Medio año ya, seis largos meses, acumula en manos de la Junta de Castilla y León la tramitación imprescindible que debe desbloquear de una vez por todas el inicio de la ejecución el proyecto para comenzar a desarrollar la Plataforma Logística de Torneros, el gran espacio de transporte de mercancías a las puertas de León capital que debería situar a la provincia en todo el noroeste peninsular como puntal de este sector en crecimiento.
Se trata de un trámite que pasa por otorgar el definitivo visto bueno ambiental a los proyectos de urbanización, de expropiación y de parcelación que ha planteado la empresa pública de suelo Sepes, que es a quien el Gobierno ha encargado la ejecución de un proyecto que supera los 15 años de retraso desde su diseño original y que desde entonces se ha considerado vital para el futuro económico de la provincia de León.
La pretensión del Gobierno, traslada por Sepes el año pasado, era que a lo largo de este 2023 pudiera verse al menos la primera máquina trabajando en el amplio espacio previsto, que de casi 200 hectáreas en total en los municipios de Vega de Infanzones y Onzonilla pondría en el mercado 821.216 metros cuadrados de suelo urbanizado distribuido en 173 parcelas a lo largo de las cuatro fases diseñadas.
Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio que preside el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, se lo está tomando con calma y eso compromete los plazos. Fue a finales de noviembre de 2022 cuando el último trámite, el ambiental, quedó definitivamente en manos autonómicas después de que en tiempo récord los dos ayuntamientos afectados dieran su amparo a toda la documentación sin reservas ni obstáculo alguno.
A partir de ahí tan sólo quedaba ya el análisis y visto bueno ambiental final de la Junta, que ya en su día lo otorgó en el origen del proyecto, en 2014, y que tuvo que volver a estudiar y valorar el año pasado nuevamente, causando otra vez un auténtico embrollo administrativo que hizo acumular más retraso a todos los trámites. Al final, después de otro medio año de análisis, informes y contrainformes, la Consejería de Medio Ambiente zanjó que el proyecto de Torneros “no tiene efectos significativos sobre el medio ambiente y, en consecuencia, no debe someterse a una Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria”. O sea, tanta espera para nada, aunque son trámites que no se pueden saltar.
Ahora sólo restaba un escollo: El proyecto final de ejecución de obra tenía que volver a someterse a valoración ambiental de la Junta. Y nuevamente a finales de mayo se ha cumplido ya medio año sin que haya noticias de la nueva postura final de Medio Ambiente. De su decisión última depende, pues, la celeridad o el bloqueo temporal de Torneros, dado que la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, como el director general de Sepes, Fidel Vázquez, comprometió que se impulsaría la licitación de las primeras obras en Torneros “el día siguiente de que la Junta diga que está todo OK”. De momento, silencio.
Hay que recordar la eterna pugna que con los polígonos industriales como 'munición' mantienen Junta y Gobierno, PP y PSOE, el primero priorizando su propia apuesta por el polígono de Villadangos del Páramo, cuya necesaria ampliación acelera a un ritmo frenético para que esté lista en 2025, y el segundo apostando por la Plataforma Logística de Torneros-Grulleros que, sin embargo, también depende ambientalmente de la administración autonómica y sigue esperando por ella. Una vez más y no se sabe por cuánto tiempo.