Jornada de lucha en los medios

ileon.com

Con el lema “Quieren acabar con todo y no quieren que lo contemos” UGT y CCOO han convocado a los periodistas este martes en la plaza de Botines a las 15:00 horas con el fin de reivindicar un empleo digno y el derecho a la información veraz.

En el acto se hará lectura del siguiente manifiesto:

Los periodistas de la Agrupación de Periodistas de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores de Castilla y León nos movilizamos en la “Jornada de Lucha” del 5 de junio bajo el lema “Quieren acabar con todo y no quieren que lo contemos” por unos medios de comunicación con carácter social, por un empleo digno y por el derecho de la sociedad a recibir una información veraz.

La situación de los medios de comunicación social es tan preocupante que queremos hacer oír nuestra voz en la sociedad para recordar que, sin una prensa libre y comprometida con la verdad, la democracia hace aguas por todos lados. Los y las periodistas de CCOO y de UGT de Castilla y León creemos que los fac- tores que han llevado a esta situación son variados y no surgieron ayer. Nosotros mismos no somos del todo ajenos a esta mercantilización y banalización que impregna hoy en día la información. Y sin embargo, nuestra profesión es tan digna como cualquier otra. Solo tenemos que ejercerla en libertad para eludir su degradación.

El lema de la jornada “y no quieren que lo contemos” explica que, con la que está cayendo, parece que para el gobierno del PP lo más importante de todo son los medios de comunicación. Los públicos y los privados. En medio de la mayor crisis de la historia quieren aprobar una ley que permita la privatización de la información en las radiotelevisiones públicas con el pretendido objetivo de frenar las pérdidas cuando en realidad lo que quieren es eliminar uno de los derechos recogidos clara y contundentemente en la Constitución española, que es el de- recho a la información.

En los medios privados la situación económica es cada día más precaria: bajan las ventas y disminuye la publicidad. La reforma laboral permite eliminar puestos de trabajo con el mínimo coste para las empresas. La crítica situación de los pe- riódicos impresos va a traer consigo la desaparición de los equipos de investiga- ción y, con ellos, la investigación sobre casos de corrupción, cohecho, nepotismo y abusos. Si las ruedas de prensa se convierten en simples comparecencias donde no se admiten preguntas, sólo tendremos información oficial.

Si las empresas funcionan con plantillas mínimas que no podrán salir a cubrir noticias, nos limitaremos a conocer teletipos o notas de prensa. Una situación que se complica día a día con la reducción de plantillas, cerca del 40% en los últimos cuatro años.

Esta precariedad se ve agravada por el retraso e impago de nóminas, el con- trol de la información sin el respeto mínimo de quien la firma y, por lo tanto, se responsabiliza de ella. A lo que se suma los contratos precarios de media jornada que se convierten en jornadas completas con total disponibilidad laboral y noc- turnidad, así como excesos de jornada agravadas por la continua reducción de plantillas que ha provocado un notable deterioro en el contenido de la informa- ción y de las condiciones laborales de los y las trabajadoras.

Algo no muy diferente va a ocurrir en las radios y en las televisiones privadas. Si el gobierno del PP se sale con la suya, la ciudadanía va a vivir en un desinforma- do mundo feliz. Las noticias tendrán un único sesgo, los contrastes de opiniones desaparecerán tragados por la información oficial, y la polémica será algo de los viejos tiempos. La información y la comunicación no pueden quedar al dictado del mercado y de los especuladores, que esconderán la realidad y harán caminar a la ciudadanía hacia una sociedad sin principios, ética y democracia

Por otra parte la libertad de los profesionales de la información pasa, en primer lugar, por no sentirnos constantemente amenazados como trabajadores y traba- jadoras. Las condiciones de trabajo son tan precarias que, incluso, se conocen casos de empresas que piden colaboraciones periodísticas gratuitas. No podemos trabajar gratuitamente, pero tampoco con dobles escalas salariales que echan del mercado a los y las periodistas más veteranos y condenan a los nuevos a salarios muy bajos y a condiciones laborales muy desventajosas. No debemos permitir que las empresas den nuestro trabajo a becarios, colaboradores o periodistas a la pieza, simplemente porque esos compañeros y compañeras deben ser miembros de pleno derecho de las redacciones o aprender el oficio mientras sean estudian- tes. Los despidos en los medios de comunicación son el pan nuestro de cada día sin que la situación empresarial, con medios concentrados y “globalizados”, nos permita margen de maniobra para evitar esta sangría.

Los y las periodistas nos hemos adaptado con eficacia a los enormes cambios tecnológicos que ha vivido el mundo del trabajo, más acusados en los medios de comunicación que en otros sectores. Hemos pasado al periodismo digital, a la información audiovisual y a las redes sociales apoyados en nuestra propia volun- tad, con métodos autodidactas y resultados eficientes. Pero la esencia de la que se hacen las noticias sigue siendo la misma, la búsqueda de la verdad, el com- promiso con quienes las van a recibir constituyendo un verdadero servicio públi- co, la fidelidad a nuestras fuentes, el manejo adecuado de nuestro instrumento de trabajo que es el lenguaje. Sin estas premisas, y sin profesionales en todo el sentido de la palabra, no se puede hacer verdadera información sino, acaso, un sucedáneo edulcorado, dirigido y triturado para la mejor digestión de los podero- sos, pero nunca al servicio de la sociedad.

Los medios de comunicación social tal y como los conocemos tienen aún y creemos que siempre tendrán un papel en la sociedad. Una parte importante de los contenidos en las redes sociales se nutren de las informaciones que ofrecen los medios de comunicación “on line”. Ahí reside nuestro carácter de servicio pú- blico, ese mismo que nos abre las puertas de las instituciones y de los hogares a los periodistas, que nos permite hacer preguntas y esperar que nos las contesten, que nos convierte en espectadores privilegiados de la vida y nos debería convertir en relatores apasionados de lo que vemos. Si perdemos de vista nuestro objetivo no podremos sorprendernos si las puertas empiezan a cerrarse y las preguntas a dejar de poder siquiera formularse.

También un llamamiento y denuncia a las administraciones públicas que apro- vechan el presupuesto destinado a anuncios y promociones publicitarias proce- dentes de los impuestos de todos los ciudadanos para chantajear a los medios de comunicación con aportaciones económicas a cambio de la publicación de informaciones 'a la carta' y afines a la formación política de tuno. Unos dineros públicos de los que los medios de comunicación se han hecho dependientes ante la estrepitosa bajada de los ingresos por publicidad debido a la crisis económica.

Ellos, como administración y servicio público que son deberían ser los primeros en ser garantes de la libertad de expresión como uno de los pilares básicos de la Democracia.

Desde la Agrupación de Periodistas de CCOO y UGT nos dirigimos a los compa- ñeros y compañeras para explicar nuestras reivindicaciones laborales que pasan por el derecho a desempeñar nuestro trabajo sin estar permanentemente ame- nazados por el despido, por el dumping profesional, por la etérea voluntad de unas empresas de las que, en muchos casos, ni siquiera podemos desentrañar su composición accionarial. Pero también queremos dirigirnos a las organizaciones sociales, a los colectivos organizados, a la sociedad civil de nuestra provincia para explicarles que sin medios de comunicación social, por muy denostados que pue- dan estar, no hay verdadera democracia, que el derecho a la información es uno de los derechos fundamentales contenido incluso en la Declaración de Derechos Humanos y que su defensa es tarea de todos y todas.