Con las maletas de León... a Londres III

Claudio

Marta Cuervo

En pocas semanas, Claudio cumplirá dos años viviendo y trabajando en una de las mayores ciudades del mundo: Londres. “Yo mismo me sorprendo pues siempre he rehuido las aglomeraciones y he buscado siempre lugares más tranquilos”, explica el leonés, de espíritu sencillo y amable, sin dar importancia a su abultado curriculum, pero acostumbrado a los traslados por motivos laborales. Claudio ha disfrutado de numerosas experiencias muy lejanas de su León natal, viviendo en Groenlandia, Finlandia, Alemania, y también sin abandonar las fronteras de Inglaterra en Camborne. “Mis estancias en Finlandia y en Groenlandia, han sido muy distintas a la actual en Londres, opuestas, pues he pasado de campamentos mineros de 200 personas a una gran ciudad de 8 millones de habitantes”.

“Las posibilidades que se presentan y abren de cara al futuro trabajando en un ambiente internacional son increíbles, se abren opciones de futuro que no se limitan a España, que dadas las circunstancias nos son nada buenas por sí solas. Por otro lado no resulta sencillo depender de largos viajes en avión y encontrarse lejos de la familia y los amigos”, reflexiona el ingeniero de minas.

A día de hoy, Claudio se encuentra inmerso en la realización de todos los túneles de acceso y andenes, para la estación de Tottenham Court Rd, en Oxfordd Street, en el centro de Londres. “Como encargado de turno, mi labor es organizar al personal disponible para realizar los trabajos de cada día, además de coordinar la seguridad y calidad de los trabajos”, explica el leonés.

Este proyecto se realiza solamente en Londres, aunque dadas las buenas comunicaciones con el resto de Europa es una gran oportunidad para conocer otros lugares en los días libres, según comenta Claudio.

Pros y contras de vivir y trabajar en Londres

En cuanto a las diferencias laborales más notables a ojos de Claudio, el ambiente internacional, trabajar con compañeros españoles, árabes, irlandeses, alemanes, indios, australianos, da lugar a una variedad cultural tremenda que lleva aparejada diferentes costumbres, además de los evidentes problemas habituales de idioma.

“La principal diferencia con respecto a mis experiencias anteriores radica en la ciudad en sí, pues dependes continuamente de transportes públicos, horarios, largos tiempos y colas para todo”, apunta.

Pero Claudio reconoce que trabajar en una empresa internacional de estas características, formar parte de este proyecto, en una gran experiencia: “A nivel personal y laboral estoy muy orgullloso”.

Sobre su vuelta a España, a León, Claudio lo tienen claro. “Algún día, claro, el camino me llevará de vuelta a León. Estando así la situación económica española, resulta complicado prever nada. Iremos estudiando las posibilidades según se presenten, no me gusta cerrar ninguna puerta de antemano por lo que no descarto volver... aunque tampoco es la única opción”, declara el ingeniero.

La meta de Claudio: “Estar orgulloso del trabajo que hago todos los días, sea cual sea, pues como solía decir mi padre: Si merece la pena hacerlo, merece la pena hacerlo bien”.

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