Han sido muy amables”, destacan los chicos. Incluso el tiempo, con estas lluvias intermitentes, les ha hecho sentir “como en casa”, comparten entre risas.

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