El plástico tiene los días contados

Cada 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, una fecha dedicada a concienciar sobre los graves problemas que este fenómeno causa a nivel global, incluyendo la salud de las personas.

El cambio climático, impulsado en gran parte por la actividad humana como la quema de combustibles fósiles y el uso excesivo del plástico, provoca un aumento en las temperaturas, deshielos y eventos climáticos extremos. Estas actividades liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono, que contribuyen al calentamiento global.

El uso del plástico es uno de los factores más críticos en la crisis climática. La producción y el desecho de plástico generan enormes cantidades de CO2 y contaminan los ecosistemas. Reducir el uso de plásticos, reciclar adecuadamente y optar por materiales biodegradables son pasos esenciales que cada individuo puede tomar para combatir el cambio climático. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 13, Acción por el Clima, nos insta a tomar medidas urgentes para mitigar estos efectos. Adoptar hábitos sostenibles y apoyar políticas ambientales son acciones cruciales para asegurar un futuro más saludable y equilibrado para nuestro planeta. En un mundo donde a menudo preferimos lo fácil a lo ecológico, este día nos recuerda lo importante que son nuestras decisiones diarias para cuidar el planeta.

Impacto

Las bolsas de plástico, aunque parezcan inofensivas, tienen un impacto devastador en el medio ambiente. Su producción masiva y la lenta tasa de descomposición contribuyen significativamente a la contaminación. Estas bolsas pueden tardar más de 500 años en descomponerse, lo que significa que cada bolsa utilizada para llevar las compras a casa puede permanecer en nuestro entorno durante generaciones.

Se estima que cada año se utilizan cientos de billones de bolsas de plástico en todo el mundo. Este uso excesivo genera una gran huella de carbono, desde su fabricación hasta su disposición final. Las bolsas de plástico, que a menudo no se reciclan adecuadamente, terminan en vertederos y océanos, causando daños irreparables a los ecosistemas y a la vida silvestre.

Muchas especies marinas, incluyendo tortugas, peces y aves, confunden las bolsas de plástico con comida. La ingestión de plástico puede ser fatal para estos animales, lo que repercute negativamente en la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas. Además, las bolsas de plástico descompuestas se convierten en microplásticos, pequeñas partículas que penetran en la cadena alimentaria, llegando incluso a nuestros platos.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que ya hay más de 150 millones de toneladas de plástico en los océanos. Si continúa el ritmo actual de desechos, se prevé que para 2050 esta cifra aumente a 12.000 millones de toneladas. Esta contaminación causa la muerte de más de 100.000 animales marinos cada año y amenaza a alrededor de 700 especies marinas.

Iniciativas

Diversos países y organizaciones han implementado medidas para reducir el uso de bolsas de plástico. En 2015, los Estados miembros de la Unión Europea adoptaron dos medidas importantes: Limitar el consumo anual, se estableció un objetivo para que el consumo anual de bolsas de plástico ligeras no supere las 90 bolsas por persona para 2019 y las 40 bolsas por persona para 2025. Cobrar por las bolsas desde 2018 en los puntos de venta, a menos que se apliquen alternativas igualmente eficaces.

Es crucial que todos participemos en la reducción del uso de bolsas de plástico, comenzando con pequeños cambios en nuestra vida diaria. Aquí te ofrecemos cinco alternativas sostenibles:

Bolsas de tela: acostúmbrate a llevar una bolsa de tela en tu bolso de mano o en el coche para usarla en las compras diarias. Estas bolsas pueden durar hasta 8 años. Además, el uso de bolsas de tela puede traer beneficios económicos, evitando el coste recurrente de comprar bolsas de plástico. Promover su uso también apoya a los negocios locales que ofrecen alternativas sostenibles.

Carro de la compra: utiliza el clásico carrito de la compra que permitía cargar una compra semanal y transportarla fácilmente. Un solo carro puede durar hasta 15 años.

  • Cestas de esparto: son una alternativa tradicional y sostenible. Además de ser prácticas, pueden servir para almacenar la compra en casa.
  • Bolsas compostables: fabricadas con materiales biodegradables, estas bolsas se degradan rápidamente en una planta de compostaje, convirtiéndose en compost que abona campos.
  • Bolsas plásticas recicladas de rafia: aunque menos ecológicas, estas bolsas pueden utilizarse muchas veces, evitando así el uso de bolsas de un solo uso.

El Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico es una oportunidad para reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y adoptar prácticas más sostenibles. Al elegir alternativas sostenibles, contribuimos a la conservación de los ecosistemas y promovemos la salud del planeta para las generaciones futuras.