Desde este jueves el parador de Villafranca, que lleva el nombre del ilustre autor de la villa, Antonio Pereira, echa el cierre. Sus 51 habitaciones y sus modernos comedores y salones, después de la rehabilitación integral en 2009 que conllevó una inversión de casi 7 millones de euros, son ya un remanso tras las persianas bajadas.
Y lo lamenta la alcaldesa de la localidad, Concepción Crespo, quien recuerda el compromiso ahora incumplido que había logrado el Ayuntamiento con la presidenta de la cadena pública de Paradores, Mª Ángeles Alarcó, el pasado mes de abril.
Entonces “se comprometió a mantenerlo abierto hasta el puente de todos los Santos”, aprovechando además “que se celebran las Jornadas Gastronómicas del Bierzo”. Es más, “nos instaron a presentar una programación desde el Ayuntamiento que pudieran atraer gente al parador”, y así lo hicieron “al dar cuenta de los magostos y actividades de degustación de setas” que se preparan para este otoño en la villa del Burbia, e incluso proponer -como sucede en otros establecimientos de la red nacional- que el de Villafranca se adhiriese a los Enopacks, coincidiendo con la vendimia.
Nada sirvió, y la contestación fue la fecha hace escasos días, del cumplimiento con la fecha del cierre programado en el Plan de viabilidad que Paradores decretó el pasado año para reducir su deuda, y que el berciano afecta con un cierre temporal entre el 18 de octubre y 1 de marzo.
Según la alcaldesa, “no nos proporcionan los datos de ocupación, pero sabemos que el nivel de este Parador ha sido bueno” rondando, estima el consistorio, el 70% durante la temporada de junio a finales de septiembre.