Lunes en recuerdo de las víctimas de la violencia machista

Unas 70 personas se dieron cita para recordar a las víctimas.

ileon.com

Esta tarde se ha vuelto a reunir delante del edificio Botines la plataforma contra la violencia machista 'Lunes sin sol'. Como cada lunes a las ocho de la tarde, siempre que en los siete dias anteriores un hombre haya asesinado a una mujer que sea su pareja o expareja, esta plataforma nacida en 2005 y constituida por mas de 20 colectivos diferentes de León, se da cita para leer un manifiesto y nombrar a todas las víctimas que han sido asesinadas en la última semana.

Manifiesto de 'Lunes sin sol' leído este lunes 6 de junio

“La violencia machista, como toda violencia, es consecuencia de la desigualdad entre los seres humanos. La igualdad es el suelo sobre el que deben asentarse, y crecer, las acciones de todas las fuerzas sociales encaminadas a erradicar la violencia, incluida la violencia machista. Sin igualdad es fácil hacer uso de la violencia, para conseguir el poder en cualquiera de sus diferentes formas.

La igualdad ayuda a las relaciones humanas, da respuesta a las aspiraciones individuales de cada persona, y contribuye a determinar una sociedad más justa y solidaria. Es tal la importancia de la igualdad, que se hace imprescindible YA, y de una vez por todas, visualizar e incorporar en nuestro imaginario personal y colectivo un mundo igualitario. Sólo, si nos vemos y sentimos como iguales, actuaremos con valores de igualdad, y utilizaremos las herramientas que como seres sociales tenemos para resolver nuestros conflictos, y que son, el diálogo y el consenso.

Basando nuestros actos en el respeto y la tolerancia a lo diferente, y en la solidaridad con los más desprotegidos, conseguiremos una sociedad que suma riqueza en los valores individuales y en el conocimiento colectivo, además de forjarnos una individualidad propia sin riesgo de exclusión y marginación social, peligro al que todas las personas, sea cual sea nuestra condición social, estamos expuestas en algún momento de nuestra vida, dado que nuestras condiciones particulares, o de grupo social, son susceptibles de cambiar, y están sujetas a numerosos avatares que no siempre podemos controlar.

La violencia machista es muy poliédrica, tiene muchas aristas, se manifiesta de muchas maneras, y alcanza a muchos aspectos de la vida personal y social de quien la sufre. La violencia corroe, y destruye, la personalidad de la víctima, le forja una realidad propia, alejada del resto de realidades que viven las personas de su entorno. La empatía para con las víctimas de violencia machista es el primer paso para entender su drama personal, así como ayudarles a salir de esa realidad construida en la sumisión y el miedo.

Por ello, tener la igualdad como baluarte de nuestras vivencias, es una garantía para una vida de respeto y dignidad, a la que, todas y todos, sin excepción, debemos aspirar. Una sociedad que tiende a la igualdad, es una sociedad libre, sana, próspera y sus recursos se multiplican de forma exponencial, dado que nada se desprecia, nada se margina y nada se infravalora. Una sociedad igualitaria aprovecha todas las capacidades de los elementos que la conforman, sin importar raza, sexo, religión, edad, u otras diferencias, porque, de otra manera, se cae en los prejuicios que deforman, de manera traumática, nuestra realidad personal y colectiva, con las consecuencias que ello conlleva, y que se manifiestan en el odio y en el rechazo visceral hacia lo diferente, desembocando muchas veces en la violencia, como única arma para mantener el estatus quo de los poderosos, de los fuertes, y muchas veces de los brutos e ignorantes.

Un mundo en igualdad es posible, creer en ello nos permite desarrollar nuestra sensibilidad para empatizar con las víctimas, y nos acerca intelectualmente para defenderlas, haciéndonos más conscientes y sensibles al dolor que padecen, impidiendo que volvamos los ojos hacia otro lado, forzando nuestra implicación en la lucha por su erradicación, y exigiendo la puesta en marcha de todos los recursos que puedan y deban aportar las administraciones y los agentes sociales, y que deben estar dirigidos, con eficacia, a la asistencia de las víctimas y a la prevención de las situaciones que desembocan en violencia.

Un mundo en igualdad no es un sueño, creer y pensar en igualdad transforma nuestra mentalidad, actuar en igualdad nos acerca a la justicia social y al ejercicio de la libertad, tanto personal como coletiva. Viva el pensamiento en igualdad abajo el uso de al violencia.“

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